DEMENTE.

libertad

1 semana después.

Mierda. Había olvidado completamente que el profesor me dio una semana más.
Pasó demasiado rápido.

Que más podía decirle a Garren? Arruine el trabajo que nos costó meses lograr. Sólo debía ir al manicomio a observar y tomar apuntes sobre las actitudes y comportamientos de cada paciente.
Mi trabajo sólo era analizar y llegar a una conclusión.
Teníamos la hipótesis de que tenían diferentes comportamientos debido a las razones por las que estaban en ese lugar.
Sólo tenía que investigar si era verdadera o falsa.
No había investigado a la cantidad de pacientes acordados por lo tanto era imposible sacar una conclusión.

Luego de lamentarme un rato, me puse a pensar en que me estaba tomando ese proyecto muy enserio.
En realidad es la puerta hacia mi futuro como psicólogo especializado en psiquiatría y conductismo.
Pero nada vale más que mi propósito, nada vale más que mi madre.
Se que lograrán arreglárselas sin mi.
Garren es un puto genio y Sabrán que hacer.
Yo debería volver al manicomio. Ya pasaron varios días desde la última vez que fui.

Luego de desayunar prepare los cosas para salir a la calle.
Estaba harto de tomar el autobús por lo que llevaba conmigo mi documentación para pasar más tarde  por una concesionaria y comprarme un auto nuevo.

Salí a la calle y noté que hacía mucho frío afuera, no quería subir por un abrigo, corrí lo más rápido hacia la parada del autobús ya que había llegado el que iba a tomar.

El trayecto al manicomio fue corto, devido al frío no había mucha gente en las paradas y el autobús estaba casi vacío.

Al bajar en la esquina del manicomio me acordé de Melody.

Entre como de costumbre, caminé por los horribles pasillos y me crucé con una enfermera que estaba de espaldas a mi.

-Disculpe señora, podría ayudarme-. Pregunté tocando su hombro para que se volteara.
Una hermosa mujer con unos ojos café   radiantes volteó a mirarme.

-¿Señora? ¿Tan jorobada estoy?- (sonríe).- En que puedo ayudarte?-.

Mis ojos penetraban los suyos en un intento loco de hacerle entender que me sentía atraído hacia ella.

-Discupa! Que idiota soy, no quería ofenderte. ¿ Quería saber en que habitación puedo encontrar a una joven llamada Melody-. Pregunté.

-¿Buscas a tu novia? Jaja. Melody Tarbort, habitación 65. Primer pasillo a la izquierda y luego a la derecha.-. Respondió.

- Gracias.. ¿tu nombre es?-. Pregunté.

-Holly, enfermera Holly-. Respondió.

La saludé levantando mi mano como un niño que saluda a sus padres cuando va a ingresar a la escuela.
Ella voltio, empujó el carro y comenzó  caminar.

-No.. no es mi novia!-. Le grité.

Ella sólo me miró y sonrió.

Caminé por los pasillos siguiendo las indicaciones de Holly.
Al llegar a la  habitación de Melody note la precencia de un joven parado junto a la puerta.

-¿Disculpe hay alguien adentro?- pregunte.

- Déjeme ver, en seguida salgo.- respondió
Entró en la habitación y yo quedé esperando a que saliera para poder ingresar.
Esperé 10, 20, 30, minutos.
Toque la puerta y nadie respondía.
Intenté abrirla y tenía puesto el seguro.
¿ a quien se le ocurre ponerle seguro a las puertas de un manicomio?. Pensé.
Intenté e intenté abrirla pero no hubo caso.
Llamé a un enfermero y logró abrir la puerta.
Era sabido lo que estaba sucediendo allí.
La cama estaba vacía, y la única ventana que se encontraba en lo alto, estaba rota.
Era lógico que Melody había escapado con ayuda de aquel muchacho.

Un enfermero se acercó a preguntar que estaba pasando.

-Se escapó una paciente señor-. Respondí.

-Corrección, se escaparon dos pacientes-. Dijo Holly que salía de una de las habitaciones del mismo pasillo.

-James Harrison tampoco esta en su habitación-. Acotó.

-Hay que avisarle urgente al Director que su hijo se ha escapado-. Dijo uno de los enfermeros.