Fuego

Capítulo 23

(Logan)

Se hizo de noche y aun no teníamos noticias de Paula, los médicos seguían en la habitación con ella, a veces salía una enfermera a por alguna cosa y aprovechábamos para pedirle información, pero aparte de las frases "tened paciencia" y "estamos haciendo todo posible" no sacábamos mucho más.

Estamos en la sala de espera Aarón, Dylan y yo, mi padre ha venido a ver como estábamos, pero necesitaba descansar y se ha ido a casa de Paula, Dylan le ha dicho que se quede allí, ya que tiene varias habitaciones.

-¿Qué coño está pasando ahí dentro? –me pregunto a mí mismo.

En ese momento salen muchas personas de la habitación de Paula, nosotros nos levantamos esperando, hasta que una chica con unos documentos pregunto por la familia de Paula.

-Nosotros –dijimos a la vez.

-¿Qué parentesco tienen? –pregunto ella.

-Somos sus hermanos –dice improvisando Dylan- ¿Qué le ha pasado?

-Verán, ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza, y tiene un disparo de bala, ha tenido suerte que no le ha tocado nada vital, aunque ha estado a un centímetro de perder la vida. Aunque ahora está en estado de coma, tiene posibilidades de despertar pronto –dijo la enfermera dejándonos a todos en estado de shock.

-¿Podemos verla? –pregunto preocupado.

-Sí, pero de uno en uno ¿Vale?

Todos asentimos, y la vimos irse.

-¿Puedo ir primero? –pregunta Dylan, que es el que ha estado más nervioso de todos nosotros.

Le dejamos ir primero, mientras Aarón y yo esperamos sentados.

-¿Cómo ha podido pasar? Encima a ella... -murmura Aarón.

-Se pondrá bien, se tiene que poner bien.

-Es como una hermana para mí –dice mirándome con lágrimas en los ojos, le di unos golpecitos en la espalda.

-Lo entiendo, yo... -pare de hablar antes de decir que la quería.

-Quedaros en la casa de Paula hasta que os arreglen la vuestra, ya no estáis en peligro, pero por lo menos tendréis donde quedaros, tu quédate con mi cuarto.

-¿Tu cuarto?

-Sí, Dylan ha dejado su cuarto a tu padre, yo te dejo el mío.

-¿Vivís con ella? –pregunto confundido.

-No, pero casi. Pula decidió, bueno nos obligó a que nos quedáramos con esos cuartos como nuestros, y por eso tenemos habitaciones en su casa, pero las usamos muy poco en verdad.

Sí que son como hermanos, tendré que echarlos cuando se recupere, pienso riéndome interiormente.

Dylan sale de la habitación con lágrimas en los ojos.

-Ya puede entrar el siguiente.

Entro Aarón. Dylan se sentó donde había estado Aarón, yo le pase la mano por la espalda, para reconfortarlo. Ya quedaba menos para poder verla, los había dejado pasar antes, porque ellos la conocían más, pero ya estaba de los nervios.

-¿Cómo la has visto?

-Está llena de máquinas, está muy blanca, no sé, me he quedado en shock al verlo.

-Tranquilízate, ella es fuerte –lo intento animar.

-¿Cómo va a salir de esta? Si está fatal, necesita máquinas para vivir, no puedo más –estallaron todos sus nervios y se fue corriendo mientras lloraba, sin darme tiempo a decir nada.

Me quede sentado, esperando a que Aarón saliera, cuando lo hizo, le conté lo que había pasado, me dijo que buscaría a Dylan, pero que no creían que pudiera volver hasta mañana, yo le dije que me quedaría aquí todo el tiempo que me permitieran.

Me despedí de Aarón y entre en la habitación, Paula estaba tumbada, blanca, débil, parecía una muñequita de porcelana. Me acerque y me senté en la silla que había al lado de la camilla.

No sabía si hablarle o no, ¿Los que están en coma escuchan? ¿O solo hacen que los que les hablamos parezcamos tontos?

De repente me vino a la mente la carta de la que hablaba Paula, deberíamos decidir cuándo ir a entregarla, o quien debería ir. Entonces hacia que me viniera a la mente la persona a la que iba dirigida, ¿Sera su novio? No puede ser porque me dijo que no tenía, ¿Sus padres? Puede ser, pero no la veo de la clase de chica que escribe cartas, más bien es de quemarlas.

La enfermera entro a la habitación.

-¿Todo bien? –pregunto sonriendo, intentando animarme.

-Yo si... -desvié la mirada para mirar a Paula- ¿Te escuchan cuando están en coma?

-Sí, aunque luego nadie asegura que recuerden lo que les dicen, pero les estimula, les ayuda de alguna manera.

-Gracias.

-Se ha acabado el tiempo de visitas, puedes venir mañana de nueve de la mañana a diez de la noche.

Mire mi reloj, son las once de la noche. La mire frunciendo el ceño.

-Me imagine que si no entrabais montaríais un espectáculo, pero solo ha sido por esta vez ¿De acuerdo?

-Sí, gracias –me levante le di un beso en la frente a Paula- mañana volveré para verte, despierta para cuando vuelva.

Salí del hospital y me fui a casa de Paula. Mi padre estaba dormido, cuando iba a entrar a la habitación de Aarón, cambie de opinión y entre en la de Paula, me quede en Boxers y me tumbe en su cama, su aroma me envolvió en un segundo, cerré los ojos, pero no puede dormir, la hecho de menos aunque sea difícil de creer siento algo muy fuerte en mi corazón.