Oh Dios mio. [3]

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/Parte 3/


Tenía la sospecha de que Harry no estaba acostumbrado a la sensación de estar mudo. Bueno, no en este tipo de situación de todos modos. Parecía un poco desconcertado antes de recogerse el mismo.

“Dale al hombre una oportunidad de recuperarse.” Bromeo.
Me tumbe en el, con la cabeza apoyada en su pecho sudoroso mientras sus dedos rozaban mi cabello.
“Solo déjame saber.”
“Oh, te puedo garantizar que serás la primera en saberlo.”
No me había dado cuenta de lo literal que la declaración seria mientras sentía a Harry endurecerse contra mi muslo un poco más tarde. Mi cuerpo apoyado hacia arriba encontrándose con su contacto visual. 
“Te gusta?”
Yo no entendía muy bien lo que estaba preguntando. La confusión debe haber sido clara en mi rostro cuando me sonrió. Su pulgar trazo el contorno de mis labios.
“Eres tan linda.” Harry me dio un beso en la nariz.
Su erección se hizo evidente con el movimiento de sus caderas. Me trague mi sorpresa. Entonces sabia que Harry a mi estando encima. Estuve en silencio con el pensamiento, la imagen de él debajo de mi mientras teníamos sexo nublo mi mente. Nosotros nunca lo habíamos hecho así antes. ¿Tendría yo el control? La idea me intrigó. Pero mis pensamientos fueron de corta duración ya que la risa de Harry sonó.
“Bo, si me quieres montar todo lo que tienes que hacer es decirlo.” El sonrió.
Yo no creía que fuera posible que mi cara se sonrojara más. En ese momento Harry estaba sonriendo como un idiota.
El podía sentir que yo estaba luchando, poco acostumbrada a esta posición externa mientras me sentaba a horcadas sobre su regazo.
“¿Ayudaría si me siento arriba?”
Asentí con la cabeza, sonriendo mientras su torso musculoso se levanto del colchón. La dureza del pecho de Harry presiono al contraste de la suavidad del mío, pegajosa piel al hacer contacto. Los dos llevábamos tímidas sonrisas, la nariz de Harry empujo mi mejilla.
“Inténtalo otra vez.” Harry me animo.
El me ayudo a guiar mis caderas hacia arriba, mi mano agarraba su longitud endurecida y lo posicione hacia mí para deslizarlo hacia abajo. Me estremecí, mi tacto izquierdo encontrando apoyo en su cintura mientras fallaba al conectarnos plenamente. Mi cara se arrugo en la concentración lo cual Harry encontró un poco divertido. Palabras de apoyo fueron pronunciadas en voz baja, sus labios punteando besos en mi hombro.
Cuando la mano de Harry se poso sobre la mía nerviosa, me encontré agradecida por su paciente orientación. Los pequeños ajustes se hicieron en nuestras posiciones antes de que su hinchada punta suavemente fuera empujada.
“Poco a poco.” Susurro Harry.
Me hundí acuerdo con las instrucciones de Harry, gimiendo en la plenitud mientras sentía como me atravesaba su longitud gruesa. Su sonrisa perezosa se entendió en su contenido. Un beso fue dejado en mis labios entreabiertos casi como una señal de su inminente partida para deshacer nuestro abrazo y tumbarse en la cama. Pero no se lo permití, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello en la resistencia.
“Por favor, no lo hagas. Quédate conmigo.” Suplique.
“Está bien.”

Su tranquilidad se solidifico en un abrazo protector, quedando en una posición sentada conmigo. Mi cabeza apoyada en su hombro derecho, la longitud de mi pelo cosquilleando su lado. A medida que comenzó a moverse con cautela yo no podía evitar que los sonidos jadeantes escaparan. Harry estaba haciendo la mayoría del trabajo, tomando mi peso bajo mis muslos y trabajando contra él.
Esta vez Harry me llevo con él a volver a caer en las sabanas. Yo desesperadamente lo bese en su cara mientras él me confesaba su amor entre jadeos. El broche de mi sujetador fue puesto en libertad, el material estaba bastante apretado entre nosotros hasta que yo valientemente me senté por mi cuenta. Los tirantes fueron llevados hacia abajo por mis brazos, dedos ardiendo sobre mi piel. Me quede perpleja sin saber cómo situarme cómodamente. Harry permaneció casi inmóvil mientras mi cuerpo subía y bajaba con cautela, permitiéndome montarlo. La expresión de satisfacción que él llevaba era un resultado de encontrar placer en la forma dominante de las mujeres encima de él. Tuve la sensación de que él estaba menos que preocupado por mi falta de habilidad. Simplemente feliz de estar con alguien que le correspondía en amor que él le daba.

“Bo, tu puedes inclinarte en mi.”
Tomo mis manos poniéndolas sobre su pecho para cambiar mi posición hacia adelante. Se me proporciono apalancamiento para rodar mis caderas mientras yo descansaba mi peso sobre su cuerpo. El aura feliz de Harry era contagiosa, dedos corriendo libremente hacia arriba y abajo pro mis costados.
La flexión de las rodillas de Harry me llevaron a flotar por encima de él, con los labios hinchados y rosados.
“Hola.” El sonrió sin aliento.
“Hey.”
“¿Estás bien?”
“Mmm.” Tararee yo.
Nuestro intercambio me dejo distraída, Harry decepcionantemente escapaba de mí. Mi mano rozo su estomago tonificado para apoderarme de él otra vez. Me sentía más segura, teniendo menos tiempo para unir nuestros cuerpos. Besos se liberaron sobre la piel caliente de mi amante. El descubrimiento de la parte blanda de Harry pronto se hizo en la parte de su cuello antes de que me levantara por el aire. Mi movimiento fue irregular, carente de fluidez en mis caderas. Todo era nuevo para mí y la responsabilidad de marcar el ritmo era una idea extraña, habiéndoselo confiado a Harry antes.

“Deja de pensar en ello.” Las manos de Harry se posaron sobre mi cintura. “Vamos a encontrar tu ritmo, nena.”
Sus manos se deslizaron hasta mis caderas, descaradamente ahuecando mi trasero y debajo de mis muslos. Le permití que me guiara meciéndome hacia adelante y hacia atrás, colocando un ritmo constante como nada que jamás había sentido antes. Mis ajustadas paredes acariciaron la longitud de Harry mientras sentía cada centímetro moviéndose dentro de mí.

“¿Te gusta?” Pregunto él.
Su sonrisa fue atada con placer, con atención presenciando el despliegue de seducción de mi cuerpo, algo que se sentía anormal para mí. Yo nunca había pensado en mí como un ser sexy, era una característica muy alejada de mi torpe comportamiento habitual. Pero cuando Harry alzo sus caderas para encontrarse con las mías yo reaccione instantáneamente arqueando la espalda e inclinando mi barbilla hacia el techo, el proceso de empujar mi pecho hacia fuera mientras yo me inclinaba de nuevo sobre sus muslos.
“mierda, eres tan caliente.” El gimió.
Le apreté sus piernas mientras me mordía el labio en un fallido de intentar suprimir la cadena de sensuales gemidos. Continuamos moviéndonos uno contra el otro, eventualmente llegando a detenerse en Harry una vez más. Nuestro beso se calentó con el tirón de mi labio inferior. Mi risa emitida en el aire fue rota cuando sus dedos juguetonamente se clavaron en mis costados, solo para gritar segundos después. Le tome represalias al empuje fuerte por clavar las uñas en el pecho reluciente de Harry mientras molía mis caderas.
“Para, para Bo.” Suplico.
No le hice caso, solo concentrada en obligarlo a llegar a su altura. Nuestra respiración era pesada en una pérdida de aliento. Probablemente fue lo más cerca que jamás llegaría a sentir la constricción de su pecho a una altitud elevada. Grandes manos de Harry se agarraron de mis caderas en un intento de controlar la situación, pero ya era demasiado tarde. Gemí al sentir a Harry liberando en el condón, presionando las palmas de mis manos sobre su pecho mientras mi cabello corría a mi alrededor. Estaba caliente y rápido. Sus ojos se sujetaron cerrados, tratando desesperadamente de evitar que los gemidos cayeran de su boca. Su labio inferior hinchado fue tomado aproximadamente entre sus diente, asegurándose de dejar una especie de recordatorio de su todavía envolvedor orgasmo. Y mi único pensamiento en ese momento era lo mucho que quería besarlo.

Harry fue enterrado todavía muy dentro de mí. El helado verde de sus ojos bonitos pronto llego a revolotear cuando se abrieron, pero parecía menos feliz, un ceño descendente. El agarro mis muñecas cuando trate de cambiar de él.
“Harry.”
“No.” El gruño.
En un abrir y cerrar de ojos estaba atrapada debajo de él. Tenía mis dos mulecas clavadas con encima de mi cabeza con una mano. El nombre de Harry en mis labios, pero no podía hablar. Sus embestidas eran fuertes, forzando el aire de mis pulmones mientras su índice y el dedo medio dibujaban círculos rápidos en mi clítoris.
“Vamos.” Harry casi arrastrando las palabras. “Vamos, vamos a ir.”
El nudo en mi estomago estaba apretando con el paso decidido y toques deliberados. Harry entonces fue testigo de algo que nunca habían visto sus ojos mientras gritaba su nombre.

***

“¿Por qué me dijiste que me detuviera?” Le pregunte.
Mis dedos siguieron trazando sobre las líneas de su estomago mientras nos acostábamos juntos.
“Soy un firme creyente en primero las damas.”
Su voz hizo hincapié en la palabra “firme”, apretando mis caderas. Me reí, situándome en su lado mientras el tiraba de las sabanas por encima de nuestras cabezas.
Mi brazo descansaba sobre su cintura.
“Bueno, Señor Styles. Su caballerosidad le precede.” Bromee. “Pero me gusta verte llegar.” Yo hable en voz baja, evitando su mirada juguetona.
“Oh si.”
“Tus ojos se cierran y te muerdes el labio.” Le dije a él cuando rodaba mi pulgar sobre su labio inferior hinchado.
“Bueno, me gusta cuando gritas mi nombre.”
Estaba a punto de decirle que se callara cuando reconocí el tono de Harry mientras sonaba. Las sabanas se enrollaron firmemente alrededor de mí mientras mi calor se subió de la cama. El tiro apresuradamente de los bóxers que habían sido dejados en el suelo antes de tomar su teléfono del bolsillo trasero de sus pantalones. Lo examine con curiosidad por su reacción a la persona que llamaba, cancelo la línea antes de volverse hacia mí.
“Voy a comprobar si la puerta está cerrada con llave.”
“Si esta.” Hable bruscamente. “Tu pusiste la cadena cuando entramos.”
“Solo quiero asegurarme.”
“No me dejes.”
Sabía que sonaba un poco llorona, pero yo no quería que me dejara sola.
“Dos minutos. No me voy a ningún lado.”
“¿Qué voy a hacer, saltar por la ventana?” Me reí. “Está bien.”
Cuando pasaron cinco minutos, decidí levantarme y lavarme los dientes. Me asegure la sabana como una toalla debajo de los brazos, el exceso dejado tras de mí al cuarto de baño contiguo. Al enjuagar mi boca tome una mejor visión de mi misma en el espejo. Pronto me di cuenta que no había mucho que pudiera hacer con mi pelo rebelde, lo peine con mis dedos y posicione los mechones sueltos por detrás de mis orejas. Mis mejillas estaban un poco sonrojadas, pero no me importaba el color. Eso contrastaba en gran medida con el azul profundo de mis ojos.
Eche un vistazo a la pantalla del reloj. Habían pasado unos buenos 10 minutos ahora y me encontré a mi misma por el pasillo en busca de Harry. El estaba en la sala, de espaldas a mí mientras apretaba el teléfono en su oreja. La longitud de sus piernas esa una característica en la cual me encontraba a mi misma celosa. Pero mi admiración por el cuerpo de Harry fue empujado a un lado.
“si puedes hacerlo, tiene que ser esta noche. Van a estar afuera hasta temprano en la mañana.”
Mi curiosidad pudo más que mi torpeza antes de tropezar con la sabana. Manos salieron corriendo a la parte trasera del sofá para evitar que mi cara se aplastara. Harry se volvió de repente, las características de ablandamiento con mi presencia.
“Espera.” El hablo por el teléfono.
La pieza de la boca estaba cubierta.
“¿Estás bien?”
“¿Vas a venir a la cama?”
Me moví en mis pies descalzos mientras mi pregunta quedaba sin respuesta, Harry escaneaba todo mi cuerpo mientras agarraba la sabana firmemente contra mi pecho. Recogí mi pelo sobre un hombro.
“¿Harry?” Le solicite.
“Te ves como una diosa.”
No era exactamente la respuesta que estaba buscando, su elogio inesperado. Le di las gracias en voz baja mientras yo permanecía en el umbral.
“Estaré ahí en unos minutos.”
“Dijiste eso hace diez minutos.”
“Te lo prometo.” Me guiño el ojo con una sonrisa.
Me volví para salir de la habitación, mirando por encima del hombro.
“bueno, solo para que sepas que me está dando frio sin ti.”
“Buena nota. Voy a tener que hacerlo rápido entonces.”
La burla en su tono era evidente, los ojos de picardía chispeando. Me eche a reír al oírle decir a la persona en el teléfono rudamente que se callara. Estaba claro que había oído nuestra conversación a pesar de los esfuerzos de Harry tratando de mantener cierta privacidad.

***

Sentí la inmersión de la cama cuando Harry se subió y entraba a la cama. Yo le había dado instrucciones claras de que solo lo dejaría abrazarme si se cepillaba los dientes. Harry había jugado a lo largo, al volver del baño me sonreía para mostrar el blanco de su sonrisa impresionante.
“Todo limpio.” Orgullosamente proclamo.
Besos de mariposa revolotearon dulcemente mi mejilla antes de que mis labios se apretaran en la esquina de su ojo derecho. Le acaricie el costado, volviendo a nuestras posiciones cómodas antes de que Harry hiciera el misterioso llamado.
“Vamos, acuéstate en mi.” El se ofreció.
“No, eres incomodo después de un rato.” Le conteste con sinceridad.
“¿Qué?”
“Se siente raro.” Le explique. “Tú eres un poco solido para acostarse y yo soy… blanda.”
“¿Blanda?” Se rio Harry.
Yo empuje su estomago, los músculos tensos y definidos, evidencia de horas y horas de entrenamiento. Mi índice se arrastro hasta el pecho, empujando uno de sus besos. Yo no podía dejar de reír, retorciéndome lejos mientras Harry repetía mis acciones, hurgando en mi pecho.
“Si.”
Incluso si tuviera a alguien que me dijera lo guapa que era todos los días, aun así mantendría esas inseguridades persistentes. Los que se distribuyeron de forma continua en revistas para hacerte sentir mal de ti mismo. Yo creo que nunca llegaría tener la brecha en los muslos que promueven. Bueno, tal vez si yo estaba en una pose de superhéroe. Pero yo solo no lo construí de esa manera, y había llegado a la conclusión de que tenía que hacer lo mejor con lo que tenia.
Sin embargo Harry había ayudado. Era solo la forma en que me miraba. No le importaba si tenía unas pocas estrías o llevaba un poco mas de peso en las curvas de mis caderas. Me había reído de él cuando me dijo que era para que él se aferrase.
“Puedes poner una almohada sobre mi si quieres.”
Yo me tire hacia arriba para posicionarme sobre el cuerpo extendido de Harry. Me senté mientras el saco una almohada del desastre de las sabanas y la puso sobre su pecho. Se ajustaba a mis necesidades, mire hacia abajo. El empujo una pierna entre las mías, mi pie subconscientemente rozaba hacia atrás y hacia adelante sobre el pelo que cubría su pantorrilla.
“Deja de menearte.” Harry ligeramente se quejo.
“Lo siento.”
Me decidí a descansar la barbilla sobre la almohada, mirando al chico que yacía cómodamente debajo de mi.
“¿Estás bien?”
“Si.”
Las cubiertas fueron subidas y las puse sobre mi espalda. Harry suavemente tarareaba mientras yo hacía girar un rizo alrededor de mi índice. Era tranquilo, una tranquilidad que pronto se rompió.
“Eres muy bonito.”
Me pareció un poco frustrante el hecho de que Harry no ponía ningún esfuerzo para mirarse absolutamente impresionante.
“Gracias, tu también.” Sonrió. “Y para u referencia en el futuro, me gusta bastante que seas blanda.”
“Gracias.”
Yo no tenía ni idea de cuándo tiempo estuvimos hablando. Y por esas horas me había olvidado por completo de la cantidad de veces que Harry había actuado violentamente a causa de su temperamento. Era dulce, interesado en lo que tenía que decir y no tenía vergüenza de que se burlase de mí. El podía tomar solo lo bueno como él podía dar. Conversaciones fueron desde la música hasta el horneado. Le había prometido a Harry enseñarle como hornear un pastel a cambio de que él me llevara a ver a una banda tocar en el parque local. Debe de haber sido a las primeras horas de la mañana cuando lo vi quedarse dormido. No podía haber sido distinto, rápidamente obtuve el mismo estado inconsciente del chico, con hoyuelos y pelo rizado.

Dark .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora