¿Lo golpeaste con tu tortuga?

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Cap. #28

"Vamos a la rueda de la fortuna." Agarrando la mano de Harry.

Trate de avanzar pero él se mantuvo rígido, quedando congelado en su lugar. Su mirada inclinándose hacia arriba a la parte superior del juego. Los niños pequeños saludando felices a sus padres que miraban desde abajo.

"¿Qué pasa?", Le pregunté.

"¿Estás segura de que no quieres ir a alguna otra cosa?" Él miró alrededor.

Se movió girando sobre sus pies, su mirada fija en mí. Una mirada pasó por sus ojos que yo no había visto antes. Le sonreí mientras él me siguió mirando.

"¿Tienes miedo a las alturas, Harry?" Le pregunte.

Tenía la mandíbula apretada.

"No, yo no tengo miedo.", Protestó. " Solo no estoy cómodo con estar tan lejos del piso." Gruñó él, haciendo un gesto a la altura de la rueda.

Yo no podía dejar de reír. Pero pronto quede en silencio mientras miraba al chico hermoso parando frente a mí.

"Bo.". Harry advirtió.

"Está bien, voy a ir sola."

Empecé a caminar, yendo a la cola antes de oír a Harry dejar escapar un exasperado bufido. Me asomé a él, su mandíbula seguía apretada.

"No." Él respondió apresuradamente. Lo vi soltar un suspiro y cerró los ojos. "No vas a ir sola."

A veces, su natural instinto sobre-protector era muy útil. Él me observó atentamente en cuanto agarré su hombro, parándome de puntillas.

"No te preocupes. Voy a tomar tu mano, si quieres. "

"Ugh, deja de molestarme.", Se quejó mientras me reía.

***

"El peor juego de la vida." Harry gruñó.

"Podrías haberlo disfrutado si no hubieras pasado todo el tiempo con los ojos cerrados. La vista era increíble. "Sonreí.

Me negué a escuchar sus quejas, algo atrapando mi vista detrás de donde estaba Harry.

"Vamos." Le agarre la mano.

Nos detuvimos bruscamente en un puesto de diversiones.

"Esa tortuga es mía." Enfoque la mirada en el juguete de peluche.

Harry se reía mientras le entregaba un par de monedas a la operadora.

"Me encantara ver esto.", Bromeó.

Me gustaría demostrar que estaba equivocado. El hombre detrás del stand explicó que necesitaba derribar las tres latas apiladas en la parte trasera. Me dieron tres bolas verdes. Mis primeros dos disparos fueron frustrantemente cerca, justo rozando las latas. Harry me miró con una sonrisa antes de que derribara dos de los molestos obstáculos para mi premio.

"Oh, vamos!"

Harry se rió.

"Tengo la precisión, sólo me falta la fuerza." Murmuré.

"Déjenme intentar." Harry habló, tocó mi cadera moviéndome fuera del camino.

Vi a Harry derribar las tres latas con la pelota que quedaba. Se volcó hacia mí, con una sonrisa satisfecha en su rostro.

"Yo las afloje para ti." Hablé.

"Sí, sí, claro". Me entregó la tortuga que había ganado.

"¡Gracias!" Dije, inclinándome hacia arriba para presionar un beso en su mejilla.

Estábamos a punto de irnos cuando una madre y su hija pequeña se acercaron a Harry. La niña se aferró a la mano de su madre, escondiéndose detrás de sus piernas mientras miraba a Harry con la boca abierta.

"Lamento molestarlo, pero a mi hija realmente le gustaría el oso de peluche de allá". Ella señaló al oso que estaba adornando un moño rojo. "Pero yo soy inútil en estos juegos." Susurró despreocupadamente. "¿Te importaría intentar por ella, por favor?"

"Claro." Harry sonrió.

La mujer le entregó dinero a la operadora antes de darle las tres bolas a Harry otra vez. Me quedé con ellos y mirando como Harry mostraba su destreza, las tres aplaudiendo cuando las latas se cayeron. Se volcó sonriendo, inclinándose a la altura de la niña pequeña.

"Ahí tienes cariño." Harry sonrió pasándole el oso.

"¿Qué se dice?" Instó la madre.

"Gracias." Hablo la niña en voz baja.

"De nada".

Mientras Harry se puso de pie, la madre le agarró el antebrazo.

"Muchas gracias". Habló en voz baja.

Él le asintió con la cabeza, mostrando sus hoyuelos. Harry tomo mi mano, alejándonos de ellas. Miré hacia atrás para ver a la niña, su nuevo oso abrazado con fuerza contra su pecho.

"Eso fue muy dulce de tu parte." Le dije.

Él murmuró en respuesta, con la cabeza hacia abajo. Pero me di cuenta de que tenía las mejillas ligeramente teñidas de color rosa.

