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Los celos son algo incontrolable, mucho más cuando no eres alguien expresivo y la única cosa que te da felicidad en el mundo te es arrebatada de a momentos. Hubieron momentos como esos dentro de la relación de Keiji con su capitán, porque Koutaro es un chico admirado por literalmente todo el mundo en la escuela, y aunque nadie quiere algún tipo de relación superficial con él eso no evita que su novio tenga celos de cada persona que se acerca.

Porque además Keiji es alguien sereno, que se ve con una incapacidad de enojarse. Pero obviamente esto cambia al estar al lado de Bokuto, todo él cambia cuando observa al chico de cabello bicolor.

Lo primero fueron los enojos repentinos, que no podían deshacerse cada vez que veía a Koutaro burlándose de su mejor amigo el número uno de Nekoma, cada vez que disfrutaban de un partido de práctica. También ocurría cuando lo veía charlar de manera amigable con Akinori, aunque tenía en claro que su novio jamás haría algo que le dieran razones para ponerse celoso. El hecho es que Koutaro ni siquiera puede ser infiel (y esa, es otra historia).

—¡Y aquí tenemos... a Akaashi! El típico niño ustedes me irritan —hablando de los de Nekoma, justo ahí aparecía el terrible gato presumido que tenían como capitán, quien solo aparecía para hablar en medio de la práctica con el que se había convertido en su mejor amigo y estaba de pie esperándolo de hace un rato.

Keiji bufó sin darse cuenta, cruzándose de brazos y llevando las pelotas al otro lado de la cancha para que esos dos pudieran hablar sin interrupciones. Siempre elegían ese momento grato, donde el entrenador se iba y dejaba a todo el equipo solo. Una cosa que solo pasaba una vez al mes y que si lo veías de una perspectiva diferente, hasta parecería que ambos eran el Romeo y la Julieta del nuevo siglo.

No charlaban de sus estúpidas cosas (sí, estúpidas porque Keiji ni sabía de qué se trataba pero para él eran eso), no lo hacían cuando terminara la práctica, porque justo a esa misma hora comenzaba la del equipo rojo. Y hablar por teléfono era aburrido y para nenas, decía Koutaro.

¡Ellos hablaban por teléfono cada día! ¿O sea que lo que hacía con él era de nenas, pero lo que hacía con Kuroo estaba bien? Keiji no encontraba manera de explicarse eso, hasta que un día, su novio se aclaró ante repentina confesión acerca de las llamadas por teléfono.

—Contigo es diferente, porque me gustas y es divertido escucharte avergonzado del otro lado de la línea —y así, rápido y sencillo, las inseguridades del pelinegro se iban como si nada.

—Bokuto-san, qué...

—Contigo todo es diferente, simple y claro porque te amo —boom. Akaashi Keiji acaba de perder la capacidad para comunicarse.

/////
todo bien si
no entienden. 😂
ni yo sé
que quise hacer en esto.

¡no dejé que pasara un mes
para actualizar!
bien, kei, vamos mejorando,
sigue así. 😅

BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora