Cuarta Pesadilla

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Hace más de veinte minutos que salí corriendo de la cabaña de Víctor.

Me detuve para verificar el camino que recorrí, subí la mirada y noté que el cielo ya se había tornado de un color azul oscuro, las estrellas y la luna iluminaban el cielo.

Miré alrededor pero nada me era conocido, los árboles eran frondosos y altos, algún pequeño ruido de los animales se oía, el viento chocaba contra mí.

Metí las manos a mis bolsillos pero no pude encontrar el celular, en ese momento recordé que lo había dejado en el bolso dentro del carro.

-¡Idiota! Preferiste correr que subir al automóvil e irte.

Caminé un poco para ver si reconocía el camino pero, al ser de noche, todo parecía idéntico.

Pasaron unos quince minutos aproximadamente, cuando escuché un ruido proveniente de un árbol frente a mi. Creí que era algún animal y muy ingenua seguí caminando sin tomar importancia.

Grave error.

Siento unas manos abrazarme por la espalda y sujetarme fuerte. Suelto un grito y comienzo a patalear para zafarme de su agarre pero lo único que pasa es que me sujeta más fuerte.

Empiezo a gritar pidiendo ayuda, algo ilógico ya que estoy en medio de la nada. El tipo pasa su mano por mi boca y noto un extraño olor: cloroformo.

Siento mis brazos y piernas demasiado débiles, el ruido de la noche desaparece y un sueño profundo comienza a invadirme.

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-Camille, por última vez te pido que te vallas.

Mi madre la había dejado entrar. Le pedí un millón de veces que se fuera pero simplemente no me hizo caso.

-Necesito decirte como fueron las cosas...

-No me expliques nada, es obvio que te revolcabas con mi novio.

Ella se quedó callada por un momento y sin esperarlo comenzó a llorar.

-¡Las cosas no fueron como parece!

-¡Entonces explicámelo!

Su voz se entrecortó.

-Víctor y yo nos conocíamos desde pequeños... -Asentí. Por ella lo llegué a conocer.- yo sentía algo por él, pero te conoció y decidí dejarlos juntos. Pero luego el me dijo que sentía algo por mí y no pude evitarlo. No queríamos hacerte daño, sólo quería ser felíz.

Me miró, sus ojos llenos de lágrimas, sus ojos color miel ahora eran rojos.

-Pero pudiste habérmelo dicho. Aún así me traicionaste, ambos lo hicieron. Se acostaban a mis espaldas...

-Lo siento.

Sin decir nada Camille sale de mi habitación dejándome en silencio nuevamente.

Camino hacía la cama y me dejo caer en ella.

Mi mente comienza a viajar llevándome a los recuerdos que viví con Camille y Víctor. 

Los tres salíamos a alguna fiesta, al centro comercial o algo por el estilo. Éramos los típicos amigos que siempre estaban juntos.

Un día ella me había contado que le gustaba alguien, le dije que yo también sentía algo por alguien, ella me preguntó quien era y le respondí que era Víctor.

Recuerdo que ella sonrió forzada y me felicitó. No sabía que las dos hablamos del mismo chico.

Víctor y yo comenzabamos a salir a citas. Los dos. Dejando a Camille de un lado.

Siempre le decía que saliera con algún chico pero ella decía que su corazón estaba en otro lado. Le pregunté sobre él pero, nunca me respondía. 

Tal vez seré una mala amiga pero, no podía perdonar una traición. De nadie.

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¡Hola!

La cuarta pesadilla de Paulina. 😊

Realmente esto lo hago por diversión, y espero que les guste a las personitas que lo leen. 😙

Suya, Ivonne. ❤

*Un recuerdo más*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora