Demonio rompe corazones.

464 49 40
                                    

-Emilia...- oí la voz de Sebastian.

-N-no...- salió de mis labios, un titubeo inconsciente de una voz quebrada.

-¡Emilia, despierta!- insistió.

-¡Gah~!- me senté de golpe en la cama con la respiración agitada, mi cuerpo se sentía muy frío, temblaba sin poder controlarlo, sentía mis mejillas humedas...

Llevé mis temblorosas manos hasta mis mejillas, había estado llorando dormida. La habitación estaba en silencio y oscuridad. Sebastian chasqueó los dedos y las luces se encendieron, cegandome momentaneamente. Cuándo pude recuperar la vista, Sebastian no dejaba de observarme de forma interrogante.

-¿Qué estabas soñando?- me preguntó.

Lo miré en silencio por unos minutos mientras recordaba mi sueño. Había soñado que Sebastian terminaba por salir de mi vida, que olvidaba nuestra apuesta y su deseo de obtener mi alma para irse con Belinda, incluso tenían un bebé en mi sueño. Antes de dormir me había preguntado qué habrían hecho ella y Sebastian para que él tuviera su perfume encima, incluso me había dormido pensando en eso. No quiero que Sebastian se vaya, aunque se supone que lo odio no lo quiero fuera de mi vida...

-Emilia, ¿qué estabas soñando?- preguntó de nuevo, ahora algo impaciente por mi respuesta.

-No lo recuerdo.- mentí -¿Qué hora es? Hace mucho frío...

-Son las 5:30 de la mañana, y siempre hace frío en este cuarto.

-Hace demasiado frío... Tomaré un baño...

Me bajé de la cama y busqué algo de ropa abrigada antes de ir a bañarme. No me importó si Sebastian me estaba observando o no.

Entré la ducha. Había abierto solo la llave del agua caliente y estaba casi hirviendo, lo cual se sentía doloroso al contacto con mi piel tan fría, por lo que casi grito de dolor, pero en lugar de eso lloré recordando aquel sueño. Cuando entré en la ducha casi estaba azul, y cuando salí estaba roja, de pies a cabeza.

Me recosté en la cama nuevamente y me tapé con las sábanas hasta la cabeza. Sebastian me observó hacer esto y volvió a levantarse como cuando tuve esa pesadilla más temprano.

-¿Por qué te acuestas de nuevo?- me preguntó.

-Debo mantener mi calor corporal...- dije en un susurro que sólo él escucharía.

-Pero ya casi es hora de levantarte.

-Falta media hora, no molestes...- protesté.

Sebastian dio un suspiro y volvió a su cama. Nos quedamos en silencio por algunos minutos, hasta que fui yo quien decidió hablarle.

-Sebastian...

-¿Qué sucede, Emilia?

-Qué... ¿Qué tanto hicieron tú y Belinda ayer?

-¿Por qué quieres saberlo? ¿Estás celosa?- me dijo con tono burlón.

-No, solo quiero saber si ya te la volteaste o si intentaste seducirme a mí porque te quedaste con las ganas, eso es todo.

-Un caballero no va por la vida contando esas cosas.- parecía molesto.

-¿Y tú tampoco lo haces?- ahora era yo la que lo molestaba a él, pero la verdad era que por dentro me sentía muy triste.

-Muy graciosa- me respondió con sarcasmo -... No tengo nada que decirte al respecto, y no, que intente seducirte o no jamás tendrá algo que ver con lo que haga con Belinda o cualquier otra señorita.

Apuesta de Terquedad [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora