Capítulo 6

1.1K 72 1
                                    

Narra Zabdiel:

No me dio tiempo a pensar en lo que estaba haciendo antes de agarrar a Erick por detrás y llevar su cuerpo al suelo donde seguidamente un puñetazo cayó en su labio. Sus ojos se clavaron en mí con una mezcla de ira y confusión.

*Espera ¿Que estoy haciendo?*

Levante mi mirada durante tres segundos y la vi.

El miedo brillaba en sus ojos.

De repente un fuerte pinchazo salió de mi mejilla haciendo que mis ojos se clavaran en los de Erick nuevamente, me disponía a estampar mi puño una vez mas  en su cara y fue entonces cuando alguien me levanto del suelo separándome de él.

Se puso rápidamente de pie y no dijo nada, se quedo quieto delante de de mi y simplemente giro su mirada hacia ella para poco después dejar que una sonrisa burlona se colocara en su rostro.

No, no, no. No podía ser. No me había visto mirarla.

¿No?

Narra Leah:

Sin aliento apenas y ya lejos del bar, me pare un segundo y mire a Rebeca con preocupación, ella me devolvió un intento de sonrisa.

- Lo siento nena, deberíamos de habernos ido justo después de cenar - dijo mientras fijaba su mirada en un punto del suelo que nos separaba.

- Hey, no es tu culpa que esos chicos decidieran pelearse justo allí - sonreí intentando no que no se sintiera culpable. Porque era verdad, no ha tenido nada que ver - tu estas bien y yo estoy bien, tranquila nena.

El resto del camino ninguna dijo una palabra más. En mi cabeza seguía la imagen de aquellos ojos, oscuros y fríos, clavados en mi piel. Aquel chico cada vez me parecía más extraño y más peligroso.

Ya en casa decidí no hablar de lo ocurrido en el bar con mi madre e ir directamente a mi habitación. Subí directa al cuarto de baño y deje que el agua caliente despejará mi mente.

Narra Zabdiel:

- Te lo repito por enésima vez hermano, no quiero hablar del tema - gruñí molesto.

- Tío venga ya, te conozco mejor de lo que te conoces tu mismo y sé que te pasa algo, dímelo.

- Cállate Chris - todo lo que acababa de decir era cierto pero no lo pensaba admitir. Al final acabaría notándolo por si mismo así que no era necesario hablar más del tema.

Después de mi cadena de impulsos en el bar y tras conseguir tranquilizarme un poco salí disparado de allí bajo la mirada atenta de mi mejor amigo quien me ha seguido hasta el banco donde actualmente intento aclarar mi mente. Sin éxito.

Chris no había parado de lanzarme preguntas desde que llegamos y sentía como mi cabeza iba a explotar.

¿Qué mierda me está pasando joder?






DÍA SEIS

Narra Leah:

Maldita sea - gruñí mientras buscaba el maldito despertador que por alguna razón que desconozco había decidido esconderse de mi esa mañana. Cuando por fin lo encontré accidentalmente, y repito accidentalmente, fue a parar a la otra parte de la habitación.

Sábado, lo que significaba, por tradición, viaje en familia cortesía de mi madre. A saber que remoto lugar habrá encontrado esta vez para hacernos andar durante el resto de día. Con suerte iríamos a ver la ciudad y quizás a la playa, y sin suerte subiríamos la montaña más alta de Puerto Rico. Sorpresa, sorpresa.

Cien | Zabdiel de Jesús | [ EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora