4. EL SECRETO (1° parte)

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Casi un mes había transcurrido y Amir continuaba visitando el gimnasio y yendo a terapia con un psiquiatra para poder, de alguna manera, seguir viviendo de forma relativamente normal a pesar de las fuertes experiencias que le habían tocado vivir y sufrir.

Estas actividades, más los estudios que no había dejado, no le quedaba mucho tiempo para visitar a Sofia. Ella lo entendió y decidió, como le había prometido, investigar acerca del padre de Amir.

A su favor ella tenía todo el tiempo para buscar, leer e investigar. La biblioteca de la universidad era conocida como una de las más completas y tecnologizadas de la región.

Desde ahí Sofía se concentraba día a día en buscar información que le pudiera ser de utilidad para poder ayudar a Amir a salir de su encierro emocional. Pero no lograba encontrar aun nada que le pudiera que tuviera alguna relación con la madre de Amir.

No quería imaginárselo diferente. Ella sabía que una vez que quitara sus miedos y frustraciones de su alma, alguna cosa podría cambiar en su relación. Tal vez ya no la necesitaría. Tal vez ya no la miraría como a veces sentía que lo hacía. 

Pronto ella quitaba de su mente aquellos pensamientos y se volvía a enfocar en ayudar a su sanación.

Faltaban pocos días para el arribo de Olivia, la madre de Amir, y de Miranda; por lo que Sofía se puso de acuerdo con él un día para ir en busca de alguna pista en la casa de su madre.

- Si queremos encontrar algo es dentro de la habitación de ella - dijo Amir algo nervioso.

Hacía muchos días que no la veía y ahora, al fin estaba frente a él. Su corazón se aceleraba cada vez que sonaba su teléfono. Sabía que era ella.

-Tienes razón. Como mujer se que todos nuestros secretos los guardamos cerca de nosotras, donde podamos echarle mano cuando nos ponemos nostálgicas.

- ¿Y tu tienes muchos secretos?  - preguntó Amir

- Secretos ninguno. Mi vida ha sido muy simple. Sin mayores sobresaltos.

- ¿Pero te has enamorado alguna vez?

- Si.. alguna vez me llegué a sentir enamorada.

- ¿Cómo es eso?

- ¿Tu no te has sentido así? ¿enamorado?

- La verdad no creía que pudiera existir ese sentimiento.

Sigilosamente Amir se adentró en la habitación de su madre mientras Sofía le miraba con curiosidad.

- ¿Por qué entras así.? Tu mamá no está

- Jejeje, verdad, tienes razón - Respondió Amir avergonzado.

- Vamos partamos por la mesita de noche

Comenzaron a dar vuelta todo, desordenandolo todo, pero no encontraron nada.

-Tal vez tu madre se lleva sus secretos con ella cuando viaja.

-No lo se. Nunca, hasta ahora, me había atrevido a hurgar entre sus cosas.

Sentados a los pies de la gran cama, comenzaron a observar el lugar y a pensar en qué espacio no habrían revisado aún.

La habitación estaba poco iluminada, olía mal, como a encierro y basura descompuesta. En un lado de la cama había un gran espejo dorado que colgaba de la pared y en el cual se reflejaba casi todo el lugar. Al lado se encontraba la gran sala de baño que incluía un jacuzzi con dimensiones gigantescas.

Mientras observaban, Sofía pensaba en los lujos que había visto en aquella mansión desde la entrada y trataba de quitar de su mente imágenes en las que aquella mujer golpeaba a un pequeño Amir tierno y asustadizo.

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