Varias semanas habían pasado desde que Sofía y Amir tuvieron aquella primera conversación. Ella sabía que estaba estudiando mucho y yendo al gimnasio a darle de golpes al saco de boxeo.
Su hermano Pedro, le había contado que en su primera clase fue casi como una catarsis para Amir.
- Fue increíble hermanita. Fíjate que comenzó a darle pequeños golpecitos a la bolsa de box mientras yo le decía que se imaginara que era su peor enemigo. El cambio fue radical. Cualquiera sin experiencia no mueve así ese saco ni un milímetro. El hombre tiene mucha fuerza en los puños o mucha rabia acumulada desde hace tiempo.
Sofía escuchaba atenta a Pedro imaginándose la situación y queriendo poder estar ahí para observarlo.
- ¿Y qué días entrena?
- Los lunes y los viernes en la mañana.
- Ah. Justo los días que tengo turno en la biblioteca.
- Pero también va a veces los sábado bien temprano - dijo Pedro sonriéndose.
Al sábado siguiente Sofía salió detrás de su hermano hacia el gimnasio donde entrenaba Amir. Se escabulló de las miradas de la gente y escondida tras unos bultos esperó paciente para velo entrar.
Cuando él llegó, a Sofía pareció saltarle el corazón y pensó que incluso podrían haber escuchado sus fuertes latidos.
Amir desnudó su cuerpo de la cintura hacia arriba, se puso los guantes de box y comenzó a golpear aquel saco.
Sofía seguía con la mirada cada uno de los movimientos que él hacía. A los ojos de ella, Amir tenía un bello cuerpo. Desde ese punto podía distinguir un poco mejor todas las características en las que no había reparado con anterioridad y que de alguna manera habían llamado su atención.
Su tez era muy morena, lo que hacía resaltar aún más sus oscuros ojos verdes que se escondían tras una tupidas y largas pestañas. Eso era lo que había llamado su atención la primera vez que lo vio. Ahora recordaba la sensación de estremecimiento que tuvo al verlo. La misma que estaba sintiendo en ese momento, cuando lo tenía tan cerca que casi podría llegar a sentir su piel, su calor y su aroma.
Cuando se pudo dar cuenta de que desde donde estaba escondida podría ser descubierta con alguna facilidad, tuvo miedo y quiso salir corriendo del lugar. Pero al huir tropezó y cayó muy fuerte golpeándose una de sus rodillas.
Todos en el gimnasio se dieron cuenta del ruido y fueron a mirar.
Ahí estaba Sofía, bochornosamente tirada en el suelo abrazando su rodilla golpeada.
- ¿Pero qué haces aquí?- dijo Pedro.
- Vine a verte porque... ehhhh, se te quedaron unas cosas en la casa.- Pedro entendió y le siguió el juego a su hermana mientras Amir se acercaba a ella y la tomaba en sus brazos para subirla a una camilla que había ahí cerca.
- ¿Estás bien? ¿te rompiste algo? - Preguntó él
- No, gracias, sólo fue un duro golpe. Nada serio. Y..... ya me iba, solo vine a dejarle unas cosas a mi hermano.
- ¿Quieres que te acompañe? ¿puedes caminar?
- Sí, creo que puedo. Déjame ver.
Sofia se puso de pie y de inmediato se lamentó por el golpe recibido.
- Vamos. Es mejor que te apoyes sobre mi espalda.Yo te llevo hasta tu casa.
Amir se agachó delante de ella y la animó a que subiera sobre su espalda. Ella titubeó por unos segundos, pero luego se animó a subir aferrándose fuertemente de su cuello y cruzando sus piernas alrededor de su cintura.
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SOLO ABRAZAME
RomanceAmir sólo sabe de tristezas. Nunca ha conocido el calor de un abrazo o de un beso. Su madre lo odio desde que supo que lo esperaba. De su padre no sabe nada. Y está Miranda quien junto a su madre no saben tratarlo de otra manera que no sea como basu...