Capítulo XVIII

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¿Qué está sucediendo? ¿Cómo fue que mi vida cambio? ¿Por qué a mí? ¿Qué tengo que ver con todo esto? ¿Quiénes son ellos? Si este no es su mundo ¿De dónde vienen? ¿Quién los creo? ¿Qué están haciendo aquí?

Mi cabeza esta exhausta de tanto pensar en preguntas tan absurdas como las que me estoy metiendo en la cabeza, preguntas que no tienen respuestas, o al menos, aún no se la respuesta para cada una de ellas.

Por fuera de la casa la lluvia esta adueñada de todo, desde que llegué del colegio no ha dejado de llover, estoy segura que mañana las calles estarán totalmente inundadas y llenas de lodo.

Termino de estudiar lo poco que puedo para el examen de la universidad, aunque dudo tener que seguir haciéndolo, la última vez Darío me dijo que no necesitaba una universidad cuando lo más probable es que antes de que cumpla 18 este entrenándome para algo extraño que llamó depuración de sangre, aun no entiendo ni una sola palabra de ese hombre.

Me acuesto un momento en la cama, pero no tengo sueño, solo observo el techo de la habitación y veo como la oscuridad del exterior se va por ratos por culpa de los relámpagos cegadores que alumbran todo.

Los truenos hacen que la teja de la casa cruja ante los retumbos, el agua golpea con fuerza el cristal de la ventana y me hace pensar en que se romperá en cualquier momento.

Después de un rato la tormenta comienza a arrullarme, parpadeo un par de veces e inexplicablemente todo cambia.

Ya no es el techo de la habitación lo que estoy viendo, ahora veo un cielo oscuro, y nublado, con ganas de llorar, después miro a mi alrededor y estoy en un desierto, el suelo esta agrietado y el polvo vuela con la fuerza del aire, de repente el suelo comienza a temblar tan fuerte que me hace caer.

Un bulto enorme surge de la tierra, se hace cada vez más y más grande a cada segundo que pasa, que me hace pensar que nunca va a acabar. Trato de levantarme cómo puedo, pero el brusco movimiento de lo que parece ser un terremoto me lo impide con cada intento.

Por fin me levanto y trato de correr para alejarme del lugar, pero parece que mis pies están atados a losas de concreto que hacen que con cada paso me cuesta trabajo avanzar rápidamente.

Al momento mis pies se me humedecen y miro el suelo solo para darme cuenta de que estoy pisando agua oscura, alzo la vista y mi escenario ha cambiado, ahora parece que estoy en el fondo de un enorme abismo rocoso.

Estoy soñando, no cabe duda.

La lluvia comienza a caer y el enorme pozo comienza a llenarse de agua, por el olor a sarro y el color carmesí del líquido, me doy cuenta que no es agua lo que cae, sino sangre.

El sonido del agua rompiendo contra las rocas me hace voltear y veo que una gigantesca ola amenaza con ahogarme, comienzo a correr entre el agua negra que ahora ha aumentado su altura, llego a los pies de unas rocas gigantes que parecen montañas y comienzo a sujetarme de las aberturas para poder subir y ponerme a salvo.

Estoy a punto de salir completamente del agua cuando siento que algo sujeta mi pie, volteo para ver que me detiene y una extraña mano con la apariencia de estar quemada sale del agua, me sujeto lo más fuerte que puedo a la roca y comienzo a patearla con el otro pie, después el rostro de algo parecido a un perro desollado y con partes del hueso a la vista sale del agua para tratar de morderme, le pateo el hocico y éste me suelta al instante.

Comienzo a escalar la montaña mientras la ola se acerca más y más a cada minuto, al llegar a la mitad de la supuesta montaña miro hacia abajo para asegurarme de que la extraña bestia ya no me sigue, y esta vez observo cientos de bestias nadando en el agua intentando subir, de nuevo vuelvo a mirar hacia arriba y ahora veo a otra persona subiendo a escasos metros más arriba de mí.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2018 ⏰

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Atrapasueños "El Comienzo de una Pesadilla"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora