VI

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Suspiró con algo que podía asemejarse a alivio cuando vio desde fuera de la ventana como Kurosaki sonreía lo más leve al tomar su obsequio. Asintió para sus adentros haciendo nota mental de que debía recordarlo para un posible futuro. Regresó a pie de calle para volver a entrar en su gigai y dirigirse de vuelta a la tienda de Urahara antes de que la temperatura nocturna bajara más.

Aún le desconcertaba la hostilidad que destilaba Ichigo hacia él con cada encuentro que tenían. Hizo otra nota de no volver a entrar en el terreno de su familia, más por el bien de Kurosaki que por el suyo propio. Visiblemente pudo reconocer que el chico había estado al borde de un ataque de ansiedad. Otra de las cosas que había leído en el libro y que le resultaba fascinante y a la vez aterrador. La mente de los humanos funcionaba de una manera... curiosa. Ahora su punto estaba en encontrar el motivo de esos ataques. Tenían algo que ver con su presencia, eso seguro.

Ni siquiera se paró a pensar, entre todo esto, que estaba intentando ayudar a Kurosaki y lo estaba justificando como curiosidad científica.

Pensó en regresar a la biblioteca e investigar un poco más sobre el tema.
*~*~*~*

Creía tener la respuesta. El problema era que Kurosaki asociaba su persona con peligro, por eso no lo quería cerca de su familia y se mostraba aún —aunque menos— reacio a sus encuentros con Inoue bajo su vigilancia. Después de haberse enfrentado a Ichigo en batalla y de analizar su forma de actuar, casi podía adivinar lo que debía de estar pensando. Si relacionaba a Ulquiorra con 'peligroso' su lógica debía ser que quería alejarlo lo más posible de sus seres queridos. Si estaba cerca de ellos, Kurosaki sentía ansiedad porque era consciente de que si él hacia algo para dañar a sus amigos, su persona sin ningún tipo de poder no podría hacer nada. La impotencia de no poder protegerlos, esa es su debilidad. Le sorprendió que no hubiera llegado a esta conclusión con anterioridad.

Su primer objetivo, era entonces, encontrar el modo de que Kurosaki dejara de verle como una amenaza.

Tenía la impresión de que su trastorno de ansiedad se debía a algo más que esto, pero no tenía suficiente información. Quizás si lograba acercarse a él...

Cerró el libro y lo dejó sobre el carrito indicado para ello.

Kisuke le dijo que podría hacerse miembro de la biblioteca y llevarse libros prestados para leerlos fuera. Le pareció algo estúpido de hacer ya que prefería que su estancia en el mundo de los vivos llevara más tiempo de lo requerido. En cuanto acabara Urahara con la investigación, regresaría a Hueco Mundo.

Regresó de vuelta al lugar luego de haber pasado la mañana en la biblioteca, a tiempo para almorzar como había pedido Tessai. Al principio encontró innecesario el alimentarse de comida humana, pero acabó por tomarle gusto y su gigai funcionaba de tal manera que anulaba el hambre de energía espiritual. Así no habría escándalos sobre si comía un alma humana. No quería ese tipo de problemas.

Al llegar a la tienda notó que allí había una presencia de más. ¿Inoue? Deslizó la puerta entrada para encontrarla sentada en el tatami junto con Urahara y Tessai.

—Buenas tardes, Ulquiorra-kun.

—Buenas tardes —se quitó los zapatos y se acercó a la mesa junto a los demás, su atención más centrada en la pelirroja—. ¿Qué haces por aquí?

—Inoue-san a veces viene a entrenar —respondió Kisuke por ella. Orihime soltó una risita tímida.

—A-así es —se frotó el cabello y luego deslizó sus dedos por encima de sus horquillas—. He estado aprendiendo una habilidad nueva.

—¡Y es una habilidad muy útil! —añadió el dueño de la tienda—. El poder de Inoue-san se basa más en la defensa que el ataque, pero ha logrado reformar el escudo de manera que detone si recibe un impacto.

«What is the heart?»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora