Parte 13

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Iwaizumi no se apuró demasiado en regresar a la colonia, pues ahora que sabía que el dragón desaparecido estaba bien, teniendo en cuenta las circunstancias, necesitaba pensar en cómo contar toda la historia a su madre, y luego a los jefes.

Su madre estaba vigilando desde un alto saliente y lo vio acercarse. Cuando estuvieron juntos le contó sucintamente lo ocurrido y ella meditó el siguiente movimiento.

- Hajime, ve y tráelo, solo a él - dijo ella con voz cálida pero seria - La asamblea se reunirá y el comparecerá ante nosotros. Debemos conocer los detalles antes de tomar la decisión.

- Muy bien - obedeció.

Era lo que Iwaizumi esperaba que iba a pasar, pero no pudo sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo. Él sabía que para su madre, Tobio era como un segundo hijo, pues ella misma lo había visto nacer y lo había criado. Ella haría lo posible para protegerlo, pero siempre dentro de unos límites razonables y racionales. Ella era uno de los cinco jefes de la colonia. Sin embargo, los otros cuatro no serán tan generosos con el chico.

Esta vez volvió lo más rápido que pudo a reunirse que los recién llegados y Oikawa. Al llegar explicó la situación, esperando que no hubiese ninguna discusión al respecto, y no la hubo.

- No te preocupes Tobio, aquí estaré bien. Puedo defenderme solo! - Shouyou aseguró y levantó el pulgar a su compañero.

Tobio no estaba convencido, pero no tuvo elección y se fue con Oikawa e Iwaizumi, quienes lo alzaron para llevárselo volando.

Fueron directamente en dirección a la montaña más alta. Esa montaña era hueca por dentro y abierta en la parte superior, con diversas pequeñas aberturas por los laterales. Allí dentro se reunía la asamblea de jefes de las tribus.

A medida que se acercaban al lugar, Tobio estaba cada vez más nervioso. Y si no podía regresar con Shouyou? No le importaba lo que le pasase a él, pero no iba a permitir que el pelirrojo se quedase allí abajo esperando para siempre.

Los dragones posaron a Tobio frente a una de las entradas de la montaña y éste se adentró en ella sin pensárselo demasiado, dejando a los otros dos fuera. "Que pase lo que tenga que pasar", pensó.

Dentro ya estaban los cinco jefes: Iwaizumi, Oikawa, Shimizu, Ushijima, y el padre de Tobio, Kageyama. Físicamente, los jefes no eran más grandes que Tobio, pero ellos tenían un aura de grandeza que los hacía parecer enormes y fuertes. Daba la impresión de que ellos podrían aplastar a cualquiera con solo su presencia.

Tobio nunca había estado tan asustado. Caminó y se colocó en el centro del lugar, justo donde se filtraba el sol por la cima abierta. Los cinco jefes estaban enfrente de él.

- Tobio Kageyama, nos complace saber que has regresado, aunque sea en esta condición. Entiendo que ya sabes el motivo por el cual te hemos convocado, verdad? - la voz ronca del jefe Ushijima hizo resonancia allí dentro.

Tobio asintió, pero no pronunció palabra.

- Bien. En primer lugar, nos vas a contar lo sucedido. Por favor, no omitas cualquier cosa que consideres importante, Tobio, pues será tenido en cuenta para nuestra decisión - continuó la madre de Iwaizumi - Jefes, oigamos sin interrupción.

Tobio respiró profundamente y comenzó el relato de su historia, desde la salida de la colonia despidiéndose de Oikawa, hasta su encuentro con Shouyou Hinata, y pasando por todos los horribles encuentros con humanos. Los jefes le dieron total libertad para expresarse sin hacer ningún tipo de interrupción hasta que finalizara el relato y cuando por fin acabó, el lugar quedó en silencio. Cada jefe estaba meditando en su interior. El jefe Kageyama estuvo muy callado e inmóvil durante todo el tiempo, pero no apartaba la mirada de su hijo, lo que produjo un sentimiento de profundo miedo en Tobio.

Camino a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora