Nueve.

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Y paso, aquello que nunca hubiese tenido que ocurrir. El destino nos unió a los tres quizás para demostrarnos lo que siempre sentí, lo que sentimos. Yo nunca supe del lado de quien debía estar, aunque en el fondo siempre fue muy claro, siempre debí quedarme conmigo, aceptarme a mi. Huir de todo aquel fuego que ambos creamos y quedarme a vivir en mis sueños. El único problema siempre ha sido que me encanta quemarme, que me muero por hacer que ambos ardan en mi fuego y tengan ganas de quedarse. Se que todo esto resulta ser una locura, se que nadie lo merece, pero me da miedo decir que no, me da miedo soltar y que en un intento fallido me quede atada a la nada.

Ardiendo en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora