DOCE

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Manuel.

-¡¡¡¡Manuel, Ayúdame. Por favor!!!

-¿Dónde estás? No te veo

-¡Ayúdame!

-MAYTEEEEE ¿Dónde estás? Corro por la oscuridad del bosque y la escucho quejarse de dolor, la agobia me consume, quiero verla para poder ayudarla pero entre más pienso estar cerca menos la encuentro. Corro más y al darme cuenta que he llegado es demasiado tarde. Ella está muerta, toda la sangre que perdió y lo peor es que el bebé también ha muerto dentro de ella. Corro a intentar socorrerla pero es demasiado tarde, escucho que un hombre está a mi espalda. 

-Es tarde, ella ha muerto y el bebé también, llegaste tarde Manuel, ahora ellos me pertenecen. 

-Nooooo !!! Nooooo !!! Mayteeee !!! Noooooo !!

-Noooo.  Despierto con esa gran agonía, lo primero que hago es ver si Mayte está bien, pero la cabeza me duele mucho, me cuesta recordar, veo un cuerpo a mi lado el cual me acaricie preguntando si estoy bien, giro y me doy cuenta que no es Mayte sino Anna, en automático me pregunto ¿Qué rayos he hecho? 

-¿Estás bien? 

-Si, solo fue una pesadilla, es todo.  Ella vuelve a dormir, me levanto y voy a la cocina, soy un completo imbecil, tengo tres dias durmiendo en casa de Anna, no he vuelto a mi casa, intenté hacerlo pero no estoy preparado para ser padre, la idea de convencer a Mayte esta muy presente en mi mente, no puedo creer que la haya embarazado, no sé en qué maldito momento pasó, siempre me he cuidado pero lo recuerdo todo, el fin de semana que fuimos al club, me deje llevar y no me cuidé, es algo que no me permito, ¿Cómo pude haber sido tan tonto?, sobre todo con ella quien ya he lastimado mucho y ahora no sólo con arruinarle la vida unida a un patan tendrá un bebé, lo que me faltaba, estaba siendo atacado por mi conciencia cuando el ruido de mi teléfono logro concentrarme, era mi abuela, había estado rechazando las llamadas de mi familia, aunque jamás recibí ninguna llamada de Mayte, una parte de mi quería que me llamara pero la forma en la cual la dejé plantada. Sabía que me merecía ser despreciado por la mujer a la cual comenzaba a querer y sentir algo. 

-Diga.

-Hijo, tienes que ir al hospital, Mayte se puso mal y tu padre junto con Gustavo la han llevado al hospital, ellos no querían que lo supieras pero creo que es importante ya que la vida de tu mujer y tu hijo pueden estar en peligro.  Como siempre mi abuela y su gran corazón, yo era su consentido, nunca me regañó o negaba nada, sabía que era una emergencia ya que era la que menos me llamaba. Pero cuando lo hacía era para darme malas noticias o incluso avisarme cuando estaba en grandes problemas con mis padres. Era única, la amaba mucho siempre tenía un buen consejo para mí y adoraba que me apoyara.

-Gracias por avisarme abuela.

-Tienes que ir a verla, sabes que yo nunca me he metido en tus cosas pero es distinto esta vez, así que en un rato te veo allá en el hospital y no acepto un no como respuesta.  No sabía qué hacer, era un momento incómodo y a la vez preocupante. Tomé mis cosas y salí del departamento de Anna, me subí a mi auto y manejé en dirección al hospital, lo que menos quería era que le pasara algo a Mayte.
Llegué y ahí estaba ya mi abuela en compañía de mi abuelo, los amigos de Mayte y su padre quien no lucía nada bien, me sentí por un momento algo extraño e incómodo pude ver las miradas de todos juzgándome y molestos. Me acerqué a mi abuela y esta me abrazó, vi como mi padre me llamó y justo en ese momento el doctor salió. 

-Familia de Mayte, está estable ya, quiero hablar contigo Manuel un momento a solas. 

-¿Podemos pasar a verla?— dijo su padre. 

"Por favor no te vayas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora