Capítulo 3. My love crybaby

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POV. SUNGGYU

Sin lugar a dudas, había sido un día cansado ese también, aún si no tanto como otros, admitiría que no me había sentido bien ese día marchándome a trabajar por la mañana.

Tal vez porque Sunghyun no había llorado como todas las mañanas cuando le había ido a dejar a la guardería.

Normalmente el pequeño se aferraba a mi cuello y lloraba diciendo que le iba a abandonar de nuevo en aquel lugar, aún si a los pocos minutos ya estaba jugando con los niños que ya estaban allí y sus maestras.

Sunghyun siempre lloraba, aún si era por costumbre, al menos me preguntaba por qué no podía pasar todo un día solo con él en lugar de tener que ir a trabajar, pero ese día solo había bajado la cabeza y había entrado con una de las maestras que vigilaban a los niños, moviendo la mano unos segundos antes de girarse para caminar.

Así, sin más, algo que me había extrañado y, hasta cierto punto, me había hecho sentir un poco mal.

Como si mi hijo por algún motivo se estuviese alejando de mí, la estúpida idea de que no quería que mi hijo fuese tan independiente siendo tan joven pasando por mi mente en ese momento, tal vez exagerando demasiado.

No era del tipo de padre exageradamente sobreprotector, sabía que eso terminaría siendo perjudicial para el niño cuando creciese, pero eso no significaba que no me preocupase por mi hijo y por esos pequeños cambios que a veces veía, siendo ese el más sorprendente.

Hasta la noche anterior había estado perfectamente bien, actuando con normalidad, así que no entendía qué había ocurrido para que esa mañana actuase de esa forma distinta.

Tampoco había ocurrido nada particularmente malo cuando le había despertado porque era hora de arreglarse para llevármelo, dándole algo de desayuno y preparando su pequeña mochila con algo para que comiese allí, una muda de ropa por si se manchaba y un par de pañales.

Él había tratado de ponerse su propia ropa y todo mientras yo arreglaba su mochila, si bien no había tenido demasiado éxito al ponerse los pantalones del revés y no encontrar los agujeros de las mangas en la camiseta, pero no iba muy mal encaminado, así que solo tuve que ayudarle un poco y recordarle cómo saber de qué lado iba el pantalón.

Nuevamente, cuando él sonreía sentía que lo hacía yo también, abrazándose a mi cuello cuando lo saqué de la habitación para llevarlo a lavarse el rostro y los dientes, buscando luego una chaqueta bonita para que no pasase frío.

No era que fuese a hacerlo, pero prefería asegurarme.

Después de eso se había colgado la mochila en la espalda y me había acompañado caminando hasta el ascensor, aunque de ahí hasta el coche lo llevé en brazos de nuevo, sentándose correctamente en su sillita para que lo atase.

A veces se quejaba porque no le permitía ir delante conmigo todavía aún si estaba con la silla, prefiriendo acostumbrarle a ir detrás por si pasaba cualquier cosa.

Es más, incluso durante el trayecto se mostró tranquilo como siempre, cantando en voz baja las canciones de Pororo que había en un CD que solía tener puesto cuando iba con él en el vehículo.

Todo normal, hasta que al llegar a la guardería había actuado así, sintiéndome realmente perdido mientras conducía hasta el trabajo esa mañana.

Tal vez solo necesitaba recordarme a mí mismo que los niños crecían más rápido de lo que parecía y que, tal vez, la criatura comenzaba a comprender que debía de ir a trabajar y que no tenía por qué llorar ni hacer jaleo si sabía que nos íbamos a ver en unas pocas horas, pero algo no se sentía del todo bien.

[WooGyu] Another Me [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora