Nuestro huésped sea usted.

714 76 15
                                    

La puerta del cuarto se abrió lentamente, dejando ver la rubia cabellera de Allen ligeramente peinada. Se notaba que se habia enjuagado los ojos, no habia marcas de llanto, sólo aquellas de un posible llanto. Comenzó a caminar temeroso por el pasillo, ignorando los susurros tras de una cortina.

—Oh, Oliver...

Una risa coqueta. —Hum, Dinah...

—Oliver, me vas a quemar...

—No sería la pri...— La coquetería en la voz de la vela se detuvo, al ver como el rubio se alejaba. Dejo a la pobre plumero en el piso mientras los seguía. Iba a la cocina.

En dicho lugar, Clark intentaba mantener a Conner dentro de la vitrina, aunque la tacita se negara, alegando que no tenía sueño.

—Me mato haciendo una obra maestra para que se desperdicie.

Clark frunció el ceño. La estufa no dejaba de refunfuñar y hablar entre dientes. —Todos tuvimos una noche larga. No te quejes.

—Pues para mi, el niño es algo obstinado. ¡Hal fue muy amable!

Clark rodó los ojos, claramente Guy era único.

—Pues si Harold no aprende a controlar su mal genio, jamás romperá el hech...

En ese momento, entró Barry. Viendo todo curioso a su alrededor.

—¡Me alegra que haya salido!— Guy trotó para ponerse al lado del joven. —Soy Guy Gardner, encargado de la casa.

Oliver llego para interrumpir el momento, tomando la mano del joven entre las suyas, besándola con algo de coquetería natural. —Oliver Queen, encantado de conocerte.

Guy le veía mal. No entendería a ese... objeto. —¿Hay algo que podamos hacer para mejorar tu estadía?

—La verdad... tengo algo de hambre y...

Al ser mencionadas esas palabras, la vajilla se puso en movimiento. Toda iba al comedor. Llevaban platos listos que aún estaban tibios, todos emocionados.

—Recuerden lo que Harold dijo...

—No voy a dejar a este niño con hambre, Guy.

—Pues denle pan... y agua.

—Esa no es manera de tratar a nuestro invitado. Por aquí, te llevaré al comedor.

Todos ahí estaban locos. Harold enfurecería en cuanto se enterara. De eso el reloj estaba seguro.

El comedor era una habitación grande. Estaba oscura y una mesa demasiado larga era lo único que adornaba. Cuando Barry iba a sentarse, una silla corrió para atenderlo, dejando una servilleta en sus piernas. Oliver encabezaba un gran desfile de comida. Todos repetían la frase "Nuestro huésped sea usted" una y otra vez a modo de canción para ambientar. Era maravilloso. Nunca habia visto tanta comida en su vida.

Tomo un poco de todo, comiendo entusiasmado. No prestaba atención a la canción hasta que se encontró satisfecho. Entonces empezó a tararear al ritmo que tenían la vajilla y los platillos. Unas cucharas muy monas se tiraban a la ponchera mientras hacían algo parecido al nado sincronizado. Un gran candelabro de vidrio baja, dejando ver tenedores bailando. Los ojos azulinos del joven brillaban.

Cuando todo acabó, empezó a aplaudir. Habia sido una comida única.

—Todo fue maravilloso.— Su voz se escuchaba animada. Parecía un niño pequeño en juguetería. Guy estaba sonriendo, viendo a todos irse a dormir.

De ciencia y encantamientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora