Un nuevo día. Debo confesar que fue una noche inolvidable. Ustedes pensarán que es porque nuestras manos se entrelazaron. Pues no. No fue por eso. Les resumire lo que paso mientras esperando el maldito colectivo. Estaba todo tranquilo. No pasaba nadie. Hasta que pasaron. Tres personas. Hombres. Y básicamente me tiraron... ¿Piropos?. No eran muy lindos que digamos. No eran piropos. Eran guarangadas. En fin, mi hermano y Noah se enojaron. Y ahí empezó una pelea verbal y luego pasaron a las manos. Y maravillosamente o horriblemente luego de unos minutos apareció la policía. Si. Como leyeron. No aparecía ni el loro. Y mágicamente, oh, aparece la policía. Bueno. Y obviamente que en estos momentos nos encontramos en la estación policial exactamente tras la rejas, es decir, en la cárcel. Nos dejaron hacer una llamada por persona y no teníamos más opción que llamar a nuestros padres. Asique, estamos esperando que nos vengan a buscar. Claro si no queremos estar una semana aquí. Preocupando más a nuestros padres. Por cobarde, yo no hice nada. Solo gritaba para que pararan. Pero no sirvió de mucho que digamos. Por lo menos estamos separados. Ellos están en otra celda. En frente nuestro. Las miradas son asesinas. De ambos bandos. En cuanto a la pelea solo son algunos ematomas en la cara. Nada grave. Dato importante sobre Noah: Sabe pelear. Igual era obvio. Hace deporte desde niño. Por lo cual tiene la fuerza como me mostró la otra vez ¿Se acuerdan el día que se sacó la camiseta en frente de toda la escuela?. Y al otro día todo se volvió diferente. En fin, creo que me había mencionado varios deportes que practico y alguno tenía que ver con pelear pero no recuerdo el nombre.
Estoy sentada en una esquina con mis manos atrayendo a mis piernas. Mi hermano esta sentado a mi derecha, más alejado, tomandose con las manos la cabeza mientras sus codos descansan en sus piernas y mirando hacia el piso. Y Noah esta en la otra esquina. Que sería de mi izquierda. Parado. Tomando fuertemente uno de los barrotes y mirando intensamente al único despierto de los tres contricantes. Que también lo mira con intensidad. Es como una guerra de miradas. El que desvíe la mirada será el perdedor. Y parece que eso no pasará.
Llega un guardia. Se sitúa en nuestra puerta. Busca el llavero. Genial. Tienen un montón de llaves. Dah. ¿Por algo se llama llavero, no Bianca? Pero las encuentra bastante rapido y nos abre la puerta.
-Ustedes tres salgan dice con mala gana.- Moviendo la cabeza hacia un costado. Parece que nos quería tener aquí toda una semana. Pues mala suerte para el.
Alejandro y yo nos levantamos lo mas rápido que podemos para irnos de ese lugar. Que no es muy lindo que digamos. Solo consiste que cada ¿Cuarto? Selda. Tienen unas bancas que se sostienen de la pared. Tiene una mala iluminación no esta muy lejos de aquel bar que fuimos. Noah sale primero ya que el se encontraba parado.
- Esto no terminó le dice el otro chico.- No se como se llaman. Pero tampoco me interesa. ¿Por qué siguen buscando pelea?. Son unos idiotas.
Noah lo mira.- Te espero con gusto.- Dice desafiandolo.
-Caminen.- Dice el guardia con enojo. Le obedecemos. Pasamos la puerta y nos paramos en seco. Ay no. Estan mis padres. Y la madre Noah. Trago la saliva como puedo. Hay que enfrentar el problema ¿No? El gran problema.
-Joder.- Fice Noah por lo bajo. Lo miró de reojo. Mi hermano suspira. Estamos en una hilera. Los tres estamos totalmente nerviosos y no es para menos. Y soy la primera en caminar hacia los adultos. En sus caras se nota la preocupación. Los comprendo. Yo también estaría preocupada si me dicen que mis hijos están en la cárcel. Se dieron cuenta que estamos caminando hacia donde se encuentran ellos. Vaya. Vaya. Se nos viene una buena discusión. Al llegar mi madre me abraza. Le correspondo. Debo de admitir que extrañe a mis padres. A mi casa. A todo. Pero por lo menos los tenían a ellos dos.
- Nos preocuparon.- Dice mi madre despejandose de mi mientras me daba un beso en la frente.
-Lo siento.- Dice mi hermano mirando hacia el piso.

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No Tan Cliché
Genç Kurgu-Que sea un chico malo no quiere decir que no tenga sentimientos ni tampoco que deba ocultarlos.- Dice mirandome. -No entiendo. -Que lerda que eres.- Se acerca.- Te digo que me gustas y no lo voy a esconder pero tampoco estaré atrás tuyo para que es...