Ardiendo en el infierno.

Siete.

La ultima vez que vi a Henry fue un domingo. No sentí cosquilleo en el cuerpo, tampoco estaba nerviosa al hablar. Pero muy en el fondo se que algo sigue vivo. Quizás no. Ese mismo domingo espere a Daniel quizás por seis horas, nunca llego. Supongo que esa es su respuesta. Debería comenzar por llorar menos y dormir mas. Se que ahora mismo a él le molesta la idea de que yo no sufra por su amor, pero si nos ponemos a pensar bien yo merezco algo mejor, lo quiero en mi vida, pero estoy cansada de tantas lagrimas en vano, de todos los te quiero que siempre digo y nunca obtienen una respuesta. No logro recordar la ultima vez que me dijo que me amaba, siquiera que suspiro mi nombre. Al parecer las únicas veces que estábamos juntos todo lo que podíamos hacer era pelear y que él me viera llorar y nunca hiciera nada para calmarme. Era realmente agotador, quizás él se canso de mis lagrimas, quizás nunca quiso darme felicidad. Yo no lo hice feliz, eso dijo él. Así que, si asegura nunca ser feliz me pregunto porque ahora mismo hace estallar la ventana del chat para decirme que debemos hablar. Quizás desea reírse de mi mientras me ve llorar.