Ardiendo en el infierno.

Quince.

Alguien me dijo que cuando una persona dice que no te quiere con una sonrisa en los labios debes creerle. Que ella por mucho tiempo creyó que solo era un juego aquello hasta que vio al amor hacer sus maletas y marcharse de casa y no pudo hacer nada para detenerlo. No recuerdo cuantas veces escuche un "no te quiero" pero si recuerdo lo que me hacia sentir, porque aunque yo creía que todo era un juego de peleas momentáneas me estaban gritando a la cara que ya no había amor, siquiera espacios para hacernos sentir mejor. Así que ahora, cuando casi llegamos a abril y serán dos años del peor error de mi vida puedo asegurar que el amor se había marchado en realidad. Eran solo espejismos por el miedo de agregar un punto final. Supongo que eso es lo que ambos tenemos en común. Aunque ahora que lo pienso mejor siempre fui una maldita loca. Quizás si fui la zorra que Henry menciono una vez. Supongo que debería explicar por qué.