Capítulo quince.

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—Sara. Debemos volver. Pronto.. ya será el fin de todo esto.—

—¿El fin? ¿De qué hablas? Si se supone que aún debemos ir a el evento de los líderes..—

—Sara. Ya sabes la verdad. En realidad ese mundo es una autoayuda para cada persona. Y tú cumpliste tu objetivo. Eres más fuerte que ahora, tienes el sentido de pertenencia contigo misma y te das a respetar. Ya.. tú podrías vivir una vida gratificante. He cumplido mi trabajo como tú guardián.

—Entonces.. lo del viaje.. ¿todo fue solo mentira? —dije intentando contener las lágrimas.

—No... Solo que.. si ya estás bien... ¿Por qué te quedarías? Ya no hay más nada que puedas hacer.— Elioth bajo la mirada.

—Tu. Me quedo por ti.—

—¿Ah? ¿Yo? Sara.. no tienes..—

—Si. Cumple un último deseo mío. Como tú ama, quiero hacer el último viaje e ir a participar en el evento de los líderes. —

Elioth sonrió. Pero luego dijo:
—Si es así.. entonces.. ¿Que pasara luego?—

—Luego haré una emocional despedida—Sonreí. Sentía que algo dentro mío se estrujaba.

Dolía sonreír de esa forma.

—Bien—Dijo Elioth.

Fuimos afuera. Lleve el libro y, la lluvia hizo su magia de crear charcos.

Y.. como si cayera .. sentía la familiar sensación que sentí en el principio.

Luego al abrir los ojos, me encontraba en el. En el mundo donde no existe el sufrimiento.

—Elioth, hagámoslo. Ganemos este evento.— sonreí.

**

—¡Bien! Nuestra segunda misión se remota al distrito del sol, donde se encuentra el príncipe heredero del trono de Bernas. Este chico engreído perdió un collar que concede deseos. ¿Muy estúpido el, no crees?—Dijo Elioth sonriendo.

Yo asentí riendo.

—Y pues, aquí está. El collar es muy valioso..— me lo mostró.

—oh.. supongo que no podemos pedir deseos..— dije yo.

—No idiota, si fuese así, ya todos nos hubieran asesinado— dijo Elioth sonriendo aún más.

—No me da gracia que me hables así, ni siquiera tienes el derecho. Soy tú ama—Sigo sin tener ningún tipo de autoridad.

—Puff .. jajajaja si serás.. rayos mejor no digo nada— se tapó la boca aguantando las ganas de reír.

Lo miré seria. Luego mire a otro lugar.

—Bien, bien. Entonces.. debemos ir al distrito del sol. Pero como sabrás, no llegaremos en un día ahí.—

—Si Elioth lo sé. ¿Donde nos quedaremos?— dije un tanto enojada.

—En... Espera.. ¿No me digas que te enojaste? —sonrio.

—¡Ahg! ¡Estúpido Elioth dime de una vez donde nos quedaremos! —

—Pues.. en una tienda. Una es suficiente—llevo su mano a la barbilla— después de todo, cabemos los dos. Abrazados, juntitos. Dormiremos bien.—

Lo miré seria.—¡Tienes razón Elioth! Y ¿Que tal si también le agrego el que durmamos sin ropa?, así nuestro calor corporal nos proporcionará lo que necesitemos protegernos para el frío— dije muy sarcástica.

—¿En serio? Por mi está bien.— dijo sonriendo.

—No.. ¿¡¡Que acaso no entiendes mi sarcasmo!!? Ahg. Me adelantó yo sola.— dije y caminé más rápido para ir adelante.

El solo se hecho a reír.

**
Al caer la tarde habíamos llegado a un lugar que parecía un bosque. Habían otros misioneros.

—Bien. Me avisas cuando ya tienes todo listo.—dije.

Elioth movía unas cosas hasta que por fin terminaba de hacer la tienda.

—Listo—sacudió sus manos. —una tienda.

—¿Solo una?—dije.

—si. ¿Creíste que era broma lo de que durmieramos juntos?—

—ah.. —me quedé perpleja.

—Bueno señorita. Tranquila. No le haré nada. No tengo intenciones de tocar a mi ama.

—¿¡Eh!? Nadie dijo lo contrario...—dije.

Me acosté. Elioth estaba fuera haciendo una fogata.

Cuando estaba por cerrar lo ojos, Elioth entro en la tienda.

Cerré los ojos forzadamente.

—Sara, sé que estás despierta. Oye... ¿No confías en mí? Ya te dije que—
—Lo se. Solo que nunca antes había dormido con alguien más. Literalmente nunca. Ni con mi madre.— dije bajando la mirada— es solo un poco emocionante.

Elioth sonrió y se acomodó.

—Esta bien. Buenas noches..—

—Buenas noches.—

-——
Al otro día, caminamos hasta llegar al distrito del sol.

—¿Tienen permiso para entrar? —dijo el centinela

—De hecho, venimos a entregar esto.—
Mostro el collar.

—Oh.. pasen.—

Caminamos por la ciudad y Elioth compró un brazalete. No sé por qué.

—Buenos días. Soy Elioth, guardián del distrito del fuego. Quisiera contactarme con el príncipe. Tengo algo importante que es de el.—

—Esta adentro.—dijo una mujer.

—oi que alguien quiere hablar conmigo.—dijo una voz desde atrás.

Nos giramos, y había un chico muy apuesto pero con cara de engreído.

—Si. Sería bueno si fuese adentro.— dijo Elioth.

El príncipe entro y fuimos tras el.

—y bien. ¿Que necesitan de mi?— dijo tomando una taza de té.

—Somos misioneros. Aquí está tu collar. El collar concede deseos.

—Oh... ¡Gracias!  ¿Saben cuánto tiempo llevo buscándolo?—

Nosotros negamos.

—Es muy valioso... Creo que sería bueno recompensarlos.

—¡Oh si!— dije exaltada.

Los dos me miraron raro.
Bajé la mirada y el príncipe prosiguió.

—Les concederé un deseo. Cualquiera.—

Yo y Elioth nos miramos estupefactos.

—¿Que hacemos? ¿Lo pediras tú?—

—No Sara. Hazlo tú. Te lo mereces.—sonrio.

El príncipe me miró y me hizo una seña de acercamiento.

Me acerqué y el tomo mis manos junto con las suyas. Con el collar puesto.

—Sara. Busco dentro de tu corazón lo que mas anhelas. ¿Que quieres? ¿Que deseas?—

Me recordó a las palabras de la bruja en el bosque. La diferencia entre el deseo y el querer.

Pensé en Elioth. Me dió la oportunidad de ser feliz y ayudarme. El me salvó.

Al menos... Quiero hacer algo por él.

—Deseo que el alma de Elioth deje de estar en la línea temporal Intermedia. Lo quiero devuelta el la vida terrenal, de cualquier forma.—

—¿¡Eh?! Pero que dices...—Elioth empezó a brillar. Parecia una luz.

El príncipe dijo:

—Elioth volverá a la vida terrenal pro debe pagar un alto precio por desafiar las leyes del tiempo. A continuación Sara, esto es lo que tú verás.

***

A Través de los charcos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora