-Conchetumare!!! -grité. -VALENTINAA!!!!!! -grité más fuerte.
-Wat wea hermanito -salió con llave a abrir la puerta.
Apenas la abrió le chanté el beso con lengua, me importó un pico cualquier weá, era mía y esa weá todos la sabían.
-Qué te pasa weonsio -me empujó y yo me limpié el labial que me había quedado.
-Me pasa de todo con vo' -la tomé el brazo y la entré a la casa. Noté que no había nadie, mejor.
Subimos a su pieza y la weona se sentó en la cama.
-Oye, qué weá no, sale -se iba a parar y yo de mi bolsillo saqué el papel culiao.
Lo miró y se le cayó el hocico.
-Conchetumare -se paró a abrazarme.
-Sí po, el Nicolás es un conchetumare -me reí.
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-Te amo, maraca -le besé la cabeza.
-Te amo, maricón -me abrazó.
-Hija!!! VALE!!! -gritó su mamá.
C o n c h e t u m a r e.
-YA VOY!!! -gritó. -pónete la ropa culiao -me empujó. Txaaaa.
Me la puse más rápido que la chucha y bajamos como si no hubiera pasao ná. Cuando pasó de todo, ah.
-Hola, en qué...? -nos miró raro.
-Viendo películas mamá.
Sí, la de la anaconda caezona.
-Hola tía -la saludé.
-Y tu papá Niquito, cómo ha estado? -preguntó sacando las weás de las bolsas. Había ido al Lider.
-Bien, bien, estamos mejor que nunca -me reí.
Qué felicidad más grande.
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Valentina, no me gustaí.
RomanceEl Maxi creía que la Valentina era maraca, no estaba esquivocado, pero no era una maraca cualquiera. Era una maraca enamorá, ¿de quién? Del hueón que más la odiaba, el Maxito.