Capítulo 19

392 36 17
                                    

DÍA DIECINUEVE



Narra Leah:

Decir que estaba nerviosa era quedarse muy lejos de cómo me sentía en esos momentos, una mezcla de sentimientos contradictorios se paseaban por mi corazón y no, no estaba segura de si esto era lo que de verdad sentía que quería hacer pero aquí estaba una vez más, sentada en el parque esperando al chico de ojos casi hipnóticos.

Entre mis manos daba vueltas sin parar al papel número ocho que había llegado hasta mi taquilla esa mañana, analizaba detalladamente cada una de las líneas de aquella ortografía buscando cualquier cosa que me ayudara a saber porque continuaban llegando hasta mi esos pequeños trozos de papel pero seguía sin encontrar una explicación y eso me frustraba.

- ¿Qué tienes ahí? – una voz curiosa me hizo levantar la vista rápidamente hasta llegar a posar mis ojos en su rostro.

Un suspiro salió de mis labios mientras guardaba el papel en uno de mis bolsillos traseros, pasando ambas manos por mi pelo me levante de aquel banco haciendo que nuestras miradas se colocaran a la misma altura.

- No es nada importante – sonreí mientras intentaba dejar el tema a un lado.

Me devolvió una cálida sonrisa y de detrás de él coloco frente a mí una rosa – Pensé que sería un bonito detalle – dijo.

Una amplia sonrisa se coloco en mis labios y mis mejillas seguro que estaban tan rojas como aquella preciosa flor, nunca un chico me había regalado ni una flor ni nada en general así que en ese momento las mariposas de mi estomago no paraban de revolotear y si, quizás ese momento se estaba volviendo demasiado cliché pero lo siento, no todos los días te regalan una rosa y mucho menos un chico como Erick, el cual parece muchas cosas pero lo que se dice un chico romántico pues no mucho.

- Gr.. gracias Erick – reí nerviosa desviando mi mirada y sintiendo el calor de mis mejillas.

- No tienes que darlas preciosa.


Narra Zabdiel:

Su delicado rostro, sus profundos ojos, sus finos labios, su pelo alborotado y su sonrisa inocente.

Una y otra vez la imagen de esa chica se repetía en mi mente, una y otra vez maldecía no haber podido parar el tiempo anoche cuando nuestros cuerpos se quedaron a centímetros.

¡TIERRA LLAMANDO A ZABDIEL!

La voz de Chris gritando en mi oreja me hizo aterrizar de nuevo en este mundo, en el sofá y en la partida de FIFA que habíamos comenzado minutos atrás y en la que, como os podéis imaginar, iba perdiendo.

- Joder tío, así no se puede jugar – se quejo Chris.

- Lo siento tío, no sé porque estoy tan... - me interrumpió.

- ¿En las nubes? ¿En el planeta de al lado? ¿O enamorado? – dijo rápidamente con gesto pensativo y entre risas.

Apreté los puños contra en sofá intentando aguantar la rabia que se estaba apoderando de mi, si había algo que odiaba con todo mi ser era que me interrumpieran mientras intentaba explicar algo y Chris lo hacía constantemente - ¿Enamorado? – Comencé a reír a carcajadas cuando me di cuenta de sus palabras – Nunca me he enamorado y nunca cometeré ese error.

¿No?



Narra Leah:

¿Sabéis esas personas que te hacen sentir a gusto desde el primer minuto que comparten contigo? ¿Esas que te ayudan a olvidarte por un momento de cualquier cosa con solo escucharlas hablar? ¿Esas que siempre están para darte un consejo o para recordarte lo idiota que puedes llegar a ser? ¿Esas que da igual el tiempo que pases sin verlas porque sabes que vuestra amistad es más fuerte que el propio tiempo? ¿Esas con las que te puedes pasar horas hablando sin cansarte? ¿Esas que son tan difíciles de encontrar?

Pues a ese reducido grupo de personas pertenece Clara y en días como hoy la necesito más que nunca deshaciéndome la cama mientras come sus amadas palomitas y escucha atentamente como le cuento cada preocupación y cada duda que se pasa por mi mente.


Me encantaría poder contarle en persona como Zabdiel me va a volver loca con su, ya famosa, bipolaridad, o como no puedo sacar de mi retina nuestro extraño encuentro de anoche, como sus profundos ojos marrones clavados en mi hacen que cada fibra de mi ser se estremezca, como las mariposas se despiertan en mi estomago cada vez que lo veo aparecer.

También como Erick cada vez me tiene más intrigada, como a pesar de la rosa que me ha regalado hoy y de lo atento que se le ve, sigue habiendo algo en él que no me termina de encajar aunque el hecho de que nuestra "relación" avance de alguna manera, haga que confié un poco en él.

Frustrada, agotada, casi superada ya por tantas cosas nuevas en poco tiempo entre en el baño, lista para darme un largo baño e intentar de una vez despejar este caos, un caos que a veces parece inventado y que me he ido creando yo misma, un caos quizás innecesario.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cien | Zabdiel de Jesús | [ EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora