El esmoquin

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(JMo)

Desde que Josh se enteró de los hechos no paró de gastar bromas. Realmente no entendía que yo estaba disgustada.

Mi noche de grabación iba a ser larga. Tendría que soportarlo agotándome la paciencia durante muchas horas. Saber que había hecho una apuesta con Gennifer era frustrante. Espera mucho más de un amigo. Se lo perdoné, al final sabía que sus vidas eran un aburrimiento.

Hicimos un parón para descansar. Me dirigí a mi tráiler a repasar cualquier cosa, necesitaba mantenerme centrada. Tener el corazón partido no es fácil.

El hambre comenzó a sentirse. Me serví un café. Busqué algo que me apeteciese dentro de la mini nevera. Solo encontré algunas latas de refresco, que no tomo, y una ensalada pasada. Me dije que tendría que mantener esa nevera equipada con cosas más apetitosas. La cerré decepcionada.

Oí que alguien llamaba a la puerta del tráiler. Me di de cara con un hombre, y me di cuenta de que era el guardia del aparcamiento.

«¿Algún problema con mi coche, señor....» busqué su nombre en su identificación «...señor Nelson?»

«No, señora Morrison. No hay problema con su coche. Disculpe la molestia, pero esta bolsa es para usted» dijo pasándome el paquete.

El hombre estaba visiblemente avergonzado y ni siquiera me dio tiempo a darle las gracias, ya que se retiró rápidamente.

"¿Qué diablos es esto?"

Lo abrí con cuidado. Y, como por arte de magia, me encontré con un plato lleno de sushi, igual al que había pedido la noche anterior. También vi que había un papel. Lo abrí ansiosa. Mi corazón se derritió al leer la nota.

No contuve la sonrisa que quería escaparse de mis labios.

"¡Ah, pequeña Jennifer...Gracias de nuevo!"

En ese mismo instante saqué una foto de la caja de sushi. Conecté el teléfono y la publiqué etiquetando a Lana en el twitter. Sabía que ella lo vería. Sabía que no esperaría ese gesto de mi parte. Había decidido que iba a cambiar de actitud y eso solo era el comienzo.

Ya ni me acordaba del hambre que tenía. Pero igualmente comí.

Pasaron algunos minutos y miré el móvil para ver si me había respondido el mensaje en twitter. Josh abrió la puerta de mi tráiler casi haciéndome caer de la silla del susto que me pegó.

«¡Jennifer Morrison!» gritó

«¡La madre que te parió, Dallas! ¡Intenta tocar la próxima vez!»

«¿Qué significa esa foto y con ese comentario?» enfatizó la palabra comentario. Pero yo solo agradecí el sushi y dije que estaba muriendo de hambre. Josh tenía una sonrisita maliciosa en el rostro.

«¿No tienes una esposa y un hijo pequeño al que cuidar, eh?» intenté desviar el tema de la conversación

«¡Jen, deja eso! Sabes que con Oliver en los estudios, el 100% del tiempo libre es para él. Solo me queda la vida ajena para entretenerme»

Suspiré. Señalé el plato vacío. Sonreí satisfecha. Exactamente en ese orden.

«Pero, ¿no habías dicho que ella se había echado para atrás? ¿Tienes idea de lo que la ha hecho cambiar de opinión?»

«Claro que lo sé. Lo de siempre: Murphy»

«Jennifer, Murphy de nuevo no. Deja al pobre en paz»

«Está bien, si prefieres la explicación de que tenemos un mensajero de los dioses en forma de una niña de 8 años con mi mismo nombre y una pelota de colores en las manos, ok»

Todo es posible (MORRILLA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora