Capítulo 15

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______’s POV

Oh. Dios. Mío. Voy a dormir en casa de Justin Bieber. El puto psicópata de mi escuela. ¿Estoy loca? Sí. Pero él tiene algo que me vuelve loca. Me gusta. Me gusta mucho.

Sinceramente, no tengo ni idea de que va a pasar. Solo sé que será muy interesante. Desde que me fijé en él en primaria, supe que era diferente. No era como los demás chicos. En vez de gustarle colorear, le gustaba salir fuera a quemar hormigas vivas. Cuando iba a la cafetería para comer, él siempre estaba sentado leyendo libros raros. Demasiado raro para esa edad.

¿Cómo sé todo esto? Bueno, se puede decir que lo seguía a todas partes. Pero él nunca me prestó atención. Traté con todas mis fuerzas de capturar su atención. Incluso intenté ser su enemiga.

Contra más hablo con él, más curiosidad tengo. Quiero conocerlo. Quiero que se abra y me hable. Quiero gustarle. Tuve un pequeño flechazo con él hace un tiempo. Me excita. Me excita que sea un chico malo/misterioso.

Caminaba delante de él, sabiendo que me estaba siguiendo. Todavía sentía un hormigueo en mi interior por el beso. Me encanta absolutamente besarlo. Más de lo que piensas. Sus labios tienen una forma perfecta. Como un corazón. Son tan carnosos.

Espero que él no piense que soy una zorra. Porque no lo soy. Solo soy un poco coqueta. Me encanta la manera en la que se pone tímido cuando coqueteo con él. Es como si no supiera cómo reaccionar. Se vuelve tan raro, como esa vez en el pasillo de la escuela. Se puso como loco cuando vio que tenía una erección. ¡Fue tan adorable!

Miré hacia atrás, viendo como Justin caminaba detrás de mí con la cabeza gacha. Me paré de golpe, haciéndolo casi tropezar con mi espalda. Me miró con ojos inquisitivos. Joder, es tan mono (lindo).

-¿Qué tal si me guías tú, Jay? –dije. Él asintió y se puso a andar delante de mí. Lo seguí como un cachorro perdido. Ni siquiera me presta un poco de atención…

Caminó hacia la entrada de la casa, cruzando el césped para entrar. Me dijo que me quedará ahí y abrió la puerta. La casa estaba completamente oscura. Un poco tenebrosa.

Justin entró dentro, dejándome sola ahí fuera. Supongo que fue a ver si su “papá” estaba en casa. Hablando de su padre, encuentro muy extraño que lo llame “papá”. También parece bastante protector con él.

Mis pensamientos volaron hasta cuando le dije que su padre era un psicópata y él se puso como un loco. Sinceramente, me asustó. Ahora que lo pienso, no tengo ni idea de por qué estoy tan interesada en Justin. Me pega, me grita y a veces echa ****s sobre mí. A lo mejor la psicópata soy yo.

Salí de mis pensamientos cuando vi que Justin subía las escaleras. Eh, ¿vale? ¿Se supone que tengo que seguirlo o qué? Definitivamente, no me voy a quedar aquí fuera…

Corrí a través del césped, con un poco de pánico. Odio la oscuridad. Me di cuenta de que Justin había encendido un par de luces de la casa. Gracias a Dios.

Entré en casa, cerrando la puerta detrás de mí. Subí las escaleras, haciéndolas crujir bajo mi peso. Caminé por el pasillo, recordando donde estaba la habitación de Justin. Fui hacia ella, frunciendo el ceño cuando vi que la puerta estaba cerrada. Toqué suavemente, esperando a que la abriera. Qué maleducado.

La puerta se abrió dejando ver a un Justin enfadado. ¿Cuál es su problema? Siempre está enfadado. Mis ojos volaron hacia su estómago, estaba sin camiseta. En una palabra: Ñam.

-¿Estás bien, Jay? –le pregunté suavemente, no quería que se enfadara más aún. Él resopló con rabia, dejándose caer sobre la cama. Me di cuenta de que al lado de su armario había una bolsa. Tenía manchas rojas. Raro.

-Mi papá no está en casa. Estará con sus amigos. Se supone que tenía que darle mi sorpresa –dijo, murmurando unas cuantas malas palabras por lo bajo. Parecía un niño pequeño. ¿Acaso no le podía dar su sorpresa más tarde?

-¿Por qué no se la das mañana? –pregunté. Se giró hacia mí, sus ojos estaban negros. Un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal.

-Porque la sorpresa no estará tan fresca –dijo oscuramente. ¿Fresca? A lo mejor le quería dar una magdalena (muffin) o algo. Decidí dejarlo pasar, sabía que si seguía preguntando se enfadaría conmigo.

-Bueno, Jay. ¿Qué quieres decir? –dije, sentándome en su cama. Me senté encima de él. Reí al ver su expresión facial.

-Sal de encima de mí, Hawthorne –dijo enfadado. Joder. Siempre me está llamando por mi apellido. Quiero escucharlo decir <<______>> por una vez.

-Oblígame, Bieber –dije, todavía encima de él. Vi como sus labios se curvaban en una pequeña sonrisa.

-Acepto –dijo, haciéndome rodar con facilidad. Ahora él estaba sobre mí, sonriendo como un malvado. Sonreí dulcemente, viendo como su sonrisa de malvado se transformaba en una sonrisa de verdad.

No me había fijado en lo bonita que era su sonrisa. Siempre lo veía sonreír falsamente, fruncir el ceño o con una expresión en blanco. Nunca lo había visto con una sonrisa genuina.

-Tu sonrisa es adorable, Jay –señalé, inclinándome hacia delante para besarle la mejilla. Sus mejillas se volvieron rojizas y tiró su cabeza lejos de la mía–. ¿Soy yo o alguien se está sonrojando? –bromeé. Me miró de nuevo con un brillo travieso en sus ojos.

-Nop –dijo, agarrando mi cintura y sentándome encima de él. Reí y puse mis brazos alrededor de su cuello, colocando mis piernas alrededor de su cintura también.

Sonreí por la posición en la que estábamos y decidí tentarlo un poco. Empujé mis caderas contra las suyas, observando cómo rodaba los ojos y tiraba la cabeza hacia atrás. Dios, me encanta ver su punto débil.

Empujé mis caderas de nuevo, y las agarró con fuerza. Se inclinó hacia abajo y conectó nuestros labios desesperadamente. Inmediatamente lo besé de vuelta, mis dedos acariciaban su cabello haciéndolo gemir.

De un momento a otro, no tenía ni mi camiseta ni mis pantalones puestos. Sus labios se dirigieron hacia mi cuello, plantando besos suaves por todos lados. Me agarré con fuerza a él, sin querer que esto terminara.

Los dos dimos un salto cuando escuchamos una puerta abrirse con fuerza. Justin m empujó, literalmente, lejos de él, haciéndome golpear mi cabeza contra su armario. Gruñí por el dolor, sobándome la cabeza. Me lanzó una mirada rápida antes de tirarme mis pantalones y mi camiseta. Me vestí rápidamente, saltando cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe.

Me giré para ver al mismísimo “papá” de Justin. Era realmente terrorífico. Literalmente, casi me **** encima. Sus ojos estaban inyectados de sangre, tenía la camiseta rasgada y era bastante delgado. Tenía una mueca de asco en su rostro. Sus ojos me miraron rápidamente, estaba enfadado.

-¿¡QUIÉN COÑO ES ELLA!? –gritó muy alto, incluso Justin se asustó.

-Y-Yo... ella es mi… –Justin tartamudeó. Mi corazón se rompió al ver a Justin así. Él siempre es el tipo duro. Él es el que hace que los demás le tengan miedo. ¿Quién coño se cree que es este tío para asustar así a Justin?

-Soy su novia –dije, pensando que lo había salvado. Justin se giró para mirarme con la boca abierta y los ojos asustados. Asustado por mí.

Su padre se acercó a mí, con los puños apretados.

Bueno… creo que no debería haber dicho eso.

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