Differents ways. [KaiSoo]

Capítulo XIX

— Bueno, si vamos a casarnos necesitamos un pastel, unos trajes elegantes y un juez —le enumero emocionado KyungSoo a JongIn.

Ambos se encontraban acostados en la cama del moreno, KyungSoo con la cabeza en el pecho de JongIn y este abrazándolo.

— Creo que falta algo más importante —mencionó el moreno y KyungSoo lo ignoró.

— Necesitamos flores de colores, moradas y rosas porque me gustan esos colores... pero también los otros, necesitamos a los testigos, obvio serán ChanYeol y Baek...

— Te olvidas de algo más importante.

— ¡Claro! ¡Los anillos! Quiero anillos de oro blanco.

Llevaban un mes estando más juntos que nunca. El moreno no había salido a buscar empleo aún, pues se estaba dando su tiempo para replantearse su vida, estaba seguro de una cosa; se casaría con KyungSoo, pero necesitaba un empleo y no sabía aún si buscar en una gran empresa o empezar su propio negocio. Y KyungSoo ya había renunciado a su trabajo como profesor en la primaria, pues había vendido bien 5 de sus pinturas y tenía otras 3 por cobrar.

El moreno no lo dejaba pagar nada, el señor Kim le había dado una buena liquidación y tenía una gran suma en el banco de todo lo que había ahorrado. Se decía que ese mes había roto sus reglas y sus costumbres por mañanas llenas de abrazos y mimos, besos en la madrugada, desayunos, almuerzos y cenas en medio de divertidas conversaciones y noches llenas de "te quiero" por parte de ambos.

Si su madre lo hubiera visto, que llevaba un mes siendo un holgazán, seguro lo hubiera retado... o tal vez no, a su madre terminaba importándole poco lo que hacía, el señor Kim seguro que le hubiera gritado lo inútil que era, gracias a Dios ninguno había hecho el esfuerzo por buscarlo.

— No, KyungSoo. Debemos ir a hablar con tus padres.

Y KyungSoo calló su parloteo, era cierto, debía contarle a sus padres que ahora sería esposo de JongIn. Se levantó de la cama y comenzó a desvestirse mientras corría al baño.

— ¡Vamos, morenazo de fuego! ¡Tenemos que ir con mis papás!

JongIn se limitó a sonreír, KyungSoo le alegraba sus días.

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El moreno condujo hasta la mansión de los Do. JongIn jamás había estado ahí y se aseguró de ponerse presentable en un traje de los que llevaba rato sin usar, KyungSoo le había insistido en no hacerlo pero JongIn quería proyectarles seriedad a los padres del pelinegro, tenía que ver que su relación era estable y no bromeaba, se quería casar con KyungSoo.

Cuando llegaron la primera en recibirlos fue la señora Do, quién corrió a abrazar a JongIn.

— ¡Hijo! ¡Ahora eres parte de la familia! —gritó emocionada.