/Parte 3./
Me sostuve del antebrazo de Harry, saltando de la pared y vinculando mi mano con la suya mientras caminábamos la corta distancia hasta el carro. Esta vez fui ayudada en el proceso de mi ascenso por un par de manos cálidas, que descaradamente dieron unas palmaditas en mi trasero antes de que yo tan cortésmente le dijera a Harry que despejara.
El camino de vuelta a mi casa fue en un estado de ánimo un poco más feliz. Harry ya se había cambiado y estaba esperando en mi habitación mientras yo me cambiaba en el baño. Antes de salir revisé mi aspecto en el espejo y fije los mechones de pelo que no se habían sostenido en la cola de caballo. Mis dedos tiraron del dobladillo de mi nuevo top, el escote se encontraba un poco mas debajo de lo que yo estaba acostumbrada. Mis amigas me habían dado su aprobación junto con los shorts de mezclilla. Había usado un poco de maquillaje y comprobé que la máscara fuera impermeable antes de aplicarla por mis pestañas.
“Vamos, Bo.” Harry llamó.
“Espera.”
Una última mirada fugaz en el espejo para confirmar que estuviera lista, y para luego salir por la puerta del baño al dormitorio. Me paseé por delante de Harry, dirigiéndome directamente a mi bolso. Incluso estando de espaldas pude sentir la curiosa sensación de hormigueo de su mirada sobre mí. Un chillido se escapo de mi boca cuando finos dedos tiraron de la parte inferior de mis shorts de mezclilla.
“¿Qué estás haciendo?” Le pregunté, sorprendida, audazmente volviéndome hacia Harry.
Una gorra estaba ahora domando los mechones de rizos rebeldes, una apretada camisa negra aferrada a su torso. Llevaba una camisa a cuadros negra en la parte superior, pantalones y un par de zapatos Nike gris.
“tratando de encontrar el resto de estos shorts.” Tiró suavemente de nuevo.
Resople con fastidio, golpeando sus manos.
“Están bien así, Harry.”
Mi tranquilidad se negó a someter el ceño que Harry llevaba. Nos quedamos juntos mientras jugaba con el final de mi cola de caballo. Corriendo el cabello entre sus dedos. Mi cabeza cayó hacia adelante, descansando sobre su pecho y escuchando el palpitar de su corazón. Me hizo sentir cansada por alguna razón.
“¿Los elegiste tu?”
Brazos se ubicaron alrededor de mi cuerpo, reconfortantes y cálidos.
“No, Hayley lo hizo.”
“Hmm.” Reflexionó.
Luche contra mi deseo, alejándome. El abrazo de Harry permanecía, ahuecando mis codos hasta que yo levantara los brazos para recorrer su cuello. Me levante en mis puntillas.
“¿No te gustan?” Le pregunté un poco decepcionada.
A pesar de mi esfuerzo, todavía no era capaz de igualar su altura y por el sutil retorcimiento de sus labios, supe que Harry se había dado cuenta. Por supuesto que lo había hecho.
“Los amo, y estoy seguro de que el resto de los chicos en la fiesta lo van a hacer también.”
“Pero no me importa lo que piensen los demás.” Un beso siguió mis palabras. “Solo tú.”
Logre hacerlo reír con el toque de mi índice en su nariz, reafirmando mi punto. Una vez completamente en mis pies me acerqué al armario para encontrar una chaqueta de punto que combinaba con mi atuendo.
“Que zapatos llevas puestos?”
“No sé, pensé que podría ir descalza.” Le informé con un meneo fugaz de mis pies.
Llevaba mi color favorito de esmalte de uñas, azul marino brillante. A Harry parecía gustarle también.
“Eres muy graciosa.” Se burló.
“Estoy muy graciosa.” Me voltee, con el cardigan purpura en la mano.
“Si, si, vamos.” Harry suavemente animado, luchando contra la sonrisa.
Vi como el tiraba con cuidado unas sandalias del desorden de debajo de mi cama, sosteniéndolas para mi mientras se levantaba de sus rodillas. Parecían más pequeñas de lo habitual acunadas en sus manos.
“No quiero usar esas.” Murmuré.
“Escoge algo mas, entonces.”
A pesar de lo que sufrió Harry en mis cambios de vestimenta y dando vueltas, se mantuvo un poco paciente conmigo cuando estuvimos listos para salir. Nunca perdió la calma, a menudo recogía pulseras que estaban a un lado y jugaba con ellas mientras estaba tirado en mi cama. Estaba muy feliz esperando y viendo. Esta rutina era probablemente nueva para el, nunca había tenido que dedicar un tiempo extra para una mujer. Especialmente una mujer indecisa.
“Mis Vans todavía están en tu casa?”
“No, creo que las trajimos de vuelta.” Musitó Harry, escaneando mi habitación por los zapatos.
Rodó por mi cama y revolvió en mi bolso de viaje.
“Ah, aquí hay uno!” Exclame, levantando el zapato en el aire después de la pesca que arrastre a través de un montón de ropa.
“Tengo el otro.”
Harry ya estaba arrodillado delante de mí, mis piernas colgando a un lado de la cama.
“¿Puedes ponerlos por favor?” Sonreí en la esperanza, asumiendo que se reiría en la negativa.
“No creo que me vayan a quedar.” Harry miro el encaje del zapato que sostenía.
“Me refería a mí!”
Su broma me hizo reír, empujando mi pie en su regazo. El zapato derecho fue puesto con facilidad. La lengua de Harry se asomaba entre sus labios en concentración mientras ataba el lazo antes de anudarlo como las muchas veces que me había visto llevar a cabo la acción. Moví mis dedos en el, apoyando el pie en el muslo para que lo levantara y metiera en él el zapato izquierdo que quedaba.
“Hey.” Harry advirtió mientras yo robaba su gorra.
Me lo puse en la cabeza, el borde en la parte de atrás como él lo llevaba. La risa fue incontenible cuando el cabello de Harry se revolvió bajo mi broma.
“Ay, está demasiado apretado.”
El la verdad podía ser un poco demasiado pesado a veces. Los cordones se aflojaron un poco y Harry procedió a atar el lazo de nuevo.
“¿Cómo esta?”
“Bien, gracias.” Conteste con una sonrisa, admirando su trabajo.
Se puso de pie, apretando mis tobillos en respuesta a mi fallido intento de mantenerlo a raya.
“Eso es mío.” Habló en referencia a la gorra, tratando de alcanzarla.
“Podemos compartirla.” Ofrecí.
“No.”
Su rápida respuesta fue acompañada de besos juguetones hasta la extensión de mi pierna desnuda hasta el tobillo. Pronto me di cuenta de que el gesto era como una distracción, una estrategia para atraer mi interés lejos y robar el sombrero.
“¡Vámonos!”
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Dark .
RomanceBueno,Es de Hanna. ¿Puede una chica llamada Bo, tan dulce , tan frágil, enamorarse de un boxeador como Harry , tan malditamente sensual y peligroso? ¿Puede que un hermoso chico, tenga tantos problemas, que podrían poner en riesgo a Bo? Pero, la preg...