Capitulo 13

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Justin’s POV
Fui hacia las escaleras de la entrada de la escuela, donde Eli estaría sentado. Cuando abrí la puerta de la entrada, lo vi apoyado en la pared, fumándose un cigarrillo. Cuando vio mi cara, tiró el cigarrillo al suelo enfadado.

-¿Dónde coño está mi hermana? –dijo casi gritando. Este tío necesita una clase de educación. Y posiblemente un calmante también.

-Cálmate, Benson. Está en el baño –dije enfadado, me había cabreado.

-No quiero que estés cerca de ella, ¿me escuchas, Bieber? Si lo haces, voy a matarte. ¿Lo pillas? –escupió. Sonreí y decidí jugar un poquito con él.

-No creo que me mates, Benson. Debes tratarme bien, ya que soy el novio de tu hermana –dije, viendo como su cara caía al suelo, literalmente.

-¿Q-Qué? ¿N-Novio? ¿Tú y Rose? No te creo –dijo, su voz era solo un susurro.

-Bueno, créeme. Justo después de irnos a hablar, le pregunté si quería ser mi novia –dije, intentando no reír.

Vi como levantó su puño, queriendo estamparlo en mi cara. Lo agarré antes de que pudiera golpearme y lo giré con fuerza. Él gimió de dolor y se llevó la mano al pecho, como si eso pudiera hacer desaparecer el dolor. Levanté la rodilla y se la clavé en el estómago. Cayó inmediatamente al suelo, quedando en posición fetal. Abrí mi bolsa, sacando de ella el cloroformo. Lo envolví en su cara y lo aguanté fuertemente. Después de unos segundos, finalmente cayó. Miré a los lados, asegurándome de que nadie hubiera visto eso. Necesito ser mucho más cuidadoso, en serio.
Cogí sus piernas y lo arrastré hasta dentro de la escuela. Una vez dentro, lo cogí y lo arrojé sobre mis hombros. Caminé por todo el pasillo hasta encontrar la puerta trasera, salí hacia el bosque. Caminé entre los árboles y arbustos, tratando de soportar el peso de Eli. Gordo.
Cuando vi el estudio de ballet, aumenté la velocidad. Necesitaba llevar a Roselyn también.
Le di una patada a la puerta para abrir el estudio, para después cerrarla rápidamente detrás de mí. Dejé a Eli en una silla robusta, atándolo. De repente me di cuenta de que algo iba mal. Solo había una silla.
¿Cómo coño puedo ser tan estúpido? ¿Dónde voy a atar a Roselyn ahora? Se me olvidó completamente… ¿qué se supone que puedo hacer ahora?
Suspiré y salí corriendo hacia las puertas del estudio. Es peligroso dejar a Roselyn sola en la escuela mucho tiempo. Corrí lo más rápido que pude por el bosque, tropezando unas cuantas veces por el camino. Abrí la puerta trasera de la escuela y me dirigí al baño de las chicas. Suspiré de alivio al ver que Roselyn seguía inconsciente en el suelo. ¿Dónde pensabas que podía estar, Justin?
La cogí en brazos y la llevé hasta la puerta trasera. Una vez allí, caminé lentamente por el bosque, con cuidado de no golpear con algo a la belleza que dormía entre mis brazos. ¿Dormía? Quería decir que estaba inconsciente.
Abrí la puerta del estudio, cerrándola detrás de mí con el pie. Dejé a Roseyn en el suelo y miré a Eli, sonreí al ver que seguía desmayado en la silla.
Roselyn. ¿Qué se supone que voy a hacer con ella? Joder… No tengo ni idea de cómo matarla. A lo mejor me divertiré con ella un poco…
Cogí las piedras de mi bolsa y las puse debajo de la nariz de Eli. Dio un salto abriendo los ojos, mirando confuso a su alrededor.

-Hola, Eli. ¿Has dormido bien? –dije.

-¿Q-Qué coño pasa? ¿B-Bieber? Y-Yo… ¿dónde está R-Rose? –dijo de repente. ¿Este tío está atado en una silla en un misterioso edificio y lo único que se le ocurre preguntar es dónde está su hermana? Oh, amor de hermanos. Qué bonito.

-Aquí está –señalé el pequeño cuerpo de Roselyn. Lo escuché gruñir, y después empezó a sacudirse en la silla queriendo liberarse.

-¿Por qué le has hecho eso? –gritó con fuerza. Suspiré y negué con la cabeza con desaprobación. Cogí la cinta americana y corté un trozo. La pegué en la boca de Eli, quien frunció el ceño enfadado. No tiene miedo. Tenemos que cambiarlo.

-¿Ves eso, Eli? –dije señalando la mesa con herramientas.– Voy a jugar con ellas. ¿Quieres jugar tú también, Eli? –pregunté. Sonreí cuando empezó a derramar lágrimas. Mucho mejor.

Hoy no iba a utilizar adrenalina. Desafortunadamente, se me acabó con la última víctima. Papá dijo que me conseguiría más. Siempre puedo contar con papá.
Agarré la pistola de la mesa y la acerqué a la cabeza de Eli. Inmediatamente se encogió, cerrando los ojos con fuerza. Me acerqué más a él y desplacé la pistola desde su cabeza a su brazo.
Lo malo de las pistolas es que hacen mucho ruido. Así que, para resolver el problema, papá me dejó utilizar su pistola silenciada. No es tan divertida como la que hace un gran <<BOOM>>, pero al menos tengo una.

-Relájate, Benson. Todo acabará pronto –dije.

Eli estaba casi ahogado en un mar de lágrimas. De vez en cuando, desviaba su mirada hasta su hermana en el suelo.

-No te preocupes, Eli. Voy a cuidar bien de ella –dije, riendo al final de la frase.

Él gritó algo, pero le salió ahogado por culpa de la cinta que tenía en la boca. ¿Quién se cree que es, gritándome de esa manera?
Disparé en su brazo. La sangre comenzó a brotar inmediatamente, creando un pequeño charco en nuestros pies.
Eli no paraba de gritar.
Sonreí y me fui hacia la mesa, agarrando un puñado de sal.
La puse delante de su cara, dejando que viera lo que le iba a hacer. Pero dudaba de que pudiera verlo. Su visión estaba borrosa por las lágrimas.
Juro por Dios que estos chicos son unos cobardes. Si yo estuviera en su lugar, actuaría como un hombre. Si supiera que iba a morir de todos modos, moriría con orgullo. No lloraría como un puto idiota.
Solté la sal donde había disparado anteriormente. Eli dejo caer la cabeza hacia atrás, gritando más fuerte aún.
Me empecé a aburrir de Eli, así que cogí la pistola y le apunté a la cabeza. Me incliné hacia delante y tiré de la cinta de su boca. No dijo absolutamente nada. Solo podía oír gemidos.

-¿Quieres decirle algo a tu hermana? Espera… no hace falta que le digas nada. Se unirá a ti dentro de poco –reí.

-Te odio muchís... –comenzó Eli, pero lo interrumpí disparándole. Reí. Un cuerpo sin cabeza. No tiene precio.

Mi risa se detuvo cuando un horrible olor comenzó a llenar la habitación. Arrugué la nariz y decidí deshacerme de su cuerpo.
Cogí el tubo en el que ponía <<Eli>>, y lo llené de sangre. Lo cerré y lo volví a poner en la mesa. Después me di cuenta de que no tenía ningún tubo para Roselyn. Joder. Puede que no le cuente nada a papá sobre Roselyn. Será un pequeño secreto entre mamá y yo.
Hablando de Roselyn, comencé a oír unos sonidos provenientes de ella. Mierda. Necesito limpiar esto como sea. Comenzaba a despertarse. Supongo que el cloroformo no fue suficiente.
Cogí el cuerpo sin cabeza de Eli, conteniendo la respiración. Lo arrastré hasta los tablones del suelo y abrí uno rápidamente. Lo tiré ahí con cuidado y cerré los tablones.
Corrí hacia la mesa y cogí unos cuantos trapos. Los dejé en el suelo, tratando de limpiar la sangre. No sé por qué me preocupaba tanto que Roselyn viera esa horrible escena.
Justo cuando tiré los trapos ensangrentados en mi mochila, Roselyn dejó salir un gran gruñido. Me acerqué lentamente hacia ella, no quería asustarla.
Ella escuchó mis pasos e inmediatamente me miró. Sus preciosos ojos estaban llenos de lágrimas, y por un segundo, mi corazón se rompió. ¿Qué estoy haciendo?
Lloró y deslizó sus brazos por mi cintura, enterrando su rostro en mi cuello. La apreté con fuerza, balanceándola adelante y atrás entre mis brazos. Ella sollozó en mi camiseta, sorbiendo una par de veces.

-J-Justin, ¿dónde e-estoy? ¿D-Dónde está Eli? –dijo entre lágrimas. Me tensé. ¿Debería matarla ahora? No quería matarla, y no tenía ni idea por qué.

-Shhh, Roselyn. Todo estará bien. Sólo relájate –susurré en su oído, mientras acariciaba su cabello. Ella se relajó y cerró los ojos.

Por primera vez, no sabía que debía hacer.

•Pumped Up Kicks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora