Petris recogió del suelo los trozos de aquella taza y asolada por su culpabilidad espero sentada la llegada de su padre.
Contemplando la bailante llama de una vela su mente divagaba pensando en las consecuencias de sus golpes, quizás no volviera, quizás ahora el hijo de Nuor estaba encerrado en las oscuras mazmorras de Erebor.
Una silenciosa lágrima resbaló por su peluda mejilla, no lloró, solo la rabia e impotencia lograban su llanto pero no la pena o tristeza.
Sus dedos bailaron sobre el fuego lentamente, resistiendo el calor hasta que este ya le quemaba, y se vio como aquellos dedos jugando con fuego hasta quemarse.
Pero ella adoraba ese fuego, deseaba vivir ese fuego que le hacía sentir viva pero entre los suyos solo el hielo le estaba permitido, solo podía ser una más con los descendientes de Durin.
" Cuando llegué le diré que me voy ", y ese pensamiento la ocupó un buen rato, pensando como decírselo a su padre, como hablarle sin dañar lo que más quería pues adoraba y amaba a Nolin, él lo había sido todo para ella y ella para él desde su nacimiento.
La puerta se abrió y la severa mirada del hijo de Nuor atravesó a su hija sin contemplaciones.
- Esto ha llegado a su fin Petris, hemos ido muy lejos, tanto que los fuertes cimientos de lo que somos se tambalean... -.
A su espalda cerró la pesada puerta para que nadie escuchara la secreta conversación que debían mantener.
- El hijo de Thrain yace con una enorme brecha en su cabeza y es probable que su amigo jamás pueda tener descendencia. El mismísimo rey me ha amenazado con el destierrooo!!!... -.
A Petris aquello no le pareció un castigo, más bien una liberación y aliviada por ver a su padre, ante él se levanto de su silla.
- Tienes razón padre, esta claro que aquí no puedo ser lo que anhelo. Amó a los mios como cualquier otro y por ellos daría mi vida, y también te quiero a ti más que a otra cosa en este mundo. Y no quiero verte sufrir ni yo quiero seguir sufriendo, por eso te digo que me voy... -.
El gesto de Nolin cambió radicalmente al escuchar a la orgullosa hija de Petris, su vástaga y su vida, ella lo era todo y por ella todo había arriesgado. Sintió un fuerte dolor en su pecho que le hizo tomar asiento.
Su mano se aposentó sobre su armadura a la altura de su desbocado corazón, no era anciano pero más de dos siglos contemplaban la barba del hijo de Nuor, y aquellas palabras profundamente le hirieron.
- Estas bien?!!!, quieres agua?... -.
Alarmada, Petris se acercó rodeando con su brazo los hombros de su padre. Y en la agitada respiración de este comprendió que fueron muchas las emociones que ese día habían dañado su bondadoso espíritu, y muchas las palabras que amenazaron lo que siempre había sido su padre, un hijo de Aule miembro de la Casa de Durin y un solitario padre que en el amor equivocó su camino.- Di papa que necesitas?, estas bien? o aviso a alguien? -.
La preocupación en la voz de Petris era evidente.
Poco a poco el hijo de Nuor fue recuperando el aliento, y con la mirada humedecida, a los verdes ojos de su hija miro fijamente.
- Necesito que seas normal Petris, normal como las otras, o al menos que los demás crean que lo eres. Nunca debí mostrarte la disciplina de los varones, ni cantarte nuestras canciones ni mucho menos convertirte en una guerrera. Te pido perdón por eso, yo tuve la culpa, ante puse mi deseo a mi deber. Pero sí te vas... sí te vas me voy contigo pues tú eres lo único que tengo, ya perdí a tu madre y tu has sido mi única razón de ser, mi todo pues ni la grandeza de los enanos se puede comparar al cariño de una hija... -.
Petris entendió entonces que por primera vez le tocaba a ella tragarse su orgullo, ceder al menos por un tiempo. No quería herir más a su padre ni tampoco apartarlo de lo que siempre fue con orgullo, un leal soldado de Erebor y súbdito de su rey. No le podía pedir que renegará de sus recios principios, que dejara de ser lo que siempre fue.
Su mano suavemente acaricio la oscura barba del hijo de Nuor y fingió entender lo que le pedía sonriendo le dulcemente.
- Esta bien papa, no debes pedir disculpas, me encanta lo que soy y a ti te lo debo, pero si así ha de ser, sino puedo vivir como uno más entre vosotros viviré como una más en la soledad de la piedra. Pero no puedo renegar de lo que siento y en silencio, oculta a los ojos de la Casa de Durin empuñaré mi arma y vestiré mi armadura, más cuando esos ojos me observen tu linaje quedará libre de castigo o humillación -.
Un apesadumbrado Nolin se levantó de la silla sujetando la mano de Petris sobre su mejilla.
- Volvemos a tener un trato?, no soy tonto Petris y bien te conozco, nunca cedes y la rendición para ti es algo desconocido. Te quedarás un tiempo al menos por tu padre, al menos mientras este respire. Pero no quiero que tu amor te convierta en algo que no quieres ser, no quiero que el brillo de tu mirada se desvanezca en la desidia que aborrece y detesta tu alma, eres una enana y como tal tu convicción debe ser inquebrantable -.
La hija de Petris no negó la verdad entonada en las palabras de Nolin, no sería ese día ni quizás en un tiempo pero era consciente, muy a su pesar, que su lugar estaba lejos de los suyos.
- Entonces seguirán las noches de enseñanza?, aún no domino bien usar mi rompecabezas mientras sujeto con la zurda el escudo. Me enseñaras? -.
Nolin asintió de nuevo orgulloso y esperando que aquel renovado trato no se quebrara en mucho tiempo.
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Petris of Erebor
Fanfiction"Porque los Naugrim tienen barba desde el principio de sus vidas, tanto hombres como mujeres; de hecho los miembros de otras razas no pueden distinguir a las mujeres, por los rasgos, el modo de andar o la voz, ni por ninguna otra cosa, salvo una: en...