Para estar al día.

150 24 1
                                    

-Bueno, ¿por dónde empezar?- dije sentándome en la silla de madera mientras el café se hacía en la cafetera.

Ese sábado no había dejado ninguna de mis tareas por hacer, y ahora me sentía agotada como nunca antes. Estaba tan cansada que por un momento estuve a punto de ofrecerle café a Sebastian... Habría sido una estupidez perfecta para que se burlara de mí durante años enteros.

-¿Por el señorito "qué fácil me olvidaste" de Gava?- preguntó con obviedad.- Tengo la sensación de que tiene que ver con todo lo demás, o al menos una buena parte.

-No te equivocas.- estiré mis brazos como si me desperezara antes de seguir -. Se llama Andrés y... es mi ex novio. Lo conocía de antes, y al tiempo de que te fuiste me escribió. Al principio pensé no contestarle, pero al final lo hice, y terminé saliendo con él. Al principio me hacía muy feliz, pero a los días de que nos hicimos novios su madre comenzó a agredirme, y después de eso todo comenzó a ir barranca abajo...- escuché el ruido de la cafetera terminando y voltee a mirarla, todavía me tocaba esperar un par de minutos más antes de poder mojar mis labios con esa delicia, y tal vez terminar de sacarme el sabor a demonio de la boca -. Esa mujer terminó consiguiendo que él me dejara, aunque le tomó casi 10 meses. También me provocó anorexia nerviosa...

Sebastian contuvo la risa.

-¡¿Qué es lo gracioso?!- me levanté para servirme el café.

-¿Tú sin poder comer? Eso si te debió hacer sufrir.

-Sí... Encima mamá hizo repostería el año pasado, y me enamoré de esos postres, sobre todo del cheesecake. Es increíble el sufrimiento que puede causar encontrarte uno en la heladera y saber que si comes una porción terminarás vomitándolo en menos de lo que te llevó comerlo...

-Tendré que felicitar a esa señora, hizo más estragos de los que yo llegué a hacer antes de irme.

-Tú siempre fuiste y serás un dolor de cabeza... Pero sarna con gusto no pica... Cuando estaba pasando por todos los maltratos de esa mujer... Te extrañaba más de lo normal. Prefería miles de veces un minuto de tus fastidios que un solo segundo de sus maltratos. No suelo hablar mal de la gente, ni decir que odio a alguien... Pero esa mujer no deja otra cosa que hacer o sentir.

-¿Y él valía la pena por tanto sufrimiento?

-No valía ni cincuenta centésimos... Si la vieja de mierda me maltrataba delante de él, solo agachaba la cabeza. Siempre se dejaba manipular por ella, se decía a sí mismo un caballero cuando lo que menos sabe ser es justamente eso...- comencé a tomarme el café tras volver a sentarme -. Me dejó por whatsapp, mientras que la maldita perra que lo parió me mandaba audios restregándome en la cara que había conseguido terminar con nuestro noviazgo... y sobre la anorexia nerviosa... Al principio no sabía qué tenía... Me hice dos malditas pruebas de embarazo, las dos negativas. Nunca sentí un alivio tan desagradable, lo único por lo que quería ver un negativo era para no tener que ir a casa de esa bruja a dar la noticia...

-Entonces, ¿perdiste la virginidad con ese hocicón?

-Me arrepiento de que haya sido él... Ni siquiera me satisfacía... Después de dejarme me lloraba por sms o por gmail. No sé para qué lo hacía si no me pedía que volviera con él. Eso me enfermó más. Perdí demasiado tiempo con ese idiota.

-Parece que lo que más te dolió fue la anorexia y los resultados negativos de las pruebas de embarazo.

-Bastante... A decir verdad, estaba dispuesta a dejar mi vida y mis sueños de lado por esa criaturita si resultaba estarlo, pero siendo honesta, ningún hijo vale tan poco para hacer que personas tan nocivas como esa vieja formen parte de su vida, incluso existiendo lazos de sangre. Tampoco esa mierda de persona es lo suficientemente importante como para que hacerme un aborto fuera una opción para mí si tenía un resultado positivo. Podrá parecer egoísta, pero... Algunas veces es mejor no tener un padre y una abuela cuando los dos son una mierda. Yo podía darle todo, no importaba cuánto me fuera a costar... Incluso a veces me parecía sentir la presencia de un niño cerca de mí en ese período de incertidumbre... También está el hecho de que mi abuelo falleció, y que quería tirarme encima del cajón en el entierro. Quería irme con él...- rápidamente me sequé los ojos.

-Tuviste un pésimo año...

-Sí... Pero todo eso ya no importa. Mi abuelo me amaba y yo lo amaba a él, y lo demás, está en el pasado. Aprendí algunas cosas, estoy saliendo de la anorexia, estoy feliz de poder comer con normalidad... Eso sí, ¡mamá no hizo un solo cheesecake en todo lo que va del verano! Tal vez tenga que aprender a hacerlo yo...

-Será divertido burlarme cada vez que lo arruines.

-Será divertido pensar en como te burlabas de mí una vez que aprenda a hacerlo...- le sonreí.

Terminé mi café y me serví uno más. Todavía me sentía cansada.

-No te acostumbres a estar de buen humor, Mili.- me molestó.

-¿Por qué no? Volviste a mi vida, y Book of Atlantic se estrena en unos días. ¡Seré la única que tenga al verdadero Sebastian Michaelis viendo la película con ella!

-¿Y si no quiero verla?

-Vas a querer, así sea por soberbia por ser uno de los protagonistas o por molestarme mientras la veo.

-¿Soberbio? ¿Yo?- fingió inocencia en su rostro.

-¡Sí, tú!

Me serví una segunda taza de café, vi que la luz de mi celular que me indicaba cuando llegaba algún mensaje o notificación estaba parpadeando. Lo tomé rápidamente para ver de qué se trataba. Habían varios mensajes de Whatsapp, uno de ellos en especial me sacó una sonrisa.

-¿Y esa cara de enamorada?- Sebastian enarcó una ceja, me sacó el celular de las manos y vio la pantalla con curiosidad -. ¿José?

-¡Dame eso!- volví a sacarle mi celular de las manos -. Es solo un chico con el que me escribo... Uno muy atractivo, por cierto...

-Yo me veo mejor que él...- lo vi con mala cara por su actitud egocéntrica, totalmente digno de un demonio, pero molesta -. Bueno, admito que es mejor que el hocicón de tu ex...

-Gracias.- sonreí con sarcasmo antes de responderle a José.

Finalmente vi a Sebastian, pensativa. Ahora que él había regresado tenía un problema: ¿Cómo voy a explicarle a José quién es Sebastian y por qué vive conmigo, compartiendo mi cuarto? José de verdad me estaba comenzando a gustar y no quería que nada lo arruinara...

Apuesta de Terquedad [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora