Bonsoir!
¡Ya son vacaciones y qué mejor para empezarlas que actualizar!
Acá los términos usados en el capítulo.
Nakõdo/Svaty: Casamenteros y diplomáticos de la familia.
Miai kekkon: Ceremonia de compromiso.
Foto ricolina del traje de Viktor en multimedia♡ (imaginen que es completamente negro)
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~—Al fin llegas.
Habían sido infinidad de veces en las que había escuchado decir esas palabras a su mejor amigo, lo había escuchado decirlas en el verano cuando impaciente lo esperaba para salir rumbo a la piscina, estuvo presente cuando entre lágrimas había escuchado pacientemente como le rompieron el corazón por primera vez e incluso llegó a escucharlas en un extraño tono matizado por el alcohol correspondiente a un adolescente que apenas descubre la bebida y sus placeres.
Había escuchado esas mismas tres palabras de los labios de Phichit en infinidad de ocasiones pero ninguna se asemejaba a la sensación de alivio e incomodidad que este le transmitía con sus acciones. Tomó asiento en la mesilla de té esperando que su amigo se le uniera sin embargo quedó esperando por varios segundos; el tailandés era una mezcla de protocolo y nervios.
—¿Qué está mal?
Sentado con su típica vestimenta tradicional recién salido de la ducha Yuuri parecía la viva imagen de la calma, algo que el moreno necesitaba fervientemente. Tenía el presentimiento de que los rusos tramaban algo para el final del miai kekkon pero no sabía si era correcto advertirle a su amigo por dos razones; la primera de ellas era porque de ser falsa su acusación tendría algunos enemigos en el extranjero pero si su temor era cierto Yuuri podría salir herido.
Como bien lo decía el código de ética para los nakodos se limitó a guardar silencio hasta tener fundamentos claros y no comprometer a ninguna de las partes. Se sentía algo culpable puesto que conocía a Yuuri desde que casi eran unos niños pero un paso en falso y las delicadas relaciones de diplomacia que había tejido con tanto esfuerzo se irían por la borda. Incómodo, se puso una mano en la nuca e intentó sonreír.
—No mucho, solamente que la cena se servirá a las seis y son las cinco treinta y aún no te has arreglado. —ladeó la cabeza mientras miraba los detalles del rostro de Yuuri, era un chico bien parecido después de todo. —Eres un desastre pero creo que podré hacer algo por ti.
El azabache sonrió mientras agradecía en silencio que su amigo volviera a tener ese humor espontáneo que le caracterizaba y ya no fuese tan rígido como lo había sido antes, dejó que Phichit lo acomodara en el sofá mientras algunas doncellas traían un espejo de cuerpo completo y algunos instrumentos de belleza que consideró innecesarios. Su amigo le pasaba distraídamente los dedos por el cabello mientras el se relajaba en el asiento, entre los instrumentos había visto distintos tipos de tijeras, hojillas de afeitar y varios peines distintos así como varios frascos de lo que suponía que eran productos para el cabello.
—¿Y bien? ¿Cuál es el diagnóstico?. —volvieron a estar a solas y disfrutó el tomarle el pelo a su amigo, dejó salir una risita por su auto-mal chiste y se dio cuenta que esta vez Phichit lo miraba a través del espejo. —¿No hay esperanza?
—Todo lo contrario, tu cabello es casi tan sano como el de un caballo sin embargo está ligeramente más largo del estilo que te queda. —movía su cabeza en distintas posiciones hasta que tomó unas tijeras para cortar cabello, de las más comunes gracias al cielo. —Recortaré un poco el de tu nuca y le daremos forma ¿te parece?
ESTÁS LEYENDO
Canción de amor
Historia Corta"Solamente hay un destino para cada persona" El ruso apoyó el mentón en el dorso de su mano mientras apreciaba la vista que su acompañante le ofrecía, mejillas lozanas y ojos brillantes; tuvo miedo de romper las ilusiones detrás de esa mirada. "Ento...