Cada año después de visitar el cementerio, mi padre y yo, optamos por guardar un día entero de luto, aunque por lo general yo siempre me paso una semana deprimida. Carlos sabe lo mucho que me afecta revivir los últimos minutos de vida de la abuela y ver su rostro pálido cada que parpadeo. Por alguna extraña razón, no la recuerdo con las mejillas rojas o los labios rosados, y por más que lo intente, mi mente no la recuerda así, revivo el día del entierro como si hubiese sido ayer.
Pero eso fue en los años anteriores. Se supone que este año sería diferente y aceptaría la muerte de la abuela de una vez por todas, Al menos ese había sido mi pensamiento antes de dormir, y había funcionado, porque en ningún minuto del día siguiente había pensado en ella. Sin embargo, mis pensamientos los había ocupado aquel sueño tan escalofriante que había tenido en la noche, pero era aún más extraño, lo sucedido en el cementerio.
El sueño no había sido real, pero lo que me pasó en el cementerio sí.
Carlos creyó que toda la semana estuve deprimida por la abuela debido a mi silencio, pero más bien estaba pensativa, tenía tantas cosas e ideas que aclarar para asegurarme que no estaba loca, aún no le había dicho nada, si no me había creído el día de la rama, una semana después era obvio que iba a pensar que estaba loca.
Suficientes problemas tiene en su trabajo como para que llegue una adolescente de 17 años contándole sus alucinaciones.
Marcos me había dado la idea de que necesitaba un nuevo cambio en mi vida, para poder continuar con ella, él también pensaba que mi situación durante la semana había sido por lo de la abuela, traté de comprender que el aun no sabía y que por eso lo había llamado para que viniera.
Marcos es el único que puede entenderme, ambos hemos pasado por lo mismo, yo perdí a mi abuela y él a su padre.
«No puedes seguir viviendo reprimida en tus recuerdos, esto se tiene que acabar, empieza por un cambio pequeño como el color de tu cuarto, ese rosa pastel es horrendo» recordé.
Estaba empacando las últimas cosas que había en mi habitación, llevándolas a la recamara de invitados y entonces mi celular comenzó a sonar, mis pensamientos estaban en otro mundo literalmente, así que contesté en el último timbre y antes de que pudiera hablar, la persona al otro lado de la línea contestó rápidamente.
—Hola, Aliz
—¡Marcos!, hola ¿ya vienes?
—Sí, estoy en la tienda de pinturas, pero hay un problema, solo tienen pintura en los colores rojo, verde, amarillo, naranja, definitivamente rosa no y blanco. ¿Qué color te gusta más?
—Ni uno—dije resoplando-no me gustan los colores, pero trae el blanco y...—pensé antes de decirle, sabía que la elección del color no iba ser de su agrado—negro, si hay, quiero darle un estilo de ajedrez a la habitación.
—¡Aliz...! esos no son colores alegres, necesitas vida en esa habitación.
—Blanco y negro—dije decidida y colgué, no pude evitar sonreír.
Solo me falta despegar algunos cuadros de la pared y sacar al pasillo los muebles grandes, pero para eso tengo que esperar a que Marcos llegue, mi padre me lo había advertido.
«Nada de cargar cosas pesadas Aliz»
Tomo la escalera del sótano y la llevo a mi cuarto para bajar aquellos cuadros, es una escalera un poco vieja, tiene diez años de antigüedad y ya nos había sido de mucha utilidad, pero papá no ha tenido tiempo para ir a comprar otra escalera, así que es la única disponible en casa.
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Atrapasueños "El Comienzo de una Pesadilla"
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si te enteras que la historia de la humanidad ha sido modificada, que tú no eres lo que aparentas, que nadie de los que conoces son lo que aparentan, que existen mundos paralelos al nuestro, que la raza humana está siendo acechada por l...