SIETE

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Mayte.

Desperté y no estaba él, estaba completamente sola, todavía recordaba lo que había sucedido hace unas horas, me sonrojé ante el recuerdo, me levanté y vestí. Quité las sábanas manchadas y coloqué otras, me sentía nerviosa, no sé qué pasará al verlo, cómo debo de actuar ahora, habíamos roto una cláusula del contrato, me sentía distinta, mi cuerpo se sentía diferente. Me cepillé el cabello dejando suelto, al vestirme me di cuenta que en mi maleta no había nada de mi ropa, era otra ropa la cual no tenía idea haber comprado, estaba una nota y al abrirla decía.

"Espero que la estés pasando de maravilla cuñadita, Pilar y yo quisimos darte esta sorpresa, nos deshicimos de tu ropa y cambiamos tu guardarropa, espero sepas cómo hacer uso de algunas prendas que introducimos en la maleta para impresionar y dejar con la baba a mi hermano, esperamos tu regreso, suerte.
Tus nuevas hermanas que te quieren".
Elisa y Pilar...

Al guardar la nota y darle una revisada a la maleta casi se me cae la cara, habían puesto vestidos muy cortos y coquetos, además de lencería sexy, de trajes de baños de dos piezas, era seguro que al volver las mataría.
Salí de la habitación y ahí estaba él, lucía hermoso, su cabello alborotado lo hacía ver muy sexy, pude sentir mi cuerpo estremecerse, recordé la noche que pasamos. Con una gran sonrisa me acerqué a él abrazándolo por su espalda pude sentir su aroma y su calor.

-Buen día esposo. Pero no respondió ante mi saludo vi cómo se zafo de mi agarre y dejó a un lado el periódico.

-Tenemos que hablar Mayte. Su frialdad con la cual pronunciaba estas últimas palabras me llenaron de tristeza, era otro, ¿Dónde estaba el hombre de ayer?, que susurraba palabras dulces a mi oído, que llenaba de besos mi cuerpo y me hacía sentir protegida.

-¿Sobre qué?-fingí no sentir dolor, pero realmente sabía lo que diría y eso dolía mucho.

-Sobre lo de anoche, mira yo estaba tomado y pues no sé que me pasó, espero me disculpes por haber ocasionado todo eso, mi intención no era lastimarte ni mucho menos hacerte creer que entre nosotros podía haber algo más. Lo siento mucho, me dejé llevar por el momento, no quiero confundir esto. ¿Se dejó llevar?, era lo peor que había escuchado, se justificaba por algo que hizo y según él no tenía ninguna intención, ¿Qué demonios creía que era yo?, una de sus tantas putas las cuales podía usar a su antojo, intenté que no me afectara nada pero lo cierto es que me había lastimado y mucho, jamás pensé que él rompería mi corazón, que tonta era, él solo se interesaba en mi físicamente, jamás me vería como mujer, jamás se enamoraría de mí, todo estaba claro, él solo me uso y eso me hacía sentirme peor.

-¿O sea que me usaste?

-No Mayte, no quiero que lo veas así, mira fue hermoso lo que pasó ayer pero no quiero que pienses que eso va a cambiar las cosas, tenemos un contrato y prometo de aquí en adelante no volver a cometer ese error.

-¿Ahora soy un error?

-No me refería a eso, vamos no hagamos más difícil esto...

-Descuida, tienes razón, me dejé llevar también, así que no te preocupes esto nunca pasó y por mi parte olvidaré todo, con permiso voy a estar en el cuarto.

-¿Quieres desayunar?

-No, gracias.

-Mayte vamos, no te comportes como niña berrinchuda y ven a desayunar.

-¿Es en serio, yo me comporto como una niña ahora?, pues lo siento señor pero no tengo hambre.

-Eso no te hace bien para tu salu...

-Déjame en paz, quiero estar sola, deja de comportarte amable conmigo, sé cuál es mi papel en este contrato así que, qué más te da mi salud y vida. Salí lo más rápido que pude, estaba triste extrañaba a mi padre, siempre que me sentía así corría a sus brazos y siempre decía algo consolador.
Me quedé dormida mientras lloraba, era triste ver cómo fui usada para su satisfacción pero más triste darme cuenta que jamás me vería como una mujer, con amor, jamás sería la esposa feliz, jamás tendríamos la familia perfecta, era tarde para arrepentirme.

"Por favor no te vayas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora