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Okey. ¿Y ahora quién empezará a hablar?. ¿Él o yo? ¿Y qué le digo? Tendría que haber ido en dirección contraria, eso por hacerme la valiente. Bueno, ya estoy aqui no puedo hacer nada.  O a menos que salga a correr. Pero hay dos pequeños y grandes problemas me cansaré de correr, solo camino unos diez o menos minutos hasta llegar a casa, y el otro es que quedaré como una miedosa. ¿Qué tiene de malo? Si total no volveremos a hablarnos. Vamos Bianca, tienes que ser valiente. Sólo por esta vez. Pero entonces... ¿Quién empieza?

-¿Qué haces aquí?.- Dice mirándome fijamente. Dilema resuelto. ¿He dicho que esta hermoso? Pues lo repito.

-Es un centro comercial.- Digo con obviedad.

-Joder Bianca.- Dice pasando su mano por su pelo.- Ya no entiendo. Parece que el destino se empeña en que nos cruzemos para lastimarnos más.- Tristeza. Eso transmite su voz. Y me duele. ¿Y a quién no le doleria ver a alguien cercano herido?

¿Qué le digo ahora? Bianca trata de ser sutil, por favor. Trago dificultosamente la saliva.- Creo que tendremos que seguir con nuestros caminos, no importa lo que haga el destino.- Tan sutil Bianca. ¿Por que lo dices así? Lo lastimas más todavía. Eres la peor. Es que nunca estuve en estas situaciones. No se como actuar.

El asiente con la cabeza mirando hacia el piso.- Debes irte.- Dice con neutralidad.

-¿Que?.- Digo sin entender.

-Vete.

-¿Por qué?

-Porque si.- Vaya. Vaya. Se quiere hacer el mandon. Ya me estoy enojando.

-¿Quieres que me vaya sin fundamentos? No eres nadie para que me diga que tengo que hacer.- Digo con fastidio. Me recuerda a lo que me dijo Alejandro, hoy a la mañana. Que no me acerqué a él.

El me mira unos cuantos segundos.- ¿Te encuentras sola?.- Dice observando a su alrededor.

-No vine con mi hermano y mi padre.

-Entonces, llamalos y diles a si se van.

-No.- Digo firme. Bianca, Bianca. Ten cuidado con lo que dices.

-Bianca, por Dios no seas así. Es por tu bien.

-Que te importa mi bien.

-Sabes muy bien que me importas.

-Es mentira no sientes nada por mi. Mira como estas.- Digo con ademán. ¿Por qué salgo con esto? No se, deben ser los nervios. Estar bajo presión, no siempre es malo. A veces, salen pensamientos ocultos que ni nosotros sabiamos.

-De un principio te dije que todo no era cliché. Ni que tampoco estaría detrás tuyo.- Dice.- Si vivieramos de lo que sentimos no hariamos todo lo que necesitamos.

-Todo un filósofo.- Digo sarcástica. Bianca calmate.

-Sólo actuó como un adulto.

-¿Me estas diciendo que actuó como una niña?.

-Tu lo dijiste, no yo.

-Pero lo estas insinuando.- Miro a mi alrededor y miro a sus amigos. Supongo. Espero. Creo. Que justamente están mirando hacia nuestro lado. Chismosos. Poso la mirada devuelta en Noah.- ¿Quiénes son ellos?.- Me ganó la curisidad. ¿Y recuerdas que al gato lo mató la curiosidad? Si y reiteró muriendo sabiendo. Eso nunca se comprobó. Tal vez murió en el intento ¿No lo pensaste, Bianca? Changas. Pero el no me matará. No es capaz ¿No?.

-No importa.- Dice negando.

-¿Por qué no me quieres decir nada de ti?

-¿Crees que no te dije nada?¿Eh? Te hable que te amaba y que tenía un hijo. Claro, eso no es nada.- No puede ser. ¿Por qué dijo la palabra amar? ¿No somos muy jóvenes para amar? Debe estar confundido. Seguramente encontrará su alma gemela. Algún día. Pero se que yo no lo soy. Creo. Espero. Supongo.

No Tan ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora