68 // día de citas II

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— ¿Recuerdas aquella vez que te eché arena en los ojos? —estalló en carcajadas—. ¡No me hablaste por un mes!

Azul le dió un manotazo—. ¡Eras todo un idiota, Styles!

— ¿Yo? ¿Quién te ganaba en matemáticas? Oh sí, cierto —sonrió burlón—. Yo.

— ¿Y quién te ganaba en comunicación? ¿Historia? ¿Repostería? ¿Biología? Ah sí, creo que...

— Okey, okey —tomó un sorbo de su coca—. Ya entendí, genia.

Azul sonrió—. Eso pensé.

Tomaron los pedazos de la pizza que habían ordenado, y a la misma vez se lo llevaron a su platillo. Harry cortó un pedazo y se lo llevó a la boca.

— Azul —la llamó, con la boca llena.

— ¿Mhm? —respondió ella, mientras apartaba los pepperonis de su tajada.

Harry esperó a masticar lo que tenía dentro de la boca y habló—. Sabes, estuve pensando.

— Que sorpresa —murmuró, contenta por fin de haber quitado los pepperonis, y se llevó su tajada a la boca.

Él ignoró el comentario— Bueno, en lo que me dijiste antes —Azul con la boca llena, se puso seria de repente y lo miró—. Yo... bueno, quería decirte que...

— ¡Harry!

Los dos saltaron del susto por el grito repentino.

Voltearon hacia atrás, y Harry se quedó helado al ver a Louis viniendo a toda prisa.

Junto con Alicia.

¿Cómo supo que estaba ahí?

— ¿Louis? —preguntó, cuando ya lo tuvo en frente. Estaba con una sonrisa... extraña. Se fijó en Alicia, pero la ignoró.

— Te olvidaste tu moneda de la suerte —sonrió aun más, tendiéndole una... ¿moneda?

Lo había estado evitando toda la semana, y él aparecía de la nada hablando tonterías.

Tomó la moneda y lo miró cómo si de un loco se tratara—. Louis, ¿cómo supiste que estaba aquí?

— Estuvimos por aquí paseando y te vi de casualidad —contestó de lo más simple, sin borrar su sonrisa.

Alicia habló— Pero tú dijiste...

Louis le tapó la boca— Y recordé que te habías olvidado tu moneda.

— Pero, éste... —miró la moneda—, no es mi moneda de la suerte.

Alicia abrió la boca sorprendida—. Es increíble que lo hayas notado.

El rizado frunció el ceño, confundido ante la situación. Azul lo notó, así que interrumpió— Eh, chicos. ¿Se quedan un rato? Ya íbamos a jugar algunos juegos de por aquí.

Harry la miró, suplicándole que no los invitara. No quería estar viendo cómo eran la pareja perfecta, cuando era suficiente verlos en clases.

Alicia negó— No, en realidad, Louis y yo íbamos a ir a...

— Ow, Alicia —Louis mostró gran sonrisa—. Ellos desean estar con nosotros. ¿Por qué deberíamos negarles tan tentativa propuesta?

Harry lo miró— Louis, en realidad, yo quería...

— Ah, pues si tú insistes —tomó unas dos sillas de las otras mesas, quedando frente a frente con Harry y Azul. Alicia a su lado—. Uh, pizza. Justo dos tajadas.

Louis se llevó las dos tajadas en la boca. Alicia quedó con las manos en el aire, pensando que una sería para ella.

Por otro lado, Harry lo miró boquiabierto.

Azul se encontraba igual, por lo que quiso reclamar— Louis, eso era de noso...

— ¡Coca! —gritó emocionado, después de tragar todo—. ¿Me invitas?

Azul iba a negarle, pero Louis se adelantó y tomó la coca que le pertenecía y se la llevó a la boca, tomándola de un sólo sorbo.

Harry lo observó perplejo.

¿Quién era él, y que había pasado con el Louis reservado y tímido?

— Eso estuvo delicioso —pasó su mano por la boca, limpiándose cualquier residuo.

— ¿Saben qué? —habló Azul, mordiéndose la lengua para no reclamar nada—. Mejor vamos a los juegos, ¿sí? Al parecer ya han comido bastante.

— Uf, sí —Louis llevó una mano a su estómago.

Harry sonrió burlón—. Supongo que Alicia debe estar muy llena, ¿no?

Entonces Louis lo miró.

Y Harry también.

Y la tensión cayó sobre ellos, cómo lluvia en verano.

Harry intentó descifrar que estaba pasando con Louis, pero su mirada no le decía nada. Es más, era algo que jamás había visto en él. Sabía que no estaba feliz, pero tampoco triste. Parecía... desesperado, o conmocionado. Nunca había visto esas actitudes en él, y no sabía que pensar al respecto.

Entonces de la nada, Louis sonrió y se acercó a Harry. Desde su asiento, llevó su cuerpo hacia adelante, y sus brazos lo ayudaron a sostenerse.

Harry dejó de respirar justo en ese instante.

¿Qué estaba haciendo?

Al parecer Louis no notó eso, pues seguía con su misma sonrisa— Creo que también me tomaré eso —vio el vaso que pertenecía a Harry justo a un lado, y cuando lo tuvo en sus manos, se separó de él, para tomarla de un sorbo.

Harry estaba frío desde su asiento, que no se dio cuenta cuando Azul y Alicia ya se habían ido. Ahora estaban en el salón de juegos.

Quiso aprovechar eso, ya que ahora él y Louis se encontraban solos en la mesa.

— Louis, ¿qué rayos haces?

El castaño alzó el vaso y sonrió—. Tomo mi coca.

Harry se revoloteó el cabello, exasperado—. Sabes de qué hablo, ¿por qué te estás comportando así?

— Eh, ¿cuando intercambiamos papeles? Se supone que tú eres el bromista y yo el renegón.

— ¿Puedes dejar de...?

— ¡Hey, chicos! —gritó Azul, desde el salón— ¿Piensan envejecer ahí, o qué?

Louis aprovechó eso para pararse rápidamente e irse con ellas. Harry revoleó los ojos, siguiéndolo.

Azul y Alicia se encontraban mirando un juego de baloncesto. El juego constaba de dos equipos con el objetivo de tirar la pelota en el cesto correctamente, sin fallar.

Azul sonrió—. Obviamente, Harry y yo ganaremos. Desde pequeños hemos hecho un buen equipo, ¿verdad?

Harry le sonrió, confirmándolo.

— Eso no es cierto —gruñó Louis de repente. Todos lo miraron confundidos. Entonces Louis rió nervioso, disimulando—. Lo hacemos Alicia y yo, obviamente.

— Aw, cariño, ¿crees que hacemos un buen equipo? —Alicia se apegó a su lado.

— Sí, pero hoy no —la apartó de un empujón—. ¿Qué tal si hoy hacemos algo individual? —sonrió desafiante, con la vista puesta en Azul. La chica dándose cuenta, ladeó la cabeza—. Yo y Azul, por ejemplo. Claro —rió burlón—, si ella no teme que la venza.

Harry frunció el ceño—. Louis, ¿qué estás...?

— No —Azul lo interrumpió—. Creo que Mr. Tomlinson me está retando.

Harry negó con sus manos— Azul, no te lo tomes tan en ser...

— Así es, Azul —Louis lo volvió a interrumpir—. Lo hago. ¿Y? ¿Un duelo individual?

Azul se acercó a él y sonrió— Un duelo individual será, Tomlinson.









Louis, dame un chicle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora