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Domingo por la tarde. Mi padre esta totalmente preocupado. Cada dos por tres entra a mi habitación para saber si estoy bien. Me vio llorar. No sabía que hacer. Nunca había visto a su hija llorar. Y menos que este totalmente histérica. Empecé a gritar y tirar todo. Toda una loca. ¿No creen? Mi padre me miraba con terror. Entonces, fue que me encerre en mi cuarto y desde ese día no salí.
En estos momentos estoy acostada mirando hacia el techo. A la nada. Y salen sin problema las lágrimas. Estoy de todo, menos feliz. Eso seguro.

Pero joder, Bianca. Tampoco te pongas así. Debes mostrarte fuerte. Volver a ser la que eras. No te puedes dejar destruir por un idiota. Vamos levantate. Debes despejarte. Sal a caminar te hará bien. ¿Desde cuando mi conciencia me incentiva?. Desde que pareces una niña de cinco años llorando como si todo se fuera a solucionar asi, sin más. Sabia que tenia que haber algo malo. Igual tienes razón. No podemos dejarnos destruir por un chico. Así que me levanté. Tomaré un baño primero.

Luego de unos minutos salí de mi baño. El problema será que ponerme ahora. Bien, Bianca. Vuelves a tus problemas cotidianos. Si, es bueno que me esté recuperando. Ya lo tengo. Me pondré uno short tiro alto negro con tachas en un costada con un top sin mangas que no deja ver mi panza. Es como una musculosa. Es de color celeste con un estampado de un elefante en la ¿galaxia? ¿Dónde compré esto? ¿Y cuándo? En fin, arriba dice dreams. Y Converse grises oscuras. ¿No les dije verdad?. Aquel día que me encontré con Noah. Que hable por última vez con el. Me compré unas zapatillas nuevas. Al fin ¿No creen?. Bien traté de tapar con maquillaje mis ojeras y digamos que mis ojos no están tan hinchados.

Voy hacia la puerta. Mi padre esta viendo la televisión. Pero al escuchar mis pasos se da vuelta. Y me ve con asombro.

- Iré a dar una vuelta.- Digo mirandolo.

-Esta bien.- Dice sonriendo con compresión. Le sonrio y salgo de la casa.

El día no esta pesado. Por suerte. Siento que ya estoy mejor. Camino por unas cuántas cuadras. La mayoría esta bastante llena de personas. Pero en esta ultima, esta casi desierta. Bueno doblare en la siguiente esquina. Así iré hacia el centro del barrio.
Ay no. Alguien me toma del brazo por detrás. Esto no tiene buena pinta. Siento algo en mi espalda. Se siente frio. Es un ¿Arma? No puede ser. Definitivamente no es nada bueno.

-Dame todo lo que tengas.- Dice alguien en mi oído. Genial me robaran. Busco en mis bolsillos delanteros. Mi celular. Mi preciado celular. Lo siento eres tu o soy yo. Lo tomó y se lo doy como puedo. Es lo único que tengo. No se porque no traje dinero. ¿Tal vez porque sólo venias a despejarte Bianca? No a comprar.

-No tengo nada más.- Digo con mis voz temblorosa.

-Corre.- Dice. ¿Qué?. Que corras Bianca ¿O quieres que te mate acaso?. Tardó unos segundo en reaccionar. Me zafo como puedo de su agarre y salgo a correr. Lo mejor será ir al centro. Hay mucha gente. Ahí no robaran a mano armada. Supongo. Espero. Creo. Ya me estoy cansando y eso que apenas doble para ir hacia un lugar más poblado. Miró hacia atrás en busca de mi agresor. Tal vez me está siguiendo. Y yo como idiota corriendo. Chocó con algo duro. No puede ser mi agresor. ¿O si? A menos que tenga superpoderes. Espero que no. Lo que causa que vaya directo a piso. Genial. Me siento en el piso y miro a quien me choque. Estoy agitada. Eso es de esperarse Bianca, si no corres nada de nada. ¿Él?. ¿Qué hace aquí?. La vida no me debe querer. ¿Por qué me cruzó con estas personas?

-Pero miren a quien tenemos aquí.- Dice sorpresa mientras me tiende su mano para ayudarme a levantarme. La cual aceptó. Y ya estoy devuelta parada. Trató de limpiar como puedo mi ropa. Lo miro.

-Lo siento y gracias.- Digo todavía agitada.

-Hola preciosa ¿Qué haces por estos lados?.- Dice con curiosidad, ignorando lo que dije . Por cierto, lleva una cazadora de cuero negra con unos jeans negros pero más claros y unas zapatillas con una mezcla de negro y gris.

No Tan ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora