Capítulo 18.

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______’s POV:

Decir que estaba enfadada es poco. Estaba furiosa. ¿Por qué actuaba así? Justo cuando pensaba que estaba avanzando con él…

Apuesto a que fue su padre. Es como si Justin tuviera el cerebro lavado y pensara que todo lo que hace está mal. Nunca olvidaré la cara de Justin cuando vio que su padre interrumpía en la habitación. Tenía miedo puro. Por supuesto que él iba a hacer caso a su padre. Estaba aterrado. Sinceramente, me asustó.

Ahora, estaba en clase de química esperando a que acabara. Necesito hablar con Justin. No puede obedecer a su padre. Creo que Justin es más que un chico con problemas. Necesita ayuda. Necesita alejarse de su “papá”. Pero yo no soy esa persona que puede ayudarle. ¿Quién soy yo para alejarlo de la única persona que tiene? Sí, nadie. Puedo decir que Justin lo ama, y no tengo ni idea del por qué.

Desde que peleamos en el pasillo esta mañana, no lo he vuelto a ver. Supongo que volvió a su casa, donde voy a ir cuando la maldita clase acabe.

La campana sonó, diciéndonos que ya era hora de irse. Salté de mi asiento y guardé todas mis cosas. Antes de que pudiera abrir la puerta, escuché como un par de alumnos hablaban sobre la desaparición de los cuatro chicos. Tan solo de pensar en ello me hace temblar.

-Sí, todavía no han encontrado ningún cuerpo –dijo Lenny Simmons.

-Lo dices como si estuvieran muertos. Ten un poco de esperanza, Lenny. Puede que hayan decidido escaparse juntos o algo así –dijo Charlotte McKinsley.

-Claro que sí, Chalotte. Apuesto a que fue Bieber quien los mató. Él odia a todo el mundo. Es un puto psicópata –dijo Johnny Rider.

Fruncí el ceño y me fui antes de decir algo que pudiera estropear más las cosas. No es el momento, ______. Ves a buscar a Justin.

Me puse la mochila y me dirigí a la entrada de la escuela. Mientras caminaba, no pude evitar pensar en lo que habían dicho esos chicos. Justin nunca mataría, ¿verdad? Pero es verdad que él tenía un odio especial hacia los demás. No puedo creer que esté diciendo esto. Justin está loco, pero no así de loco.

Aceleré el paso cuando vi la casa de Justin. Alguien necesita cortar el césped de su jardín, en serio. No se puede ni caminar. De paso, podrían plantarse unas cuantas flores. Su casa es muy triste.

Caminé por el agrietado sendero mientras rezaba porque su padre no estuviera en casa. Llamé a la puerta muy flojo, con miedo de quien la pudiera abrir. Nadie abría, así que, después de unos segundos, llamé al timbre. Me sorprende que funcione…

Suspiré, apoyándome en mi pierna izquierda. Esperé tres minutos delante de la puerta. Nada. Empecé a caminar lejos de su casa. ¿Y si Justin está en la parte trasera? Eché un vistazo allí, y estoy segura de que allí estaba Justin en un cobertizo con unas herramientas.

Sonreí de lado al verlo, pero rápidamente dejé de hacerlo cuando recordé que estaba aquí para arreglar las cosas. Me pasé la mano por el cabello y caminé hacia él. Cuando ya estaba bastante cerca de él, me di cuenta de que estaba muy concentrado con las herramientas. Su lengua salía un poco de su boca y sus ojos eran intensos. Estaba adorable.

Justin no miró hacia arriba cuando estuve al lado de él. Supuse que no me había escuchado llegar. No quería molestarlo tocándole el hombro, así que me aclaré la garganta intencionadamente.

Levantó la cabeza y me miró. Frunció el ceño enfadado y tiró lo que tenía en la mano en una mesa.

-¿Acaso no te dije que no te acercaras a mí? –escupió enfadado. Me crucé de brazos y lo miré.

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