(Paula)
Después de comer nos quedamos un rato hablando de como conocimos a Logan, de mi bromita, planeando un poco como protegerle y cosas varias.
-¿Nos vamos? Es tarde –pregunta Dylan.
Sin darnos cuenta nos hemos pasado todo el dia aquí.
-Si además, quiero pasar por un lugar antes de ir a casa –dice Aarón.
-Adelantaros –les digo.
-¿Seguro? –pregunta Dylan.
-Si tranquilo.
-Vale, nos vemos Pula.
Vienen a darme dos besos en la mejilla, Aarón aprovecha y me revuelve e pelo, lo miro con furia, sabe que odio que haga eso, y estrechan la mano con Caleb y luego se van.
-Gracias por la comida.
-No ha sido nada como para lo que vas a hacer tu.
-Sabes que puede salir mal ¿no?
-Tengo confianza en que podremos.
-¿Cómo puedes confiar en mí? No me conoces.
-Sé que eres una buena chica.
-De buena solo tengo el aspecto, sino no me habrías venido a buscar.
Eso produce que Caleb ría, tiene una linda sonrisa, si fuera él más joven o yo un poco más mayor.... Quien sabría qué pasaría.
-Hablando enserio, te agradezco que aceptéis ayudarme.
Se acerca y me abraza tomándome por sorpresa, no le correspondo. Cuando le iba a decir que me soltara, que no me sentía cómoda, se abre la puerta de la entrada, entra Logan, quedándose con los ojos como platos.
-¿Qué pasa aquí?
-Nada, hijo –dice soltándome del abrazo y yendo a saludar a Logan.
-¿Qué haces aquí? Y ¿Por qué te estaba abrazando mi padre? –me pregunta, se le nota enfadado.
-Venía a verte, te echaba de menos –digo con sarcasmo.
-¿De qué hablas? –me grita.
-No te enfades, guapo – le digo sonriendo.
-Logan, no me habías dicho que esta chica tan guapa era amiga tuya –dice Caleb.
-Amiga y un huevo –murmura.
-Bueno mejor me voy, gracias por todo Caleb –me acerco para estrecharle la mano.
-Gracias a ti encanto – dice rechazando mi mano y abrazándome.
En cuanto me suelta me encamino a la puerta.
-Nos vemos el lunes en clase –le digo a Logan guiñándole un ojo- me queda camino hasta llegar a mi casa.
-Espera Paula, no tienes vehículo ¿Cómo has venido? –me pregunta Caleb.
-Me han traído, pero tranquilo que se llegar a mi casa.
-No voy a dejar que te vayas sola, mi hijo te llevara.
-¿Yo porque? Ofrécete tú.
-¿Te quieres quedar sin coche?
-Vale, vamos te llevo.
Subí en el copiloto, aunque estoy más acostumbrada a ser yo quien conduce. Logan está muy serio, creo que no le ha gustado la escenita que ha visto, que se aguante.
-¿Qué hacías en mi casa? –me pregunta en cuanto arranca.
-Nada –me limito a responder.
-Crees que soy tonto, ¿Qué hacías?
-He chocado con tu padre en la calle y me ha parecido guapo así que me he puesto a charlar con él, y una cosa llevo a la otra –mientras decía esto miraba a Logan, que iba poniendo una cara de horror en su cara.
-¿Qué dices? –pregunta casi gritando.
-No sé si estás preparado para que te digan que hacen dos personas cuando...
-No quiero escuchar eso –me interrumpe a gritos.
-Solo te digo que tienes que empezar a llamarme mama –digo lo más seria que puedo sin reír.
-¿Qué? Ni loco, no te juntes más con mi padre, loca.
Me empecé a reír a carcajadas, no podía parar de reír, no me podía creer que se lo hubiera creído.
-¿Es broma verdad? –me pregunta.
-Pues claro, aunque no he mentido cuando he dicho que me parece guapo.
-Pero si es viejo.
-No es viejo, es maduro.
-Estás loca –dice en un murmullo- ¿entonces que hacías en mi casa?
-¿Quieres que te diga la verdad? –le pregunto seria.
-Si.
-No te lo voy a decir.
-¿Por qué?
-Porque me has dicho que no te mienta.
-Sabes que si le pregunto a mi padre acabare por saber la verdad ¿no?
-Tengo un remedio para eso. No te preocupes.
-Me a amenazas ¿y no me tengo que preocupar? Además tienes una puta pistola.
-Aun te acuerdas cuando te caíste del asiento. Fue buenísimo –me empiezo a reír al recordar su caída.
-Calla, loca.
Cuando llegamos a la puerta de mi casa, sale del coche y le sigo. Me acompaña hasta mi puerta.
-Gracias por traerme.
-De nada. ¿Ahora me dirás la verdad?
-¿Alguna vez te han dicho que eres más pesado que el plomo?
-Solo cuando me empeño con algo.
-Qué pena porque yo no tengo paciencia, para dar largas.
-Pues dilo y ya está.
-¿Me vas a obligar a amenazarte?
-¿Qué eres una mafiosa o qué?
-Más de lo que creerías. Espera un momento –digo entrando en mi casa.
Cojo unas esposas del cajón del mueble de la entrada sin que me vea y las escondo detrás de mí.
Salgo y antes de que él logre decir algo, saco las esposas y gracias a un poco de habilidad, se las pongo dejando sus muñecas atadas en la espalda.
-¿Pero qué haces?
-Te dije que mi paciencia era poca. Ahora pasa.
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Fuego
RomanceDicen que jugar con fuego es peligroso. ¿Peligroso? Paula no conoce esa palabra. Ella prefiere decir que él que no juega con fuego muere congelado. Paula es... ¿buena, mala o peor? lo mejor es que no la molestes.