Differents ways. [KaiSoo]

Capítulo XIII

— En verdad lo lamento, yo no pensé que realmente tuviera una cita con el señor Kim.

— Ya ni lo menciones, da igual. No le diré a mi tía que le diga a su amiga que te corra —le dijo KyungSoo a SeokJin, el capitán del restaurante.

KyungSoo se encontraba en una banquita de metal a lado de SeokJin, mientras este hacía su trabajo en la entrada, revisando reservaciones y haciendo entrar a los comensales.

— Gracias, señor Do —le sonrió.

— Sólo dime KyungSoo —dijo sin sonreírle de regreso. Se sentía tan devastado.

— Está bien, señor Do.

— Creo que ya debería irme, es tarde y necesito llegar a casa —dijo levantándose de su asiento.

— Tal vez el señor Kim sólo estaba teniendo una charla amena con la señorita Kang.

— Para empezar, JongIn ni siquiera sonríe, es obvio que no se trataba de una charla amena. Creo que jamás le gustaré —dijo deprimido y SeokJin se sintió culpable.

— Pero usted es muy guapo, seguro sí le gusta al señor Kim.

— Sí claro —dijo sarcástico y SeokJin lo miró apenado.

KyungSoo se levantó de su asiento y paró a un taxi.

— ¿Ya se va?

— Claro, prefiero dar lástima en mi departamento, que aquí.... Sabes... creo que debería presentarte al portero del edificio dónde vive mi primo... seguro te gustará. Nos vemos SeokJin —besó sus mejillas y después se subió al taxi.

Le esperaba una larga noche con canciones de mujeres luchonas, abandonas y dolidas, junto a la botella de whisky que había robado de la cantina de casa de sus padres.

— Sólo porque túuuuu, me cambiaste por unas tetaaaaas, sólo porque túuu, no supiste soportar mi rarezaaaaa —cantaba mientras Madame Curie se metía debajo de la cama, KyungSoo estaba desafinando.

La música estaba al tope, sus berridos no lo dejaban oír más, ni siquiera como su celular estaba sonando tan insistentemente, apareciendo en la pantalla el nombre de JongIn.

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JongIn se encontraba esperando a KyungSoo, le había llamado treinta minutos antes y el bajito le había dicho que ya iba a llegar, pero seguía sin honrarlo con su presencia. Suspiró abatido, debía saberlo, KyungSoo era tan irresponsable, era obvio que no llegaría y si lo hacía, sería muy tarde. Estaba por irse del restaurante cuando SeulGi apareció frente a él con una enorme sonrisa.

— Kim JongIn, ¿cómo estás? —saludó.

JongIn abrió los ojos enormemente, no esperaba encontrársela ahí. Realmente con SeulGi había pasado buenos momentos, habían tenido una relación seria y estable, porque JongIn no podía permitirse andarse con amoríos de una noche, iba en contra de sus principios. Además la señorita Kang no se merecía eso, era una modelo, muy guapa y con un gran corazón porque siempre estaba donando su dinero y tiempo en caridades o casas hogar.