O2: Mío

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Imprudente y contrario a todo lo que le caracterizaba saltó desde el balcón, la madera de sus sandalias aterrizó no muy lejos de él pero aún así siguió el camino descalzo.
La sensación del áspero suelo bajo sus pies no podía compararse al bloque de hierro que le oprimía el pecho y hacia su respiración más difícil, no hubo un cambio hasta que lo tuvo en brazos.

Por un momento cualquier cosa que no fueran los ojos del otro pasó a un segundo plano.

Simplemente se dieron tiempo de reconocerse y enfrentaron el sentimiento familiar de cuando se reencuentra con el ser amado después de una larga ausencia.

Yuuri fue el primero en salir del trance al notar como la ropa de Viktor se teñía de un alarmante color escarlata, pronto volvió a la realidad y miró a los lados por ayuda gritándo alarmado con la mirada.

-Tranquilo, no es tan grave como parece.-la voz áspera y pacífica tuvo efecto en él.-Es sólo un rasguño, aunque me hubiera gustado que lo hiciera de frente.

Yuuri acostumbrado a ni siquiera intentar usar su voz, solamente le miró con una mezcla de curiosidad y preocupación; no le gustaba la idea de que una herida de bala fuera "un rasguño".

-Dí algo por favor, me agobia el estar rodeado de tantos sonidos pero el no poder escuchar tu voz.

Con una sonrisa el ruso se incorporó soltando varios quejidos de dolor.

-No te muevas.

Viktor le sonrió.-Ahora suena más melodiosa que hace un momento, incluso estaría dispuesto a seguir un par de órdenes más si fueras tu quien las pronunciara.

Nadie en la tierra habría sabido como lidiar con esas palabras, así que hizo lo que mejor se le daba últimamente; dar órdenes y evadir la azulina mirada.

-Ustedes, necesito que lo lleven a una de las habitaciones.-les pidió a un par de hombres que aún se reponían de la golpiza.-Toshiro, llama al médico de la familia y dile que ha habido una emergencia que necesitamos...

Se interrumpió por el sonido de tres palmadas tras él, volteó la cabeza y se encontró con su familia de pie y anonadada por el hecho de que estuviera hablando y dando órdenes. Frente a ellos un hombre entrado en años y ligeramente más alto que su padre dio una palmada más y dejó sus manos entrelazadas con una sonrisa en su rostro.
No sabía si era porque vestía de negro de pies a cabeza, por la cantidad de aniĺlos en sus manos o por la estrella tatuada en su cuello pero algo dentro de él le gritaba que de ese hombre no vendría nada bueno.

-Maravilloso...¡espléndido! Hemos encontrado la solución a nuestras diferencias ¿no lo crees así mi buen Toshiya?

Su padre le dio una mirada de reproche mientras Viktor parecía palidecer un tono más a su blanquecina piel. El ambiente no era bueno a juzgar por la movilización estratégica de los guardias.

-Me gustaría no apresurarnos a hacer juicios y tomar decisiones.-la siempre calmada voz de su padre estaba contaminada con un deje de tensión.-Tu muchacho está herido, temo que sería más prudente bridarle los cuidados apropiados en lugar de especular y hablar a la ligera.

-¿Hablar a la ligera? Tu hijo, Katsuki Yuuri estaba parloteando órdenes hace un momento mientras Vitya parecía aturdido por el ruido.-el hombre extendió los brazos a los lados para ayudarse a explicar la situación.-¿Se necesita otra prueba más que esa?

Una discusión estuvo a punto de estallar de no ser por la oportuna intervención de la llegada del médico, Viktor fue trasladado a una de las mejores habitaciones para huéspedes y Yuuri permaneció junto a él como una silenciosa sombra protectora mirando desde lejos como extraían la bala y suturaban la herida; su padre entró a la habitación y pidió hablar con él.

-¿Te has dado cuenta de lo que hiciste? ¡Te expusiste ante un clan extranjero cuyas intenciones no están claras! ¡Bien podrían raptarte y llevarte con ellos! Maldita sea Yuuri ¿en qué pensabas?.-Jamás pensó ver el rostro de su padre teñido de rojo por la rabia mientras siseaba palabras de disgusto.-Tenemos que sacarte de aquí, ya he movilizado a nuestros hombres, tu madre y tu hermana te esperan en un auto a espaldas de la casa, tardaran en advertir tu ausencia puesto que el Opakín está herido, toma algo de dinero y...

El azabache escuchaba a su padre con incredulidad, ¿por qué la urgencia de que saliera de ese lugar? Estaba en su propia casa y había conocido a alguien de su edad por primera vez en mucho tiempo, además que en su interior no había espacio para la idea de separarse del chico con el cabello de plata.

-Padre, no quiero hacerlo.

Toshiya acostumbrado a que todo el mundo siguiera su voluntad se alteró un poco más de lo que ya estaba.-¡Muchacho idiota! ¿Quieres vernos morir a todos? ¡Ellos no son como nosotros!

-Padre por favor, no hable como si nuestra familia tuviera un decoroso negocio; estoy al tanto del negocio familiar y las estafas y tráfico de alcohol no es algo de lo que presumir.

Su padre dio un respiro.-Yuuri, no lo entiendes. Lo que hacemos nosotros no es ni la milésima parte de lo que ellos hacen, estoy hablando de tráfico de personas, venta de órganos y asesinato a sueldo.

Algo intimidado por el calibre de los delitos Yuuri prefirió guardar algunas de sus palabras al notar como llamaban la atención de un estirado guardia extranjero.

-Katsuki-san, el paciente requiere de su presencia se niega a que le administre algo de suero si usted no está presente.

Con un asentimiento Yuuri evitó al guardia y siguió al doctor.-Será mejor no apresurarnos padre.

El azabache realmente esperaba que su padre pudiera leer entre líneas y desechar ese absurdo plan de huída, mientras tanto él se encontraba en una pequeña habitación con el enigmático muchacho plateado y el doctor de la familia, en cuanto se vieron algo parecido a un alivio cálido lo invadió.

-¿Cómo te sientes?.-le preguntó el chico con un vendaje ligeramente manchado por sangre.-¿Estás mejor?

-¿No debería ser yo quien preguntara eso? Quiero decir, tú eres quien recibió una bala y no yo.

Viktor se rió ligeramente y terminó con una pequeña mueca de dolor por el esfuerzo.-Lo lamento pero estabas demasiado nervioso allá afuera pero a juzgar por tu renovado sentido del humor creo que ya estás bien.

Yuuri recibió una sonrisa y quedó embelesado por ella hasta que el médico se aclaró la garganta.

Claro, el suero.

-Me dijeron que estás siendo particularmente difícil de tratar...

La sonrisa de Viktor se tornó divertida mientras asentía.-No dejaré que nada que no pueda leer entre a mi cuerpo y digamos que las bolsas de ese líquido misterioso están en japonés.

-¿Y? ¿Qué hay con ello?.-El nipón no comprendía cual era el punto, el chico que había derribado a más de diez hombres en el patio estaba actuando como un niño de ocho años temeroso por una vacuna.-Justo ahora entiendes lo que digo.

-Exactamente, yo sólo sé hablar japonés.

Ahora ya podía entenderlo un poco más, aún así era la persona más rara que había conocido puesto que nadie en el planeta preguntaba los componentes de una bolsa de suero o exigía leer el reverso del empaque.

-Podría leerlos o buscar en internet alguna traducción a tu idioma, si lo prefieres.

-Cualquiera de las dos cosas suena bien.

Dicho esto con la paciencia de quien ha pasado su vida en meditación y visitas al templo Yuuri leyó los componentes y buscó pacientemente traducciones apropiadas bajo la atenta mirada de Viktor, hasta el momento solamente sabía que el chico era ruso. Una vez que la curiosidad fue satisfecha una Viktor consiguió una IV y el médico porfin pudo retirarse.

Yuuri quiso irse pero Viktor lo detuvo.

-¿No crees que tenemos algo de qué hablar?

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Bonsoir!
El horario de actualización de la historia variará de Miércoles, Viernes y Sábados así que estén pendientes:)

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