Teen Idle

Hospital Psiquiatrico de Esichbill

Decidí apagar el celular. Tenía un plan estaría en Esichbill cuanto tiempo fuese necesario, iba a desaparecer un tiempo alejarme de la ciudad, tratar de averiguar todo lo posible debía sacarme su nombre de mi cabeza y mi vida. Ya llevaba unos días sin escucharla pero sé como funciona esto las voces vienen y van, nunca sé cuando regresaran. No iba a arriesgarme. Debía parar esto antes que pasase algo más.

HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE ESICHBILL

El nombre resaltaba en grande. Baje del auto y logre ver que todo estaba vacío, como si el mismísimo desierto estuviese ahí.
Toque la puerta, en seguida un hombre alto y flaco me abrió, tenía la cara demacrada como si llevase tiempo sin dormir. Supongo que un trabajo de 24 horas desgasta tu figura.

-Quisiera información.

El hombre no dijo nada, me vió con sus profundos ojos azules, después solo apuntó a un escritorio con su largo y esquelético. Cerro la puerta cuando pasé.
Me acerque lentamente mientras escuchaba la canción de fondo, aparte de eso solo mis pasos resonaban en el suelo. Las paredes eran blancas y altas y la luz entraba por cualquier lado. Llegue al escritorio.
Una cabellera blanca resaltaba detrás de la ventanilla una señora algo mayor supongo.

-Quiero información acerca de una persona que estuvo internada aquí.

-¿Era familiar?

-Si.- mentí.

-¿Nombre?

-Salli Chamberline

-Un momento, toma asiento.- dijo fríamente sin siquiera verme.

Camine a unos sillones negros que estaban cerca de una ventana. Sentía que el tiempo no pasaba. Comencé a desesperarme. Fijé mi vista en el reloj. De reojo ví algo pasar detrás de mí voltee a ver a la izquierda. Nada. Luego a la derecha y lo mismo. Solo estaba el hombre. Gire lentamente mi cabeza para ver el reloj de nuevo y frente a mí había alguien parado. Una niña vestida de blanco, con un vestido manga larga. Me sonrió.
Sentí un pequeño escalofrío recorrer en mi espalda.
La niña se fue caminando y entró en una puerta, liego de eso no había rastro de que alguien hubiese estado ahí.
De nuevo estaba sola sentada.
Vi la hora. 4:30 había pasado una hora.

Camine a la ventanilla de nuevo.

-Disculpe.

-Si, ¿en que puedo ayudarla?

-Llevo sentada una hora esperando a que usted me atienda como debe pero...

-Niña, tu acabas de entrar.

-¡No! Yo...

-Por favor toma asiento y espera tu turno.

No le contesté, volví a sentarme en el mismo sillón.
5:50, nada aun estaba ahí. Aparte de la señora, el hombre y la niña no había visto a nadie más en las dos horas y media que llevaba ahí.

6:25 el cielo se oscureció tenebrosamente. Decidí regresar mejor. Salí por la puerta y me encamine a mi auto, era el único en el estacionamiento. Di una mirada rápida a el edificio. Todas las luces apagadas solo una no. En ella se visualizaba una silueta, una niña.
Subí y arranqué el motor, no tuve resultado, intente de nuevo, nada, una y otra vez pero seguía igual. Traté una última y al fin encendió.
Salí de ahí con la esperanza de encontrar algún buen hotel.
Al fin uno. Estaba medio decente.
Entré, me registré y subí a mi habitación. Leía lentamente cada número tratando de encontrar na 212.
La última en el segundo piso. Parecía que nadie había pasado por ahí hace siglos, las telarañas en las paredes, el tapiz rasgado el polvo por doquier.
Bueno, no me quedaba de otra.
Acomodé un poco los muebles, los limpie lo mas que pude y me acosté en la cama.
El día se sintió largo y agotador, mis ojos comenzaban a cerrarse involuntariamente.
Caí rendida.

-Oye Sophie...-un susurro.
-¿Nos recuerdas? JaJa...
-Tratas de averiguar algo JA Suerte...

Todas hablaban al mismo tiempo y se escuchaba un eco de sus voces.
El volumen se elevaba cada vez más hasta que casi sentía que mi cabeza explotaba. Grite.
Me senté de golpe en la cama.
Vi la hora 9:36 a.m.
Ya era hora debía volver al hospital.

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Capitulo no planeado para hoy pero como recompensa por no subir el viernes...esta es la primera y ultima vez que lo hago. Bye...

Ah y disculpa que este algo fatal peeero no sabia que escribir ja...

Jejeje. Jejeje