11.-

106 9 7
                                    

— ¿Estás Segura que no es gay? -Me dijo Ed mientras Shawn se acercaba. Yo ya no podía contestar porque los pasos rápidos y decididos de Shawn hicieron que llegara demasiado rápido, casi en un parpadeo.

Voltee hacia arriba para poder mirarlo a los ojos mientras que Ed solo lo miraba embobecido.

— ¿Ocupas algo, Peter?
— ¿Que haces aquí? -Espero con una casi enojada.
— Lo que una persona normal viene a hacer. A comer.

El rodó los ojos frustrado y volvió a hablar.

— ¿Tú no le tienes miedo a los autos? -Asentí algo confundida- Entonces, ¿porque llegaste en auto?
— Algo ahí vaquero -Reí sarcásticamente- Para empezar, a ti no te debería importar lo que haga con mi vida -Espete furiosa, pero ese enojo desapareció cuando escuché murmurar a Ed "Te puedes importar de mi..." Voltee a mirarlo y desvío la mirada- Segunda, no llegue en auto, Shawn, hay personas que les gusta más caminar y se preocupan más -Sonreí de la manera más falsa que pude.

Shawn volteo a mirar a Ed con el ceño fruncido. Este solo movió sus dedos hacia arriba y abajo repetidamente significando un saludo "coqueto".
La cara de Shawn se tornó un poco más relajada, le diría algo a Ed pero se callo sus palabras, luego sacudió un poco la cabeza y volvió a mi.

— Yo... -Balbuceo.
— Tú...
— Necesitamos hablar -Dijo ¿nervioso?
— Y yo necesito un millón de dólares. -Dije sarcástica- Pierdes tu tiempo Shawn.
— Nunca perdería mi tiempo si es contigo.

Mis mejillas me traicionaban volviéndose de un color escarlata algo ligero. Malditos nervios.
¿Que le decía? ¿Que hacia?
Voltee a a ver a Ed y este solo alzó su pulgar en forma de aprobación con una gran sonrisa.

— Bueno chicos... -Dije por primera ves mi acompañante- Yo me despido y los dejo solos -Tomo sus cosas y luego volteo a verme- Me llamas luego y acordamos lo de la cita, cariño.

Y se despidió de Shawn con tan solo una sonrisa mientras este lo miraba confundido.

— ¿Cita, Cariño? -Dijo Shawn refiriéndose a las palabras de mi amigo sentándose en el lugar que ocupada Ed hace tan solo unos segundos- ¿Quien es el?
— ¿Que quieres tú?
— Yo...
— Ve directo al grano, Shawn.

Pareció querer hablar pero siempre que lo hacía se callaba y volteaba a otra parte sumamente nervioso. Una muy mala costumbre de su parte.

— ¿Como estás? -Dijo después de un rato.
— No lo sé. -Realmente no lo sabía.
— Lo siento -No entendí el porque en los primeros segundos, y tal ves nunca lo entendería a el, pero la cuestión es porque, ¿porque aparece y desaparece cuando quiere y sin explicación?- Me fui de la nada y de la peor forma. Enserio lo lamento.

¿Está era su forma de disculparse, solo llegando sin idea alguna de parte de ambos y todo por pura casualidad? No, yo no acepto esto. Estoy cansada de que la gente sea la que me controle a mi.

— ¿Y solo así? -Espeto furiosa- ¿Solo de pura casualidad nos encontramos y te acercas como si nada, como si fuera sido ayer?
— Sam, se que pasó tiempo y que la última vez que te vi no fue la mejor, se que no debí estar furioso y mucho menos contigo, y peor aún, usando un miedo tuyo. Pero por favor -Se levanta de su sitio y se acerca a mi- Perdóname, Sam.

Le ofrezco una sonrisa de lado.

— Descuida, Shawn, tampoco fue para tanto.

No me dice nada más, solo me da una sonrisa mostrando sus hermosa dentadura. ¿Se han dado cuenta que bella sonrisa tiene?
Shawn me abraza fuertemente, como si fuera un "Gracias", o por lo menos eso creo. Se separa de mi y ahora su sonrisa por la cual me desvelaría una vida por verla se esfuma. ¿Y ahora que?

— ¿Quien era el? -Me respondió, como si hubiera leído mis pensamientos.

— ¿Quien? -Sabía a quién se refería, pero quería hacerme la tonta.

— ¿Necesitas que te enseñe una foto i algo? ¡Pues con e que estabas hace unos momentos, Samantha!

— Hey, hey, hey... para tu caballo, que solo es un amigo, a parte, tú cuando te fuiste no me contestaste varias preguntas, que de echo aún quiero saber.

— Pues -Bufo-, ¿que es exactamente? no lo recuerdo.

El estaba jugando el mismo juego que yo. Hacerse el tonto.

Le sonreí.

— Tenemos muchas cosas de que hablar, Peter.

— Te extrañe.

— Yo igual.

El chico del piano S.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora