Capítulo 31

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Cuando salí del estudio me asegure a cerrar bien la puerta. Comencé a caminar a la salida pero me acorde de algo. La moto de Kendrick seguía aquí. ¿Qué haría con ella?. Lo mejor sería prenderla fuego, pero no aquí, saldría de la ciudad para poder prenderla fuego y que nadie se diese cuenta. Camine al estudio, nueva mente. Busque las llaves en la mochila, en el saco y en el pantalón llenos de sangre de David pero no las encontré, lo más probable es que se le hayan caído cuando lo sorprendí, eso espero. Salí de nuevo cerrando bien todo, camine al estacionamiento, había una sola moto, era la kawasaki ninja 250 roja de David, linda moto como para ser quemada, pero no quiero que nadie me pille así que ni modo.
Busque y encontré la llave, luego de buscarla por todos lados me di cuenta que la llave estaba puesta en la moto, me quería dar una bofetada por no haber sido mas inteligente y fijarme ahí primero.


La cuidad era linda después de todo. Tuve que aprender en ese segundo a manejar la moto, dos veces casi me doy un porrazo por acelerar de más. El acelerador de esta moto es como un bisturí, aunque lo pases lento igual te corta.
Ya estaba en las afueras de Dallas, estacione en un descampado y me adentre a el junto con la moto. Cuando me encontré ya en el centro del descampado abrí la tapa del tanque y saque unos fósforos que siempre tenía en mi mochila, lo encendí y lo tire invocando a la boca del tanque y comencé a hacerme para atrás porque podría explotar en cualquier momento. Mire por última vez a la hermosa moto y comencé a salir del descampado. Cuando llevaba la mitad de camino sentí una explosión, la ignore y seguí caminando sin mirar atrás.

*Tres horas después*

Tres horas caminando, tres putas horas. Siento que me caigo en cualquier momento, mis piernas tiemblan. No doy más.

Al llegar a casa eran las diez pm. Lo primero que hice fue esconder mis herramientas en un hueco detrás de mí placar y me fui a duchar. 
Estaba acostado tratando de conciliar sueño cuando el timbre comenzó a sonar sin parar. Me levante de mala gana y vi el reloj, las doce, ¿Quién seria a estas horas?. Baje las escaleras de mala gana grite un” Ya va” mientras bajaba.
Abrí la puerta, juro que me esperaba a todo menos a esto. 

¿Qué hacia la policía en mi casa a las doce de la noche? ¿Será que me pillaron? ¿saben que los mate?, lo mejor será actuar como si nada paso y como que no conocía a ninguno de los desaparecidos. Actúa normal pero no tanto, susurro mi conciencia.

-¿Puedo ayudarlos en algo?- dije sobando mis ojos.

-¿Joven Bieber?- pregunto un hombre de mi altura, aparentaba tener unos cincuenta y tantos, era calvo y panzón- soy es oficial Marcel Odari.

-si soy yo, ¿Qué necesita? -dije de mala gana.

-Disculpamos levantarlo a estas horas, para nosotros no es lindo tampoco, pero debemos inspeccionar su casa y interrogarlo ya que usted conocía a los seis alumnos de la secundaria Collins que están actualmente desaparecidos hace como cuatro o cinco meses.

-Oh, si supe sobre sus desapariciones. –dije tratando de sonar normal.

-Si, ¿podríamos pasar a inspeccionar y de paso le hago el interrogatorio?- pregunto el hombre.

-Disculpe señor, pero sin una orden del juez usted no puede entrar.

-Oh cierto, aquí esta -dijo mostrándome el papel que decía, orden de allanamiento. Abrí las puertas y unos cinco policías pasaron y yo me quede con el oficial Odari y una mujer policía que aparentaba ser agente, según lo que decía su placa-Bien comenzare con unas preguntas, ¿Conocía usted a Luke Carter, Mathew Roberts, Eli Benson, Roselyn Benso ella es hermana del señor Eli Benson, Jackson Burns y por ultimo Ben Willows?.

-No, bueno si, pero mucho no hablaba con ellos.-dije sinceramente.

-Bien. Hay personas que dicen que usted no tenía una buena relación con los desaparecidos. ¿es eso ciert?-pregunto.

-Es cierto-conteste- pero es porque mucho no tenía charla con ellos, ellos no eran de mi estilo ni yo del de ellos.

-Oh bueno. Señor Bieber, ¿usted vive con alguien aquí?.

-No, solo yo.

-¿Y sus padres?.

-Mi madre falleció de cáncer-mentí-cuando tenía cinco años y mi padre se fue a vivir a otro país.

-¿Y lo dejo aquí?¿solo?.

-Si.

-Bien. Usted no conocía mucho a los desaparecidos por lo tanto no nos puede ayudar en mucho. 

-Claro.-conteste y justo bajaron los demás policías.

-¿Y?-pregunto el oficia.

-Nada-contesto otro policía.

-Bien, mil disculpas Bieber.-dijo el oficial caminando a la salida seguido por los demás policías y por ultimo yo. Salieron todos y se fueron menos el oficial quien me dijo- Por favor, si tiene alguna información sobre los desaparecidos hágala llegar a la prefectura ¿si?.

-Claro, de lo por hecho. –conteste.

-Adiós, que tenga buenas noches.

-Igualmente-cerré la puerta. Uff de la que me había salvado. Gracias a dios escondí todo si no, no se que haría si me pillaban, obviamente iba preso.
Mejor dejare pensar en eso, no me pillaron.
Pero por ahora no…

•Pumped Up Kicks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora