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El borroso recuerdo de los carnosos labios de Shawn se hacía cada ves más extraño. Me levante de la cama viendo hacia todos partes, pensando en donde estaría dicho chico.
Tome una bata que colgaba de mi armario y me la puse. Fui hasta mi cocina y ahí encontré a mi hermana hablando por teléfono.

— Eh... ¿Y Shawn?

Mi hermana solo me vio extraña y decidió decirle a la persona con la que estaba hablando que le esperase un segundo, luego apartó el celular de su oreja y hablo.

— ¿Shawn? ¿El chico por el que llorabas anoche y consolé por ser un idiota? -Asentí- Pues no lo sé, creo que en su casa y no sé, ¿porque la pregunta?
— ¿No estuvo aquí anoche?
— Mmm, nop.

Asentí lentamente mientras que mi hermana volvió a hablar con la otra persona en línea.

Todo fue un sueño.

El beso, las palabras, las caricias... Todo parecía tan real. Mi mente divagaba si creer o no todo aquello, pero, ¿como no creerlo? enserio llegue a pensar que Shawn podría venir aquí después de la pelea que tuvimos, me hubiera besado y se hubiera disculpado, lo creo tan real que lo soñé.

Volví a mi rutina diaria.
Las mismas cosas que hacer. Escuela, casa, trabajo, casa. Y el día siguiente. Escuela, casa, trabajo, casa. Y el siguiente. Escuela, casa, trabajo, casa. Y así, durante un mes con normalidad.
Las cosas eran tan monótonas que el hacer algo nuevo me parecía imposible, algo totalmente inalcanzable. No me daba tiempo para mí, solo las buenas notas, la casa estable, el trabajo con buen sueldo y verificar que mi hermana se encontrará bien tanto física como emocionalmente.
No iba a mentir, extrañaba a Shawn más de lo que parecía. El hacia que mi corazón se alterara y que mis días no fueran igual que el anterior, haciendo mi vida mucho más divertida. Mi pregunta era, ¿porque ya no volvió?

Las campanillas de la puerta de mi trabajo me sacaron de mis pensamientos. Un chico bastante lindo entró algo apresurado buscando a alguien, parecía que era algo importante. Nuestras miradas cruzaron y de inmediato llego a mí.

— Buenas tardes, ¿desea algo para...? -Me interrumpió.
— ¡Necesito tu ayuda! -Tomo apresuradamente mi mano me llevó a los baños, algo totalmente extraño.

En cuanto entramos al baño cerró la puerta con seguro y luego verificó que no hubiera nadie. Una ves acabado su mini espectáculo me tomo por los hombros.

— Okey... -Exhalo- Esto es totalmente raro como para ti y cómo para mí...
— Okey...
— Necesito que vallas conmigo a una cita -Espetó.

Fruncí el ceño confusa de las palabras que me había dicho. Esto no era como me imaginé mi primera cita.

— ¿Y cómo porque?
— Porque -Alargó la "e" y me soltó los hombros para caminar en círculos lentamente- Resulta que una persona muy popular de mi universidad me invitó a una cita doble con su novia y mi supuesta novia, la cual no tengo.
— Pues, ¿porque no tienes una? -Paro en seco y volteo a mirarme directamente a los ojos. ¿Había dicho algo malo? Se acercó a mí y nuevamente me tomo por los hombros sacudiéndome un poco.
— ¡Porque soy Gay! -Dijo gritando por lo bajo- ¡Y no quiero que nadie se entere! ¿Que crees que me harían si descubrieran que lo fuera? ¡Sería el fin del mundo!
— ¡Está bien! ¡Está bien! -Le aleje un poco- Respira antes de que te desmayes, amigo.
— ¡No quiero respirar, quiero que me ayudes!
— Solo si me contestas una pequeñita pregunta -El asintió repetidamente- ¿Porque los gay sois tan jodidamente guapos?

El frustrado jalo los mechones de su cabello y yo solté una pequeña risa. Tenía tiempo sin reírme para nada.
Eduardo me explicó el porque era tan importante esto para el (Si, se llama Eduard) y bueno, es gay, yo siempre quise un amigo gay, oh por lo menos un amigo.
Ed decidió sentarse en la barra del local para poder hablar del tema con más tranquilidad mientras tomábamos una malteada. Ed era de esos chicos que tenían más sentimientos que cualquier otra persona, realmente era una linda persona. Me contó mucho de su vida y al parecer habían muchísimas cosas en común como por ejemplo yo soy la primera amiga de verdad que al parecer a tenido. Yo también le hable un poco de mi, bueno, bastante. También le hable sobre Shawn y todo lo que tuviera que ver con el, totalmente todo.

— Owww, ¿ya se besaron? -Frunció el ceño tiernamente mientras recargaba su cara en sus dos menos. Yo negué ligeramente con una mueca- ¿Que? -exclamó- ¿porque?
— Ya no hemos vuelto a hablar...

El me miró con pena mientras terminaba su bebida con la palabra "Lo lamento" en su mirada.

Bob se dirigió hacia nosotros tosiendo ligeramente con su bufanda de abeja alrededor de su cuello.

— Sam -Volvió a toser sonoramente- Creo que ahora cerrare temprano, te puedes ir, ¡nos vemos mañana!

Asentí con una sonrisa y bese su mejilla dedicándole un "Que se mejore".

Ed y yo estábamos caminando por la calle riéndonos de ciertas cosas que nos causaban gracia de la escuela, de la vida, de la política o de la religión.

— ¿Como te diste cuenta que eras Gay?
— Pues... -Se encogió de hombros dedicándome una sonrisa- Resulta ser que me enamore de mi mejor amigo, pero cuando le dije el pareció verme con cara de saco así que no nos volvimos a hablar -Sonrió.
— ¿Porque sonríes? ¿No es una anécdota triste? -Reí
— ¡Antes lo era! Ahora me doy cuenta que da bastante risa ya que mi mejor amigo era horrible en su aspecto físico.

Los dos reímos a carcajadas por las calles sin importar que los desconocidos nos miraran extraños.
Decidimos entrar a un restaurante ya que la risa fiarte daba hambre fuerte, créanme.
No era para nada elegante, era más bien un lugar de comida rápida de hamburguesas.

— ¿Cuál será la comida que deseara? -Dijo Ed haciéndose pasar por un refinado chico.
— ¡Oh, que educado! -Finjo mi voz un poco para escucharme refinada- Quisiera la hamburguesa número dos tamaño grande, digo, la dieta.
— ¡Oh, perfectísimo!

Los dos volvimos a nuestras risas y Eduard pidió la orden, luego fuimos a sentarnos y empezamos a hablar un poco más serio, ojo, digo un poco.

— Ahora dime, ¿porque un chico no quisiera estar con una chica como tú, cariño? -Me encogí de hombros por su comentario- ¡Oh por favor! Si yo fuera heterosexual saldría contigo -Me guiño un ojo y reí.
— Pues, no lo sé, no creo que yo alguna ves le haya gustado, ¿sabes?
— Por lo menos dime cómo era físicamente -Mordisqueo una de sus papas mientras me miraba esperando la respuesta.
— Pues -Balbuce- Era realmente algo, de tez blanca, sonrisa perfecta, cabello castaño y por dios, sus ojos eran marrones pero eran los ojos marrones más hermosas que había visto en mi vida, de unos lindos sentimientos y... -Ed me interrumpió.
— Ep, ep, ep... No nos salgamos de lo físico, a mí me interesa más eso corazón -Reí.

Pero mi risa fue detenida en seco por los ojos marrones de los que tanto añoraba volver a ver.
Me miraban tan fijamente con una expresión seria, podría decir que enojado.
Mantuvimos la mirada unos segundos hasta que el rompe el contacto visual hasta mi acompañante.

— ¿Que? ¿Visto a un mesero guapo?
— No, algo peor. -Dije cabizbaja, luego observe a Ed y el mi miraba con el ceño fruncido- ¿Quieres saber cómo es el chico del que tanto te hablo?
— Pues en eso estamos cariño, ¿que no?
— Voltea hacia atrás, hacia el chico de camiseta color negro.

Ed frunció más el ceño y luego volteo para ver a Shawn y cómo se dirigía hacia nosotros. Yep, con pasó decidido.

— Oh... por... dios... ¡Estoy viendo a un dios griego!

[...]
¡Hola! Lamento tanto el tardar en actualizar :(
Aquí una foto de Ed

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El chico del piano S.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora