Pvo Nami
-¿Qué te ocurre?-susurra una voz grave en mi oído.
-No, nada.-respondo cansada.
No sé el motivo, pero llevaba varios meses que me sentía cansada sin motivo alguno.
-Vamos. A mí no me puedes engañar. ¿Qué te ocurre?
Suspiro y me doy la vuelta pudiendo ver a Zoro, mi marido. Sus manos estaban alrededor de mi cintura pegándome un poco más a su cuerpo.
-Últimamente me siento más cansada de lo normal, eso es todo.-entierro la cabeza en su pecho.
-¿Tienes idea de lo que puede ser?
-No. Había pensado en visitar a Chopper hoy. Mi clase no está durante toda la semana así que no hace falta que vaya a trabajar.
-Me gustaría ir contigo, pero ya sabes como es Smoker. No me dejará salir.-dice con un poco de odio en sus palabras.
-Pronto va a ser nuestro cuñado, tienes que intentar llevarte bien con él.
-¿Qué le habrá visto Tashigui?
-Solo ella lo sabe, lo mismo me pregunta ella a mi sobre ti. Tenemos que levantarnos.
-No parece que quieras.
-Es que no quiero.
Y era verdad. El calor que emanaba del cuerpo de Zoro junto con los fuertes latidos de su corazón me relajaban y, en muchos casos, era lo único que necesitaba para caer profundamente dormida en cuestión de segundos.
Y esto era lo que necesitaba ahora. Dormir. Una tarea que se me había complicado en unos pocos meses.
Al principio solo era cuestión de minutos volver a quedarme dormida, pero a medida que pasaban los días, me costaba cada vez más.
Hace unos días, busqué en el portátil los síntomas que tenía para buscar una solución inmediata. Ya apenas podía echarme una cabezada por las noches. Al trabajo iba agotada a la par que cansada.
Enfermedades que producen insomnio, mareos, náuseas, hinchazón y vómitos. Esas fueron literalmente las palabras que teclee en el ordenador en el único rato libre que tenía en el trabajo.
Tras pulsar la tecla Enter, varias páginas de medicina aparecieron al segundo, mostrando que podía ser causado por virus, llegando acomplicarse a gastroenteritis, con suerte. Pero otra posibilidad podría ser un...un...
Un bebé.
Por eso había llamado a Chopper para concertar una cita cuanto antes. Quería salir de esta duda y averiguar que me ocurría. En ningún momento he tomado ningún medicamento por si acaso se da la opción de que sea la segunda sospecha que tengo.
-Nami. Despierta. Te vas a volver a quedar dormida.
-No me vendría nada mal. Si tú supieras las noches que paso.
Después de quedarnos un rato más en la cama nos levantamos y Zoro me llevó al hospital para después marcharse a trabajar.
-Hola Nami.-me saluda Chopper.-¿Qué te ocurre?
-Hola Chopper. Venía para que me hicieses unos exámenes.
-¿Algo en concreto?
-De sangre. Estos días estoy más cansada de lo normal y me levanto con nauseas y vómitos.
-Está bien.-dice apuntando todo lo que le he contado.-Creo que sé lo que te pasa pero te sacaré un poco de sangre y te haré unas pruebas.
Después de estar media hora esperando impaciente en la consulta Chopper llegó con los resultado en sus manos contento.
-Ya sé que es lo que te pasa Nami.
-¿Es algo malo?
-No. Bueno, depende de cómo lo mires. Aunque no creo que ni a Zoro ni a tí os desagrade.
-Entonces...
-Felicidades Nami. Se estima que será para el 30 de diciembre.
-¿Qué?
-Estás embarazada. ¿No te alegras?
-Claro que me alegro, pero un niño así de repente si haberlo pensado. ¿De cuánto estoy?
-Acabas de hacer los tres meses como se esperaba.
-Ni una palabra a nadie. ¡Sino ya sabes lo que pasará!
-Lo prometo, lo prometo.-habrá crecido pero sigue teniendo la conducta de un niño pequeño.-Pero no te enfades que es malo.
-Sí Chopper. Hoy os diré de quedar dentro de dos días. Ese es el único día en el que ninguno de nosotros trabajamos.
Salí del hospital y tomé un taxi. No iba a molestar a Zoro. Mi sospecha se confirmó. Estoy embarazada. Sé que Zoro se alegrará pero, ¿cómo y cuándo se lo cuento?
-Señora, ya hemos llegado.-dice el taxista devolviéndome a la realidad.
-Ah sí, gracias.-pago y salgo.
Zoro todavía no había llegado del trabajo. No me extraña, todavía falta una hora para que sean las 19:00. Me cambié a la ropa de andar por casa que consistía en un short deportivo de color negro con una camiseta blanca de tirantes.
Me coloqué delante del espejo. Levanté la camiseta y me pasé una mano por el estómago ya algo abultado.
Me recogí el pelo en una coleta alta y me tumbé en el sofá y mandé el mensaje para quedar.
Zoro-kun🍶: ¿Qué te ha dicho Chopper?
Nami: Nada. Solo es algo que me ha sentado mal.
Mentí. No se lo diría por whatshapp. Se lo diré con todos presentes de una manera especial para que lo recordemos. Es nuestro primer hijo o hija. Me recosté en el sofá y cerré los ojos cansada.
-Pequeño, deja que mamá duerma un poco.-dije acariciando mi vientre.
Y al parecer mi deseo se cumplió ya que rato después me encontraba durmiendo en mi cama de costado con Zoro detrás mío. Mi espalda estaba pegada a su pecho y Zoro tenía un brazo rodeándome y dejando su mano apoyada en mi estómago. Inconscientemente sonreí.
-Tu padre no sabe que existes, pero cuando él se entere de que te esperamos se pondrá muy contento. Estará muy feliz de tenerte en su vida.
Me giré y apoyé la cabeza en el hombro de Zoro y lo miré. Yo era la única privilegiada que le podía ver esa cara tan tranquila. Besé su frente, después su nariz y por último sus labios. Me sorprendió que en este último lugar me correspondiese. Me tumbó debajo suyo y después de un rato nos separamos por falta de oxígeno.
-Siento haberme quedado dormida. No sabes tú bien el sueño que tenía y por fin he podido dormir unas horas.
-No pasa nada. ¿Pero cómo me vas a compensar?
-Ven aquí.-lo besé con pasión y él no tardó en corresponderme quitándome la camiseta.
-Te amo Nami.-pasa las manos por mi estómago.
-Yo también Zoro, no sabes cuanto.
ESTÁS LEYENDO
Our life together
FanfictionDespués de una bonita boda, a la que asistieron todos los seres queridos de la pareja, Zoro y Nami viven felizmente casados en Tokyo. Zoro pasó a ser miembro de la policía después de la boda. Nami es profesora de geografía y cartografía en la unive...