***

Oí a Harry maldecir mientras sacaba el teléfono sonando de su bolsillo trasero. Sus grandes ojos verdes mirando a la pantalla, obviamente reconociendo el nombre de la persona mientras una leve sonrisa se extendió en sus labios carnosos. No siendo capaz de darle una mirada desente. Mi boca se movió antes de que mi cerebro pudiera procesar la situación.

"¿Quién es?"

La cabeza de Harry se acercó, sus grandes ojos verdes fijos en los míos. Era evidente que no estaba preparado para mi pregunta.

"Umm .." él luchaba por responder.

"No hace falta que me digas, solo tengo curiosidad." Hice una pausa, sin dejar de mirar a Harry, el teléfono sonando entre nosotros. "E-es sólo que siempre pareces tan feliz cuando te llaman, que solo me preguntaba .." Me interrumpió en voz baja.

"Es un viejo amigo." Asintió casi como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo.

"Oh, ok." Me mordí el labio.

Él contestó la llamada, rápidamente diciéndole a la persona misteriosa que esperara, antes de mirarme.

"Necesito que te quedes aquí." Ordenó. "Lo digo enserio Bo, no te muevas".

Su severa mirada clavada en mí en el acto.

"Está bien." Le respondí, agitando mi mano indicándole que vaya.

"Voy a estar de vuelta en un minuto. No deambules por ahí ".

Su necesidad posesiva de mantenerme a salvo a menudo lo llevaba a tratarme como a un niño. Yo sabía que sólo me estaba cuidando, pero su constante proteccionismo había comenzado a ponerme nerviosa últimamente. Lo vi alejarse a través de las muchas personas que asistieron a la feria. Sostuve mi tortuga bajo el brazo mientras miraba hacia atrás. ¿Es que no confiaba en mí? Yo animadamente señale el lugar en el que estaba parada, pronunciando "aquí". El teléfono pulsado ahora al lado de su cabeza, su dedo en la otra oreja mientras trataba de bloquear los ruidos de atracciones circundantes. Yo sabía que él estaba molesto cuando sus cejas descendieron, frunciendo el ceño. "No te burles de mí." Me dijo con la boca.
Esperé a Harry, balanceando las piernas en el gran stand sin usar al que yo me había subido. Mis dedos arrancando pedazos del algodón de azúcar que Harry me había comprado, metiéndolo a mi boca y dejando que el azúcar se derrita en mi lengua. Sonreí mientras los niños pequeños pasaban con globos agarrados con fuerza en sus pequeñas manos. Yo estaba muy contenta mirando a la gente hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.

"¿Estás sola?"

Me volqué para ver a un grupo de chicos más jóvenes. Parecían de unos quince o dieciséis años, algunos con sus capuchas puestas mientras me miraban fijamente. Me sentía incómoda bajo su mirada. Eran el tipo de grupo por el que cruzas la calle para evitar caminar por el mismo camino que ellos.

"No."

Volqué la cabeza, esperando que entendieran la indirecta y siguieran caminando. Pero mi corazón se latiendo más mientras seguían a haciéndome preguntas.

"¿Está segura?" Uno de los más altos habló.

Había un montón de gente pasando alrededor, mis ojos todavía en busca de Harry. Desvié mi atención de nuevo a los chicos, sus sonrisas lejos de ser amistosas, mientras esperaban mi respuesta.
"Estoy esperando a mi novio."
Vi como uno codeo a un muchacho que parecía ser el líder. Su penetrante mirada hizo poner mi piel de gallina.

"Podemos esperar contigo."

"No, está bien gracias, no tarda en venir".

Me aleje, llevando mi tortuga conmigo mientras se sentaba a mi lado. Él era más grande que yo, a pesar de que yo era mayor. El resto del grupo atentamente observándonos, casi alentando al muchacho.

"Yo no intentaría nada." Le advertí.

Harry le sacaría la mierda. Cuando sentí una mano en mi muslo, levanté mi peluche, golpeándolo en la parte posterior de su cabeza. Me puse de pie, caminando por el stand. Alivio recorrió por mi cuerpo cuando vi a Harry que se dirigía enfadado hacia nosotros.

"Bo!"

Se paro debajo de mí mirando hacia arriba, girando para que pudiera subirme a su espalda. Mis brazos envueltos alrededor del cuello de Harry cuando me trepé, con la mano sosteniendo uno de mis muslos mientras ponía mis piernas con fuerza alrededor de su cintura. El muchacho se puso de pie, su cuerpo se elevaba sobre nosotros mientras él se colocó donde antes estaba.

"¡No la toques, cabrón." Harry habló.

Tomando el tobillo del chico, jalándolo. Sus amigos mirando mientras caía de espalda a la madera dura de la plataforma. Lo escuchamos quejarse, rodando a un lado, el aire saliendo de él.
Harry rápidamente se volcó, mi cara pegada en el hueco de su cuello mientras comenzaba a alejarse.

"Perra maldita!" Gritó uno de los muchachos.

Mis brazos se apretaron alrededor de su cuello, mis labios desesperadamente yendo a su oreja mientras se volcó hacia el grupo.

"Por favor, por favor, Harry no lo hagas." Le supliqué.

Algunos de los muchachos retrocediendo con la intensa mirada de Harry, se puso furioso. Fue cuando sentío mis lágrimas de susto salpicando sobre la piel de su cuello, que pareció tranquilizarse. Sus músculos estaban tensos, pero el alivio inundándome a medida que nos alejamos. La mano que sostenía mi tortuga frotando con dulzura sobre su pecho, tratando de calmarlo. Lo sentí apretar el agarre en mis muslos, mostrando que apreciaba mi intento.

"Gracias." Susurré. "Gracias por alejarte ... No me apetecería visitar a mi novio en la cárcel."

Harry abriéndonos paso a través de la multitud durante unos minutos.

"Me visitarías en la cárcel?", me preguntó, pareciendo un poco más calmado.

"No, Harry. Creo que mi punto es que no lo haría. "

Lo escuché suspirar.

"Es posible que hayas tenido que hacerlo si no me detenías".

Cerré los ojos ante la idea.

"Estamos bien ahora, ¿verdad?", Le pregunté, poniendo a prueba su nivel de temperamento.

"Estamos bien." Dijo Harry mientras beso mi brazo derecho.

Mi mente se alejó con el pensamiento flotando de lo que potencialmente podría haber hecho. Un escalofrío estremeciendo mi cuerpo. Pero desate otro pensamiento inquietante. Harry había estado preso antes? Me sorprendió cuando habló, la voz retumbando a través de su espalda contra mi pecho, mientras parecía leer mi mente.

"No Bo, nunca he estado en la cárcel." Él se rió entre dientes.

Mi cabeza apoyada en su hombro, observando a la gente esperando en las colas para los juegos.

"Pero he sido detenido y puesto bajo custodia de un par de veces." Harry añadió.

Mis ojos se abrieron ante su revelación, mis brazos apretándose alrededor de su cuello. Parecía tan indiferente sobre el tema.

"Relájate Bo, no fue recientemente."

Supuse que él pensaba que me consolaba saber que no había hecho nada, durante nuestra relación. Pero tuvo el efecto contrario. Me sentí incómoda. ¿Qué demonios había hecho Harry para llegar a estar detenido? No quise preguntar, pero tenía una idea bastante buena, su temperamento a menudo sacando lo mejor de él.

"¿Por qué, cada vez que te dejo sola, atraes a todos los idiotas?"

A pesar de que su respiración era todavía fuerte, sentí la diversión en su tono, tratando de distraernos de nuestra conversación anterior.

"Supongo que es una de las muchas cualidades especiales que poseo."

"Bueno, es especial ." Bromeó.

Mis labios colocando un pequeño beso en su cuello, sonriendo mientras tarareaba bajo mi tacto.

"Parece que paso la mayor parte de mi tiempo rescatándote de idiotas" Sus dedos presionándose en mis muslos mientras se reía. "No es que me queje".

"Bueno, tal vez deberías darme una oportunidad para salvarte de una vez."

Caminamos un poco más lejos. Las personas se reunían para ver los fuegos artificiales.

"¿Lo golpeaste con tu tortuga?" Harry preguntó con curiosidad, humor en su pregunta.

Sabía que él se había recuperado de su episodio de ira en cuanto procedió a molestarme. Todavía me aferraba a su espalda, Harry no podía ver el leve sonrojamiento en mis mejillas. Sus rizos oscuros haciéndome cosquillas en la piel mientras yo enterré mi cara en su cuello.

"Era lo único que tenía para defenderme." Le dije.

Me incliné un poco lejos de Harry, poniendo el juguete entre mi pecho y su espalda. Mi mano ahora libre abrió la bolsa de algodón de azúcar que aún estaba sujetando. Mis brazos colgando ligeramente sobre sus hombros a mientras arrancaba un pedacito.

"Ya te comiste más de la mitad de la bolsa?" Harry dijo, claramente sorprendido.

Murmuré un "diablos" en voz baja, inclinando mi cabeza en su hombro. Le ofrecí la seda rosa a la boca, con la esperanza de distraerlo de mi inevitable subida de hiperactividad. Tomó el dulce azucarado por sus labios, chupando traviesamente mis dedos. Seguí dándole de comer mientras hablábamos y comía más de ese dulce esponjoso.

Dark .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora