Día 1

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"No los escuches". Esas fueron las palabras del profesor. Las recordaba mientras caminaba por los pasillos grises, que supongo, antes eran blancos.

-Es aqui-. Dijo la enfermera mientras me señalaba una puerta bastante oxidada.

-muchas gracias-. Contesté mientras habría la puerta.

Al entrar a esa habitación, note un cartel que parecía haber estado hace años, se leía con dificultad "Sala de visitas".
La habitación estaba dividida por una pared de cristal. De un lado estaba yo y del otro lado.. Ella.

Era una niña, por sus rasgos podía llegar a la conclusión de que no tenía más de 13 años. Tenía la mirada perdida, recorría con su mano el vidrio que nos separaba, reia, miraba sus manos y así nuevamente.

Me acerqué a aquella pared Insulza que nos alejaba, y le hable.

-Como te llamas pequeña-. Dije Mirando fijamente sus ojos.

-¿conoces a Dios?.- me preguntó la niña. Ahora miraba el techo de la habitación, creo que su intención era recordar el cielo que hace mucho le prohibieron volver a ver.

-Si se quien es, ¿tu lo conoces?.- pregunté sintiéndome algo estúpido, jamás había Creído en Dios ni me había preocupado en conocerlo.

-El viene siempre aquí, se para justo en donde estas tu, prometió que volvería a reunirme con mi familia, dice que mis padres ya me han perdonado- respondió la niña, mientras se reía cada vez más fuerte.

No supe que decir por un momento, hasta que sin que lo pensará salió esa maldita pregunta de mi boca.

- ¿qué paso con tus padres?. Luego de soltar esas palabras, me insulte por dentro. El presentimiento de que algo malo me diría invadió mi mente.

-Nada Jaja Eran unos estúpidos-. Sonríe mientras entrelaza sus dedos en su cabello.
-Mi madre era una perra, hacia las cosas mal, y mi padre era un idiota por no darse cuenta lo puta que era ella.-. Sonrió de una manera que me hizo estremecer.

-¿Sabes que les pasa a las personas malas?. Terminan Mal, Jajaja Eso fue lo que pasó. Vi a mi mamá con el señor del alquiler, juntos desnudos teniendo sexo, ella estaba encima suyo y el lamia  sus senos, entonces me vio. Vio que los había visto y fue a buscarme a mi habitación, yo estaba allí dispuesta a abrirle la pueta esperando la oportunidad, para poder enterrarle mi preciosa navaja.-. Miro mis ojos, en los suyos podía notar la exitacion que sentía al contarme lo que había pasado.
-¿Quieres oír más?-. Me preguntó.

No estaba seguro de que responder, sabía como terminaría la historia pero no quería escuchar de su boca lo que había hecho.

-Si-. Respondí.

-Ella entró y yo estaba sentada en mi cama, le pedí un abrazo y la ingenua lo hizo.
Fue en ese momento que undi mi navaja en su cuello, !Oh que placer sentí al hacerlo!. La sangre empezó a brotar. Roja y espesa sangre.
La puñalada fue tan precisa que no tuvo tiempo de gritar la sangre la había ahogado en unos segundos. Valio la pena aver practicado antes.
El problema fue que mi padre llegaría y vería la sangre salir por debajo de la puerta. ¿qué explicación le daría?.
Y si! Lo más fácil era matarlo a el también total el idiota amaba a esa zorra y amaría ser enterrado a su lado.
Lo espere, apenas llegó lo recibí con un abrazo, no quería hacerlo, pero la navaja pedía probar sangre otra vez.
Lo mismo que le hice a mi madre le hice a el.
La policía me encontró un día después.
Según ellos estaba yo jugando con el cadáver de mi padre jajaja sólo estaba escribiendo con mi navaja en su torso una disculpa.

Mire sus ojos, podía notar la maldad apoderarse de su cuerpo.

Sólo quería salir de allí, sin decir una palabra me dirigí a la puerta.

-Dile a Dios que venga hoy! Soy Sara- escuché decir aquella niña mientras reía descontroladamente.

Cerré la puerta detrás de mi. Estaba seguro de que soñaria con ella esa noche.

DEMENTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora