Bo, no en el coche. [2]

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/Parte 2./

“Maldita sea.” Exclamé.

Apreté mis palmas en la ventana mientras Harry se detenía en un camino de grava. Era preciso decir que nunca había visto una casa como aquella, a excepción de algo por la televisión. Harry había minimizado por completo en tamaño del lugar, y la belleza.

“Lo sé, está bien.” Harry rio suavemente.

Nos detuvimos en el borde de césped, había una serie de otros coches, no todos ellos estacionados tan perfectamente como Harry, pero estaban alineados en todos los colores. El coche de Harry era el único negro.

Pequeñas piedras crujieron bajo mis Vans cuando camine alrededor del capot para llegar a Harry. Mi cuerpo se ajusto estrecho al suyo, un brazo suyo envolviéndome y fijándome en mi sitio. Sus dedos estaban extendidos encima de mi hombro izquierdo, acción que reafirmaba la promesa de mantenerme siempre a salvo, siempre bajo su protección.

Nuestros pasos perturbaron la grava, nuestro movimiento casi al tiempo del son del bajo que sonaba a través del lugar, silencioso. Mis piernas trabajaron al doble, dos pasos por cada uno de Harry mientras nos acercábamos a la moderna residencia. Era un enorme edificio de ladrillos rojos, la música sonaba a través de las ventanas, lindas enredaderas de flores trepaban por los costados de la puerta principal. Era un real contraste. Coberturas gruesas marcaban los limites que bordeaban la casa, me hubiera gustado estar en la casa a la luz del sol y sin la música perjudicando la vista.

“Vamos por atrás.”

Era obvio que había estado aquí antes, guiándome hacia otra entrada escondida de la primera vista del lugar. Harry se movió detrás mío, guiándome hacia la puerta trasera de la propiedad.

“No tiene sentido llamar, solo entremos.”

Nos recibieron con una gran sonrisa, Hayley me envolvió en un abrazo antes de dirigirse a Harry.

“Ya me preguntaba si venían.” Bromeó.

El azul de su vestido veraniego complementaba su oscuro color de piel, quemando sus iris marrones con su gran sonrisa que llegaba a sus ojos.

“Gracias por invitarnos.”

“Me alegro de que estén aquí.”

Hayley me agarro de la mano y me guió a través de la gente al otro lado de la cocina. Como siempre, Harry me seguía de cerca por detrás., su presencia sombreaba mis movimientos. Siempre relacioné las sombras con el frio, bloqueando la calidez del sol y por lo mismo, siendo mas siniestras, condenando a la oscuridad. Pero eso era antes de conocer a Harry.

“Quieres un trago?” Hayley lucho para hacerse oir.

Asentí con una sonrisa. Una mano se cerró en mi hombro mientras Harry se inclinaba sobre mi un poco para llegar a la oreja de Hayley. Mi empeño por descifrar las palabras de su boca no tuvo éxito. Pero el significado de la conversación cobro sentido cuando Harry se separo unos segundos después.

“Por supuesto que no.” Ella respondió con firmeza.

Tenía la sensación de que Harry estaba educándola acerca de mi nivel de tolerancia al alcohol, y la pequeña cantidad que vertió en mi vaso reafirmó mis sospechas. No me importó, nunca había sido una bebedora masiva.

“Haz, hay cerveza por ahí.”

“Estoy manejando.”

“Una no hace daño.”

Acuerdo mental se hizo mientras Harry maniobraba, un poco descuidado, en torno a los jóvenes de la habitación. A nadie le parecía importar el ser chocado, o tal vez porque sabían que era Harry de quien se trataba. Ningún individuo debe haber querido iniciar una discusión diciéndole “ve por donde caminas.”; nada bueno saldría de eso.

Por suerte nadie lo hizo. El niñote Harry obviamente sabia quitar la tapa de la botella, dándole un golpe juguetón con el hombro, un golpe que me hubiera quitado el equilibrio. Pero Harry estaba sólidamente devolviendo el saludo y riendo. Examiné los rostros, ninguno reconocible. Harry tenía un montón de amigos para ser alguien que supuestamente daba miedo como el infierno.

“Bo, quieres hielo?”

Giré para encontrarme a Hayley sosteniendo el vaso con una sonrisa inconsciente. El alcohol había sido mezclado con limonada gaseosa, las burbujas minúsculas deshaciéndose en la cima del vaso. Mi nombre fue llamado nuevamente y solo entonces me di cuenta de donde mis ojos se habían perdido. La pretenciosa bandeja con cubitos de hielo en la superficie de la cocina que recién había sido sacada del congelador.

Mantuve la calma cuando mi cuerpo reacciono al gatillo visual. Mi piel se erizó con el pensamiento, corrientes congeladas pasaron por mi estómago, espalda y mis muslos. En contraste, mis mejillas se enrojecieron, regañándome a mi misma por estar pensando en las imágenes de la noche anterior. La propuesta de explorar algo diferente; Harry con un cubo de hielo entre los dientes. Las traviesas manos se mantuvieron a raya, negándose a hacer contacto con los ocasionales e inevitablemente fríos labios. Un suave camino trazado por mi cuello y la curva de mi pecho mientras yacía impotente debajo de él. Una vez derretido por el calor de la tentación de la boca de Harry y mi cuerpo, tomó un nuevo cubo, sin dejar de torturarme con los patrones de escalofríos helados.

“Estabas algo caliente la ultima vez, veamos si podemos enfriarte.”

Las peligrosas palabras de Harry me perseguían mientras lamentablemente viajaba de nuevo a lo que había experimentado en su cama. Y él sabía, se apoyó contra la encimera, con una botella en la mano. El hielo brillaba y yo sabía que Harry era plenamente consciente de mi rubor y de qué lo había iniciado. Su boca terminó maliciosamente curvándose hacia arriba, sabiendo lo que me había ofrecido.

Mis imágenes desesperadas fueron desviadas, mi corazón saltaba. Apreté los ojos, cerrándolos, solo para recibir la memoria de Harry ubicando cuidadosamente un cubo de hielo entre mis labios. Me mantuve en el fervor de mi boca hasta que me besó y negoció su liberación y el traslado de este a la suya. Es seguro decir que nunca había experimentado algo así antes, nunca había sido tan increíblemente caliente y frio al mismo tiempo. Mi visión nublada incrédula cuando el cubo de hielo se ubicaba en mi ombligo.

“Cuando se derrita completamente, te beso de nuevo.”

Quería que mi temperatura corporal aumentara dramáticamente en esos segundos, consumiéndome con el pensamiento de sus labios en los míos, dispuesta a hacer cualquier cosa por que el hielo solido se redijera a agua.

Un toque suave me aparto de mis pensamientos, los ojos amistosos de Hayley preocupados por mi ausencia temporal.

“No, así está bien, gracias.” Me negué cortésmente.

Mis dedos se cerraron alrededor de la copa, dirigiendo mi visión hacia la puerta de la cocina tratando de ocultar mi vergüenza del chico divertido. Derrame un poco de líquido sobre el borde cuando una fuerza firme me agarró. Una mano reconocible me tomó por el estomago sosteniéndome fuertemente contra él.

“¿Estás segura que no quieres hielo?”

“Cállate.” Murmure.

Disfrutó su momento hundiéndose en mi cuello, ahogando risitas a mi costa. No tenía ningún deseo de informar a todos de nuestras actividades.

“Sin embargo, igual te gusto la última vez.”

“Harry, si no te callas, voy a poner todo el contenido de esa bandeja de cubos de hielo en tus pantalones.” Amenace con los dientes apretados.

“Mmm, a lo mejor podríamos darle una oportunidad a eso en algún lugar más privado.”

Mi brazo libre se sacudió pegándole en el estomago.

“Whoa, sigue encendida, amor.”

Levante mi cabeza para ser recibida por un chico en camiseta blanca y una sonrisa radiante. Pelo castaño, ojos azules y un aura feliz innegable. El también tenía una botella en la mano, lo más probable es que no fuera la primera por la forma en que se apoyo en el marco la puerta para tener ayuda de él. El brillo de sus ojos hacia que parecieran vidriosos.

“Louis, esta es Bo.”

Me causó alegría detectar el orgullo en la voz de Harry al presentarnos, ligeramente apretando mi hombro.

“Es un placer, Louis.”

Agarre la mano tendida hacia mí, sus gestos se encendieron al instante.

“Para ser tan pequeña tienes un fuerte apretón de manos.” Se rió

“Apuesto que te beneficias de esto, amigo.”

No me tomó mucho tiempo darme cuenta a lo que se refería. Saque mi mano, rodando mis ojos ante el humor inmaduro. No fue el mejor comienzo de su parte.

“Sera mejor que cierres la boca antes de que mi pie se conecte con tu culo.”

La amenaza en la voz de Harry era un poco deficiente, dándome a entender que este tipo de comportamiento no era poco común en la presencia de este grupo de chicos. No era como si yo hubiera esperado algo distinto. Aprecié su reconocimiento de todos modos.

“¿Qué mierda has dicho?”

Otro hombre apareció por la derecha de Louis, su cabello oscuro algo parado en un estilo similar. Tatuajes cubrían su piel, pero no los mire demasiado tiempo, no estaba segura de si le gustaba tanta atención en su arte. No quería parecer desagradable.

“Zayn.” Me informó.

“un placer conocerte, soy Bo.”

Estuvimos unidos por un segundo, repitiendo la acción que tuve con Louis, solo que aligere mi agarre. Sacudí mi cabeza con una sonrisa cuando el amigo de Harry soltó una risa. Los deje ponerse al día durante unos minutos, bebiendo mi bebida mientras escuchaba la conversación. Era bastante evidente que se conocían desde hace mucho tiempo. Tal vez incluso de la escuela por el hecho de que sus conversaciones saltaban de una a otra. Me colgué del brazo de Harry, moviéndose más en su espacio personal cuando un cuerpo tropezó conmigo.

Dark .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora