Our life together

11. Feliz día de San Valentín

https://youtu.be/cvSnS7OeXY0

Aquí os dejo el enlace de una música que a mí me gusta mucho como queda de fondo para el capítulo. Espero que disfrutéis de este capítulo de la misma manera que yo disfruté escribiéndolo.

Pvo Zoro

San Valetín. Como odio esta fecha. No soy nada romántico. Nada. Cuando digo nada es nada. Y encima Ace se ha llevado a Yuki para que Nami y yo estemos a solas toda la noche e ir a buscarlo por la mañana. ¡Me ha quitado a mi hijo que sólo tiene un mes y poco más! ¡¿Quién hace eso?!

-Nosotros nos quedamos con Yuki. Ve a buscar a Nami y pasad una bonita noche.

Cuando lo vea lo mato.

-Hola Zoro.-me besa en cuanto me ve.-¿Qué haces aquí? Tendrías que estar cuidando de Yuki.

-Ace me lo ha arrebatado. Estamos solos tú y yo lo que queda de día.-alzo una mano con unas entradas para el cine.-¿Te apetece ir a ver Lalaland?-le pregunto y ella me abraza emocionada.

-¿Cómo sabías que la quería ver?

-Bruja, te conozco. Sé que tenías muchas ganas que viéramos esta película juntos. Y si no nos damos prisa llegaremos tarde.

-Venga vámonos. Tengo el coche aparcado a dos manzanas.

Montamos en el auto y fuimos a los cines Shin Sekai. Compramos las palomitas y las bebidas, entregamos las entradas, nos indicaron la sala y los asientos y cinco minutos después empezó la película.

Nami estuvo la mayor parte de la película acurrucada en mi hombro, yo con el brazo rodeando su cintura y ambos con él abrigo en la piernas para no pasar frío. Joder como se pasan con el aire acondicionado.

Casi dos horas después la película ya estaba acabando. Yo me reí un par de veces al ver a Nami llorar. Se emociona demasiado. Como era natural, recibí un par de pequeños golpes en mi pecho con las mejillas inflamadas.

Una de las últimas escenas me recordó a cuando estábamos Nami, Yuki y yo solos en casa. Cuando lo tenía en brazos.

-¿Estás a gusto con papá?-pregunta Nami al ver que Yuki me miraba atentamente con esos pequeños ojos, herencia por mi parte.-¿Zoro? ¿Pasa algo?

Pero yo no respondí. Estaba absorto con Yuki. Era tan pequeño, tan frágil, tan indefenso... Su mano y su brazo eran tan pequeños que cabían en mi mano.

-Zoro empiezas a darme miedo. Di algo.

-Perdón, ¿qué?

-Te has quedado callado viendo a Yuki.

-¿Ah sí?-pregunto.-Bueno, ¿y cómo no? Solo hay que mirarlo. Solo una semana y ya lo amamos con todo nuestro corazón. No, incluso el primer día ya lo queríamos con todo nuestro corazón.