"Ningún cuento de la realidad acaba como se espera en la ficción"
La ola de crímenes sigue aterrando a la pequeña ciudad de Chiclayo, diversas matanzas ocurren a diario en las principales calles de la ciudad, sin que la policía pueda hacer algo en contra de estas mafias. Prácticamente, todos los ciudadanos temen salir de noche, tiene miedo de no regresar sin alguna herida hecha por delincuentes. Los empresarios ya cierran temprano sus negocios por temor a los famosos "cupos". La situación es de emergencia en la "capital de la amistad".
En Lima, una semana antes de la noche de acción de Jerouu...
- ¿Tú crees eso abuelo? - pregunté mientras lo acompañaba a comprar el pan
- No lo sé Jerouu, pero siempre exageran, que se encarguen los mismos policías, por eso están allí, si no pueden con esas mafias, menos les harán el pare en Lima
- Ojalá pudiera cambiar eso, si hubiese otra forma de solucionar los conflictos, otra forma de combatir el mal... otra manera, de conseguir la paz, algún día lo resolveré - Lo dije con tal firmeza, que mi abuelo me escuchó, me miró y sonrió, creo, que tenía fe en mis palabras, unas palabras con un buen sentimiento
El tiempo cura las heridas, remedia los malos momentos y calma las tempestades, eso es lo que se ha perdido en esta ciudad. Las personas no son las mismas de hoy. El caos reina sin cesar en una ciudad que era tranquila. Mis hermanos, mis amigos, se han ido, o los han matado. La culpa no lo tienen los hombres ni las mujeres, sino la humanidad entera. La humanidad creó los esperpentos que ahora utilizan armas para calmar la muchedumbre que dé a pocos se levanta en contra de cualquier sistema impuesto. Puedo cambiar eso, puedo revertir esta realidad llena de mierda. Solo necesito dos cosas, dolor y sufrimiento, para reajustar la maldita realidad en donde todos vivimos, lamentablemente.
Chiclayo, una linda ciudad, ha cambiado mucho, no es seguro vivir aquí, y en todo el norte del país, pero ¿Por qué? Porque las mismas personas evitan la justicia y la deterioran hasta el punto que deciden huir a quedarse a pelear. Huyen de la verdad y rehúsan a seguir combatiendo por la verdadera moral.
No creo en Dios, mucho menos en una religión. Dios no me ha dado todo lo que tengo, si creyera, lo culparía de todo, de todo lo que me ha pasado y al resto de la población. Los fieles siguen rezando y confesando pecados, y los infieles, fabricando su propio destino. Soy considerado un desastre por muchos, y también la misma muerte por otros. No pretendo hacer justicia y tampoco crear una verdad de armonía.
La justicia divina me quitó todo, los humanos me quitaron a mi amada. La realidad devoró mis alegrías. Nada más que perder, nada por que luchar, nada que temer. La ciudad cae y los últimos defensores ceden o se venden ante la gran ola de delincuencia y atrocidad que se vive noche tras noche. La policía es desechada totalmente o corrompida por las grandes mafias, ni hablar del maldito alcalde, que solo se regocija de sus impuestos mientras la población clama ayuda. Todos morimos alguna vez, pero esto se ha convertido en un lugar peor que el Hades. Todo se cae a pedazos, la balanza de la justicia se desmorona, el norte es sumiso a la oscuridad y el temor de sus habitantes, por eso es que debo intervenir. No por ayudar, no por querer proteger a alguien, es por mi propia sed de sangre y venganza que ata mis venas a la sociedad moderna. Sangre a cambio de libertad.
Mi nombre es Luciano, y mañana seré el hombre que asesino por la venganza, no una venganza cualquiera, mejor dicho, el hombre que cambio al Perú a través de un nuevo miedo, miedo a la desesperación. Mi edad no importa, soy viudo recientemente y con ganas de matar por el simple hecho de querer lograr una justicia y enterrar a mi esposa con el consentimiento de que acabe con quienes mataron este hermoso matrimonio corto. Norteño por defecto, víctima por desprecio, y guerrero por deber.
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Cielo de Almas, Kay Pacha: "Noches Rojas"
Science FictionNo todas las historias deben ser escritas con luz y esperanza. Algunas, solo desean ser escritas con sangre, la otra historia de un país lastimado por sus propios ciudadanos. La leyenda de Luciano, un hombre capaz de sacrificarse a si mismo por el b...