De ciencia y encantamientos.

Iris.

Iris estaba desesperada. Nadie habia querido ayudarla en la búsqueda de su primo. Los hombres se habían reído de ella y las mujeres la habían ignorado. Estaba sola.

Sin embargo, esto no la iba a detener. Estaba decidida a regresar a Barry justo a donde pertenece.

Ansiosa, con las manos temblando corría de un lado a otro por el cuarto. Llevaba una bolsa de viaje al hombro. En ella guardaba mapas y mantas. Algo para iluminar su camino.

Se aseguró que Wally se encontraba durmiendo. No quería perturbar al guardián de la casa. Le acarició suavemente el sedoso pelaje del lomo y salió rumbo al castillo con la determinación en los ojos.

Mientras Iris se adentraba al bosque por un tenue sendero, una carroza con el emblema de Arkham se acercaba lentamente a la casa de los Allen. De ella bajó un determinado Bruce, quien era seguido de cerca por el pobre niño que le admiraba.

Sin mucho cuidado entró a la cabaña, gritando el nombre de Barry e Iris en varias ocasiones, hasta darse por vencido al ver que ya no estaban más ahí.

—Bueno, sabía que esto no iba a funcionar. — El menor rio cubriendo su boca. —Nos vemos luego, Bruce.

Wayne no toleraría semejante humillación, así que tomo al pequeño antes que se fuera, y saliendo todavía más molesto del pequeño hogar lo dejo atorado en la nieve. —Escúchame bien Dick, harás guardia aquí hasta que regresen, y me avisaras enseguida.

Y sin darle tiempo al pequeño para negarse, subió al carruaje de nuevo y se perdió en la nevada que iniciaba, llenando de niebla el camino.